EL CARDENAL OFICIA UNA DE SUS ÚLTIMAS EUCARISTÍAS COMO ARZOBISPO DE LA SEDE PRIMADA
Cañizares se despide de Toledo pidiendo perdón «por los errores cometidos»
El cardenal Antonio Cañizares está poniendo fin, con esta eucaristía del Corpus, a su pontificado en Toledo, la sede primada de España, para centranse exclusivamente en las tareas que el Papa Benedicto XVI le encargó en la curia romana como Prefecto de la Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
El cardenal prefecto de la Congregación por el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y administrador apostólico de Toledo Antonio Cañizares, se despidió hoy de los fieles de la Archidiócesis toledana, a los que pidió perdón por los errores cometidos durante los años en los que ha sido purpurado toledano. «Os quiero como amigos y hermanos, y a todos me gustaría abrazar, agradecer, y pedir perdón por los errores cometidos en el pasado», dijo. Dar gracias a Dios En la homilía de la Solemne Misa pontifical por la festividad del Corpus Christi celebrada en una abarrotada Catedral Primada de Toledo, Cañizares aseguró que «han sido años muy intensos y gozosos», por lo que lo «único que puedo hacer es darle gracias a Dios por su infinita misericordia y por todo lo bueno que es y lo bueno que ha hecho a través de mi Ministerio». «Os llevo a todos muy dentro de mi corazón, y es para mi un desgarrón el dejaros, aunque no os dejo, porque siempre estaremos unidos por el cuerpo del Señor, que nos hace ser un solo cuerpo y vivir en una unidad inquebrantable», manifestó el purpurado toledano con estas palabras, en el primer acto público de despedida, enmarcado en la festividad del Corpus Christi, ya que el próximo 21 de junio tomará posesión como arzobispo de Toledo Braulio Rodríguez Plaza. Una fiesta entrañable De este modo, destacó la celebración del Corpus como una fiesta «entrañable» para la ciudad de Toledo, asegurando que «son días en que la ciudad resplandece con un brillo especial y saca al corazón de la ciudad la mayor de sus riquezas y de más preciado valor, como es el Cuerpo de Cristo». En este sentido, destacó el valor de la Eucaristía, apuntando que «el sentido de este adiós, como mi llegada hace siete años, lo encontramos en la Eucaristía, acción de gracias a Dios, que ha sido para mí, como para todos los cristianos, la razón de ser de mi vida y la fuente y la fuerza del Ministerio Episcopal que se me concedió para beneficio vuestro», agregó. Por eso, deseó que en este día «nuestra atención se centre en la verdad de la Eucaristía y nos pongamos en adoración delante de este Misterio», ya que «nos muestra un amor que llega hasta el extremo, un amor que no tiene límite. El sacrificio de Cristo y el de la Eucaristía son un único sacrificio, y el Misterio Eucarístico no puede ser entendido como algo a parte, por ello decimos anunciamos tu muerte señor», concluyó. Personalidades en su despedida El cardenal arzobispo de Toledo dio la bienvenida y agradeció su presencia en la Eucaristía al obispo auxiliar Carmelo Borobia, al deán y el cabildo catedralicio, a los sacerdotes y diáconos, al presidente regional, José María Barreda, y al resto de autoridades presentes, entre ellos, la presidenta del PP castellano-manchego, María Dolores de Cospedal, y el eurodiputado del PP, Jaime Mayor Oreja, así como a los sacerdotes de los seminarios mayor y menor y a los enfermos.
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