MEDIDAS DE SEGURIDAD EXCEPCIONALES EN EL VATICANO DURANTE LA VISITA
Obama asume como «un gran honor» su encuentro con Benedicto XVI
Aunque, como es tradicional, no ha trascendido la conversación privada mantenida entre el presidente norteamericano y Benedicto XVI, la Prensa fue testigo del caluroso apretón de manos entre ambos. Barack Obama regaló al pontífice una reliquia de san Juan Neumann.
(Rafael Beltrán/ReL) Precedido por una fuerte polémica desatada por el doctorado Honoris Causa otrogado por la universidad católica de Notre Dame, y la fortísima oposición del episcopado norteamericano a este galardón, dado el apoyo a políticas proabortistas del mandatario norteamericano, Benedicto XVI recibió a Barak Obama en El Vaticano. «Santidad, es un gran honor para mí». Fueron las primeras palabras que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, le dirigió al Papa Benedicto XVI en la reunión privada que mantuvieron ayer en Roma. Ambos se saludaron con un caluroso apretón de manos y posaron dos veces para los fotógrafos antes de dialogar en privado, según han informado diversas agencias de prensa. Por primera vez desde que asumió la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama es recibido por el Papa Benedicto XVI en el Vaticano, con lo que corona su visita a Italia tras participar durante tres días en la ciudad de LAquila de la cumbre del G-8. El mandatario llegó a la Santa Sede en medio de fuertes medidas de seguridad. Entró en el pequeño Estado a través del Arco de las Campanas, tras atravesar la Plaza de San Pedro. Decenas de carabineros y policías antidisturbios custodiaban la Plaza y la vía de la Conciliazione, la amplia calle que une el Vaticano con Roma, donde grupos de personas aplaudieron el cortejo presidencial. La basílica de San Pedro fue cerrada a los turistas y desviado el tráfico en la zona. Las alcantarillas y los cestos han sido selladas, dentro de las medidas de seguridad adoptadas. Antes de reunirse con el Pontífice, Obama mantuvo un encuentro de unos diez minutos con el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede. Una vez sentados uno frente a otro, Benedicto XVI le preguntó por la cumbre del G-8, concluida pocas horas antes. El mandatario estadounidense, siempre sonriendo, le dijo: «ha sido muy productiva y hemos decidido ayudas para los países pobres». Un protocolo especial La mayoría de reuniones en El Vaticano se programan al mediodía. Se ha permitido que parte del encuentro sea televisado después de conversaciones privadas. Benedicto XVI rompió con el tradicional protocolo de El Vaticano el día después de las elecciones estadounidenses enviándole una nota de felicitación, en lugar de esperar al típico telegrama congratulatorio el día de la inauguración de la presidencia. «Tuve una conversación maravillosa con el Papa justo después de las elecciones», dijo Obama a un grupo de periodistas en Washington poco antes de partir a Europa. «Y de alguna manera consideramos esta reunión como un encuentro como el de cualquier otro gobierno, el gobierno de la Santa Sede. Hay algunas áreas en las que vamos a estar de acuerdo y van a haber otras áreas en las que tendremos algunos desacuerdos». Un regalo para el Papa Como es costumbre entre los mandatarios que mantienen una audiencia privada con el Santo Padre, Barak Obama obsequió a Benedicto XVI con una reliquia de san Juan Neumann, un santo redentorista del s. XIX considerado patrón de los niños enfermos y de los inmigrantes. La Administración Obama encargó a Louis DiCocco, presidente del «Saint Jude Liturgical Arts Studio» de Baltimore, la búsqueda del presente. DiCocco, que fue el descubridor de la estola que perteneció al santo, entendió que este era el regalo perfecto, ya que representa el sacerdocio.
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