Domingo, 24 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

TERESA RIVERO, MUJER, MADRE, ABUELA Y PRESIDENTA DEL RAYO

«Si tienes que hacer algo, hazlo lo mejor posible»

A esta jerezana de 74 años no le detiene nada: además de ser la primera presidenta de un club de fútbol, el Rayo Vallecano, es una abuela cariñosa que disfruta de sus 13 hijos y 53 nietos. En 1983 fue un pilar clave para sostener a su familia en los duros momentos de la expropiación de Rumasa.

(Lourdes Téllez/Misión) Siempre activa, con mil y un compromisos que no le dan tregua, Teresa Rivero hace un parón a las cinco de la tarde para relatarnos la historia de su vida. Campechana y dicharachera, propio de una andaluza que no ha perdido sus raíces a pesar de los más de 40 años que lleva en Madrid, comienza a relatarnos sus aspiraciones de cuando era una sencilla chica de provincia. - ¿Se imaginó en su juventud que iba a tener 13 hijos y más de 50 nietos? - No sé, nunca se sabe. Yo me casé con 23, bastante joven. Tanto mi marido como yo estábamos dispuestos a tener los hijos que Dios nos mandara, pero nunca pensamos que íbamos a tener ese «familión». Pero estamos muy contentos. - ¿Cuáles son las mayores satisfacciones y dificultades que ha tenido que vivir como madre? - Sinceramente, dificultades como madre no he tenido. Hay que darle muchas gracias a Dios por tener 13 hijos y que todos sean (las siete niñas y los seis varones) personas de bien, que nunca hayan dado problemas. - ¿Cómo se organizaba en casa? - Hay que darse cuenta de que los tiempos han cambiado mucho. Llevamos 50 años casados, vivíamos en Jerez y la vida en provincia, no cabe duda, es mucho más fácil. Además yo tenía servicio, una casa grande... no se puede comparar. Yo estaba absolutamente dedicada a la familia, he sido muy feliz. - ¿Dónde conoció a su marido? - Él también vivía en Jerez, donde salíamos en pandillas, niños y niñas, todos juntos. Nos reuníamos, íbamos al cine, luego a jugar al tenis en un club... Y así lo conocí. Empezamos a salir y a los dos años nos casamos. - En su vida de casada ha tenido momentos difíciles, como la expropiación de Rumasa. ¿Cómo se puede superar una situación así? - Yo estoy convencida de que eso lo afrontas si tienes una fe grande. Mi marido era una persona creyente y tenemos que darle gracias a Dios porque no todo el mundo tiene la suerte de tener fe y de estar cerca de Él en esos malos momentos. Fue una época espantosa y una canallada enorme. Mi marido era un empresario que tenía el holding Rumasa, el mayor de España, y que hicieran esa expropiación tan brutal fue una cosa tremenda. Nosotros ya teníamos los 13 hijos, le quitaron todo, se tuvo que ir a Londres, después me fui yo con parte de nuestros hijos y pasamos unos años malísimos. - Esto afectaba a todos… - Claro, el pequeño tenía cuatro años… los demás eran mayores y fueron ellos quienes lo pasaron realmente mal. En el colegio su padre era como el gánster, el que estaba en la cárcel. - En una situación así, ¿qué protagonismo debe tener una esposa? - En esos momentos lo que tienes que hacer es acompañar a tu marido, estar a su lado y ayudarle en todo lo que puedas. - Tras ese duro episodio en su familia, ¿guardan rencor? - Gracias a Dios estamos muy contentos de que nuestros hijos nunca hayan sentido ni odio ni deseos de venganza, o que estén amargados por lo que le hayan hecho a su padre. Han entendido la injusticia que le han hecho, pero sin odio y sin rencor. Eso se debe en parte a mi marido, porque siempre ha dicho que lo que pasó fue algo que Dios permitió y hay que salir adelante y seguir trabajando... y así ha sido. Ahora él sigue trabajando igual y los seis varones le ayudan en las distintas empresas, todos unidos y en lo mismo. Ellos han visto el ejemplo de su padre que ha sido una persona trabajadora, que ha perdonado siempre, una persona generosa, con muchas virtudes… sobre todo, la de ser trabajador. Ahora ya somos mayores, él tiene 78 y yo voy a cumplir 74, y seguimos trabajando. - Con 13 hijos y 53 nietos, las reuniones familiares deben de ser todo un acontecimiento… - Nos reunimos pocas veces, solamente en Navidad, porque es un poco complicado. Si nos reunimos todos, nos vamos a un sitio, a un parador… Este año por ejemplo hemos