Su devoción guadalupana suscita entusiasmo
La petición de Felipe Calderón al Papa para que visitase México fue «casi angustiosa»
El embajador ante la Santa Sede reconoce que se quedó sin herramientas para pedir el viaje, así que...: «No hice más que rezar».
Con su viaje a México y Cuba del 23 al 29 de marzo, Benedicto XVI olmará una orfandad que allá se siente. En particular en México, que está sufriendo las consecuencias de una lucha frontal contra la criminalidad organizada.El embajador de México ante la Santa Sede, Federico Ling Altamirano, expuso estas ideas en una entrevista concedida en Roma a Sergi Mora para ZENIT.
¿Qué podría haberle hecho decidir al papa ir a México?
Creo que, como dijo Su Santidad el 12 de diciembre [en la celebración de Nuestra Señora de Guadalupe], América Latina está en plena batalla para no perder y para acrecentar este cristianismo y catolicismo que tiene más de quinientos años de antigüedad y que bien se merecía la consideración de un viaje.
¿Quizás también hay razones históricas con México en el pasado, y con Cuba aún hoy?
Es tan válido tomar ese criterio como pensar que México es el segundo país del mundo por número de católicos, y casualmente de México a Roma la línea que se traza pasa por encima de La Habana.
¿Se esperaba la noticia?
Teníamos muy poca esperanza hace tres años atrás. Yo no tenía más herramienta que rezar. Y no hice más que rezar.
¿Pero fue invitado por México?
Sí, el presidente de México, Felipe Calderón, dos veces lo invitó personalmente. Y quizás influenció su decisión el llamado casi rozando con lo angustioso que le hizo el presidente, más o menos de este tipo: “Necesitamos que acuda a nuestro país en este momento, en que existe una lucha contra el crimen organizado, que ha producido un dolor inmenso y víctimas inocentes”.
Bueno, no siempre tan inocentes...
Claro que no, pero incluso la gente criminal tiene esposa, hijos, parientes. Demasiadas lágrimas, demasiadas dificultades en México. Y porque existe una la situación psicológica debido a la cual el pueblo mexicano y muchos otros en Latinoamérica se sienten en orfandad.
¿Cómo la visita del Pontífice puede ayudar a los países latinoamericanos?
Aquí el Papa puede ayudar muchísimo haciéndose sentir. No necesita decir muchas cosas. Si lo desea hacer, mejor. Pero basta que diga: aquí está un padre para ayudarles, y si no logro solucionar su problema no dejo por ello de acompañarles en su dolor. Y les bendigo y que la Virgen de Guadalupe ayude para salir de estos problemas.
En varias ocasiones incluso en Brasil, en Aparecida, el Papa ya indicó diversas cosas, ¿verdad?
Sí, por ejemplo lo que dijo en la misa de Guadalupe fue muy exacto. Si lo repite en los diversos lugares de Cuba y México va a ser muy apreciado. Aquí en San Pedro con los ritos y ceremonias todas las palabras suenan a academia, ¡pero allá sonarán a patria!
El cardenal de Cuba, Jaime Ortega, le dijo a Zenit que los latinoamericanos estaban deseosos de bendiciones.
Sí, la bendición y seguramente algo más. Algo se les va a ocurrir para favorecer la visita en términos de participación y de presencia. Presiento que va a ser un gran éxito.
¿Qué puede aportar este viaje al pontificado de Benedicto XVI?
Si bien fue descrito muchas veces como un Papa conservador, y que por ser alemán era poco papista y poco mariano, el viaje hará caer estos mitos y se convertirá en un sueño realizado.
¿Qué camino siguió espiritualmente Su Santidad?
El que sea es bueno, porque no solamente va a mejorar por así decir su rating en Latinoamérica, lo va a mejorar también en Europa, pues se le va a quitar el sambenito según el cual es eurocéntrico y que solamente visita Malta y San Marino porque le da miedo ir más lejos.
¿O sea?
