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Germinans denuncia que dos detectives privados chantajean a curas para cerrar su web
Podría ser una película de Hollywood o bien la última de Torrente con Santiago Segura de protagonista. Dos detectives privados han sido contratados para chantajear y presionar a los componentes de la web Germinans para que cierren su plataforma crítica con Sistach y con todo el progresismo eclesial de Cataluña.
Llueve sobre mojado. Desde hace meses Germinans Germinabit (www.germinansgerminabit.org), la web en la que participa un grupo muy representativo de seglares y sacerdotes de la Iglesia en Barcelona, y muy crítica con la pastoral desarrollada con el cardenal Sistach y el nacional-progresismo clerical
que impera en la diócesis, se encuentra investigada por dos detectives privados, que pretenden desvelar quienes son los que integran este proyecto comunicativo y, logicamente anónimo, por las represalias que suele imponer el progresismo eclesial a todo el que no comulga con su línea.
Una película de detectives
Así se han desarrollado los hechos según denuncia Germinans en su web: "Al menos un sacerdote barcelonés ha recibido la visita de dos detectives privados. Sabemos que se ha dejado recado a otro cura. La visita y el aviso se han producido esta misma semana. Con toda seguridad, se va a repetir en los próximos días, a otros sacerdotes. Desde aquí quedan avisados".
"La visita se desarrolla de la siguiente manera -señala Germinans-: dos señores, muy educados, se presentan en la parroquia y enseñan un extenso dossier al sacerdote. En el dossier se hallan incluidos nombres de curas y de laicos, supuestamente pertenecientes a Germinans, números de IP, fotografías, recortes de periódico, etc. Un buen dossier. Con fotos antiguas y nuevas, que delatan que tienen a la presa en sus manos. Se lo enseñan al cura y le dicen que sí no se cierra la web de Germinans, este dossier saldrá a los medios. Se retiran, otra vez con suma educación y se llevan consigo el armamento".
"Germinans no se va a cerrar"
Germinans deja claro que ante el chantaje y presión que supone la aparición de dos detectives privados "la web no se va a cerrar. ¡Solo faltaría! No nos van a amedrentar con dossieres, presiones y chantajes, ni con las veladas amenazas de sacar cualesquiera trapito sucio del pasado de algún sacerdote".
Presiones que vienen de lejos
"Cíclicamente -dice Germinans- se han repetido las presiones directas e indirectas contra los que escribimos en Germinans, aunque lo cierto es que jamás se habían producido de una manera tan asquerosa y repugnante como en este último chantaje".
¿Quiénes contratan a estos detectives?
La existencia de esos detectives es evidente, pero, ¿quién ha encargado este trabajo de investigación para chantajear y presionar a Germinans? Según ha podido indagar ReL, todos los caminos apuntan a personas muy cercanas al cardenal Sistach, los que han contratado un despacho de detectivos privados de la Ciudad Condal que tiene fama de cobrar unos altos emolumentos por sus trabajos.
Sistach y Germinans
El cardenal Sistach siempre se ha mostrado en privado muy crítico con la existencia de Germinans Germinabit, al considerarse el blanco principal de los artículos de Germinans. Su obsesión por descubrir y desvelar la identidad de los componentes de Germinans era un clamor en la diócesis, y no faltaba día sin que sus interlocutores, ya fueran sacerdotes o personalidades de la sociedad civil, fueran conminados a ayudarle a desvelar el secreto mejor guardado de Germinans: el nombre de sus componentes.
que impera en la diócesis, se encuentra investigada por dos detectives privados, que pretenden desvelar quienes son los que integran este proyecto comunicativo y, logicamente anónimo, por las represalias que suele imponer el progresismo eclesial a todo el que no comulga con su línea.
Una película de detectives
Así se han desarrollado los hechos según denuncia Germinans en su web: "Al menos un sacerdote barcelonés ha recibido la visita de dos detectives privados. Sabemos que se ha dejado recado a otro cura. La visita y el aviso se han producido esta misma semana. Con toda seguridad, se va a repetir en los próximos días, a otros sacerdotes. Desde aquí quedan avisados".
"La visita se desarrolla de la siguiente manera -señala Germinans-: dos señores, muy educados, se presentan en la parroquia y enseñan un extenso dossier al sacerdote. En el dossier se hallan incluidos nombres de curas y de laicos, supuestamente pertenecientes a Germinans, números de IP, fotografías, recortes de periódico, etc. Un buen dossier. Con fotos antiguas y nuevas, que delatan que tienen a la presa en sus manos. Se lo enseñan al cura y le dicen que sí no se cierra la web de Germinans, este dossier saldrá a los medios. Se retiran, otra vez con suma educación y se llevan consigo el armamento".
"Germinans no se va a cerrar"
Germinans deja claro que ante el chantaje y presión que supone la aparición de dos detectives privados "la web no se va a cerrar. ¡Solo faltaría! No nos van a amedrentar con dossieres, presiones y chantajes, ni con las veladas amenazas de sacar cualesquiera trapito sucio del pasado de algún sacerdote".
Presiones que vienen de lejos
"Cíclicamente -dice Germinans- se han repetido las presiones directas e indirectas contra los que escribimos en Germinans, aunque lo cierto es que jamás se habían producido de una manera tan asquerosa y repugnante como en este último chantaje".
¿Quiénes contratan a estos detectives?
La existencia de esos detectives es evidente, pero, ¿quién ha encargado este trabajo de investigación para chantajear y presionar a Germinans? Según ha podido indagar ReL, todos los caminos apuntan a personas muy cercanas al cardenal Sistach, los que han contratado un despacho de detectivos privados de la Ciudad Condal que tiene fama de cobrar unos altos emolumentos por sus trabajos.
Sistach y Germinans
El cardenal Sistach siempre se ha mostrado en privado muy crítico con la existencia de Germinans Germinabit, al considerarse el blanco principal de los artículos de Germinans. Su obsesión por descubrir y desvelar la identidad de los componentes de Germinans era un clamor en la diócesis, y no faltaba día sin que sus interlocutores, ya fueran sacerdotes o personalidades de la sociedad civil, fueran conminados a ayudarle a desvelar el secreto mejor guardado de Germinans: el nombre de sus componentes.
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