sido 80. Se disfruta mucho con tantos primos. - ¿Cómo ejerce su papel de abuela? ¿Tiene confianza con sus nietos? - Hay muchos nietos pequeños. El mayor de todos tiene 24. Yo soy una abuela en la que confían muchísimo. Les gusta venir conmigo a los partidos del Rayo. - ¿Se considera una abuela moderna? - Yo moderna no soy nada. En tu papel de abuela debes asumir que no tienes que educar a tus nietos, eso les corresponde a sus padres. No los malcrío; si veo una cosa mal se lo digo, pero mi papel es ser cariñosa con ellos. - ¿Qué valores quisiera que perdurasen en sus hijos y nietos? El valor que me inculcaron mis padres fue el de ser una persona creyente, tener amor a la Virgen, ser una persona piadosa… Eso, y el trabajo. Como yo no estudié ninguna carrera, mi madre me decía que tenía que hacer las labores de la casa, eso era antes, cuando se pensaba que las mujeres se tenían que casar y formar una familia. Cuando me casé ya sabía lo que era llevar una casa, porque eso fue lo que mi madre se propuso todo el tiempo. - Y ahora que esa mentalidad ha cambiado, ¿qué opina sobre la llamada «igualdad» entre hombres y mujeres? - A mí me parece muy bien que la mujer esté igualada con el hombre en el tema del trabajo. Actualmente, la mujer estudia y puede ser ministra o presidenta del Gobierno, porque eso se ha mejorado muchísimo. Creo que somos inteligentes igual que los hombres, y además tenemos otras cualidades que ellos no tienen. Pueden valer perfectamente para desempeñar cargos importantísimos. - ¿Y cuando la mujer tiene familia? - Creo que hay un handicap que es que la mujer tiene que ocuparse de su casa y de sus hijos y tenerlos bien atendidos. Pero si puede compaginarlo todo y si es muy lista y valiosa y lo sabe hacer, ¿por qué no? De lo que sí estoy en contra es de que la mujer abandone a su familia por el trabajo, algo que suele ocurrir hoy. La mujer quiere ser como el hombre, pero cada uno tenemos lo nuestro. - ¿Se siente orgullosa de ser la primera presidenta de un club de fútbol? - No, pero estoy encantada. Cuando mi marido me lo propuso me extrañó muchísimo. Yo dije «esto va a ser un desastre», porque yo no tenía ni idea de fútbol. Pero después me aficioné. Yo tengo en la vida algo muy claro: si tienes que hacer una cosa, te guste o no, hay que hacerla de verdad e intentar hacerla lo mejor posible, porque, a lo mejor, da resultados. En mi caso, como yo no tenía ni idea, empecé a hablar con gente del fútbol, a leer los periódicos deportivos y a ver los partidos en televisión. Y me aficioné tanto que ahora soy la loca del fútbol. Estando en el palco con los otros directivos yo me enfadaba y decía «pero ¿por qué pita el árbitro?» y me respondían «porque es fuera de juego». No entendía nada. Así que si tienes que hacer una cosa, hazla con gusto. - ¿Qué opina de los fichajes con sueldos tan elevados de los grandes equipos? - Yo en eso estoy completamente en desacuerdo, porque ponen las cosas muy difíciles para los equipos modestos que ya no podemos hacer nada. Ya me contarás cómo competimos con el Madrid o con el Barcelona. Soy de la opinión de que hay que elegir a jugadores españoles. - ¿Inculca valores a sus jugadores? - Cuando puedo hablo con ellos. Si alguno me cuenta que está viviendo con su novia, le digo: «¿Viviendo con tu novia? Lo que deberías hacer es casarte». Yo voy con su entrenador y los conozco a todos. También les pusimos un sacerdote, que habla con ellos, los escuche, sin obligarlos… - ¿Cómo se ve de aquí a unos años? - Me veo cada vez más viejecita. Cuando muchas veces me preguntan si voy a seguir siendo presidenta del Rayo, yo digo que cuando ande con dos bastoncitos lo dejaré, pero de momento me encuentro con fuerzas. Los penaltis - Su plato estrella. - Los postres caseros. - Un libro. - Me gusta leer pero tengo poco tiempo. - Una película. - Memorias de África y las de Hitchcock - Un pasatiempo. - Los crucigramas, el gimnasio –para cuidarse un poquito– y andar. - Música favorita. - La mexicana, el flamenco y las sevillanas. - El mejor plan de tarde. - Estar con mis hijos y mi marido. - ¿Flan o natillas? - Las dos cosas, aunque el Flan Dhul es fantástico. * Entrevista publicada en el Núm. 9 de la Revista Misión
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