No, no, este Papa no le teme a nada. Y me encanta la forma con que, con gran maestría y una espiritualidad maravillosa, lleva adelante a la Virgen de Guadalupe, desmintiendo que es poco mariano. El Papa no es eurocéntrico, es mariano y para quienes necesitamos un sentido de paternidad es como un padre.
¿Qué podría haberle hecho decidir al papa ir a México?
Creo que, como dijo Su Santidad el 12 de diciembre [en la celebración de Nuestra Señora de Guadalupe], América Latina está en plena batalla para no perder y para acrecentar este cristianismo y catolicismo que tiene más de quinientos años de antigüedad y que bien se merecía la consideración de un viaje.
¿Quizás también hay razones históricas con México en el pasado, y con Cuba aún hoy?
Es tan válido tomar ese criterio como pensar que México es el segundo país del mundo por número de católicos, y casualmente de México a Roma la línea que se traza pasa por encima de La Habana.
¿Se esperaba la noticia?
Teníamos muy poca esperanza hace tres años atrás. Yo no tenía más herramienta que rezar. Y no hice más que rezar.
¿Pero fue invitado por México?
Sí, el presidente de México, Felipe Calderón, dos veces lo invitó personalmente. Y quizás influenció su decisión el llamado casi rozando con lo angustioso que le hizo el presidente, más o menos de este tipo: “Necesitamos que acuda a nuestro país en este momento, en que existe una lucha contra el crimen organizado, que ha producido un dolor inmenso y víctimas inocentes”.
Bueno, no siempre tan inocentes...
Claro que no, pero incluso la gente criminal tiene esposa, hijos, parientes. Demasiadas lágrimas, demasiadas dificultades en México. Y porque existe una la situación psicológica debido a la cual el pueblo mexicano y muchos otros en Latinoamérica se sienten en orfandad.
¿Cómo la visita del Pontífice puede ayudar a los países latinoamericanos?
Aquí el Papa puede ayudar muchísimo haciéndose sentir. No necesita decir muchas cosas. Si lo desea hacer, mejor. Pero basta que diga: aquí está un padre para ayudarles, y si no logro solucionar su problema no dejo por ello de acompañarles en su dolor. Y les bendigo y que la Virgen de Guadalupe ayude para salir de estos problemas.
En varias ocasiones incluso en Brasil, en Aparecida, el Papa ya indicó diversas cosas, ¿verdad?
Sí, por ejemplo lo que dijo en la misa de Guadalupe fue muy exacto. Si lo repite en los diversos lugares de Cuba y México va a ser muy apreciado. Aquí en San Pedro con los ritos y ceremonias todas las palabras suenan a academia, ¡pero allá sonarán a patria!
El cardenal de Cuba, Jaime Ortega, le dijo a Zenit que los latinoamericanos estaban deseosos de bendiciones.
Sí, la bendición y seguramente algo más. Algo se les va a ocurrir para favorecer la visita en términos de participación y de presencia. Presiento que va a ser un gran éxito.
¿Qué puede aportar este viaje al pontificado de Benedicto XVI?
Si bien fue descrito muchas veces como un Papa conservador, y que por ser alemán era poco papista y poco mariano, el viaje hará caer estos mitos y se convertirá en un sueño realizado.
¿Qué camino siguió espiritualmente Su Santidad?
El que sea es bueno, porque no solamente va a mejorar por así decir su rating en Latinoamérica, lo va a mejorar también en Europa, pues se le va a quitar el sambenito según el cual es eurocéntrico y que solamente visita Malta y San Marino porque le da miedo ir más lejos.
¿O sea?
No, no, este Papa no le teme a nada. Y me encanta la forma con que, con gran maestría y una espiritualidad maravillosa, lleva adelante a la Virgen de Guadalupe, desmintiendo que es poco mariano. El Papa no es eurocéntrico, es mariano y para quienes necesitamos un sentido de paternidad es como un padre.
Comentarios