¿Cómo se unen en San José el Antiguo y el Nuevo Testamento?
por Luciana Rogowicz
"Como descendiente de David (cf. Mt 1,16.20), de cuya raíz debía brotar Jesús según la promesa hecha a David por el profeta Natán (cf. 2 Sam 7), y como esposo de María de Nazaret, San José es la pieza que une el Antiguo y el Nuevo Testamento” (Francisco, carta apostólica Patris Corde).
Decimos que San José es la pieza que une el Antiguo y el Nuevo Testamento. ¿Qué significa testamento?
Testamento significa Alianza. Y en la Biblia, las alianzas son una forma de establecer un vínculo amoroso e íntimo de Dios con su pueblo, con cada uno de nosotros.
Dios nos ha creado para establecer con nosotros un vínculo de intimidad filial, y este vínculo lo ha ido expresando a través de diferentes alianzas con su pueblo, relatadas a lo largo del Antiguo Testamento con el primer ser humano, con Noé, con Abraham, y con todo el pueblo de Israel: “Todos están aquí para entrar en la alianza del Señor, tu Dios, esa alianza corroborada con una imprecación, que el Señor, tu Dios, hoy hace contigo, a fin de convertirte en su pueblo y ser tu Dios, como te lo ha prometido y como lo juró a tus padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob. Esta alianza, corroborada con una imprecación, no la hago sólo con ustedes. La hago con aquel que hoy está aquí con nosotros delante del Señor nuestro Dios, y con aquel que no está” (Dt 29, 11-14).
Estas alianzas fueron preparatorias, hasta que en Jesucristo, su hijo hecho hombre, Dios nos ha hecho verdaderamente hijos. La alianza, la filiación que se establece con Jesús es diferente, más profunda aún. Nos vincula íntimamente y nos hace partícipes de su divinidad.
Jesucristo es la nueva alianza. En él, el hombre y Dios se unen íntimamente y para siempre.
Por eso el Antiguo Testamento y el Nuevo son dos alianzas íntimamente ligadas. Las primeras preparan y descubren la fidelidad de Dios, su amor y paciencia para con nosotros, dispuesto a llegar hasta el extremo.
José, junto con María, son el punto culminante de la Antigua Alianza, y la puerta que abre a la Nueva y Eterna Alianza anunciada por los profetas, por acoger el anuncio de Dios y hacerse padres terrenales de Jesús.
Cada persona en la tierra existe por algún motivo, y fue pensada desde siempre: "Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía. Antes de que nacieras, ya te había elegido para que fueras un profeta para las naciones" (Jer 1, 5-12).
San José fue pensado y elegido por Dios, desde toda la eternidad, entre todas las personas que existieron, existen y existirán alguna vez, para ser el padre del Mesías en la tierra, el padre de Dios hecho Hombre.
Publicado en el blog de la autora, Judía y Católica.
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