«En España, el que tiene convicciones está bajo sospecha»

(Nicolás de Cárdenas/ReL) El presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, ha alertado contra el «desarraigo» que ha «roto con el sustento de la cultural a la que pertenecemos» y cuya causa fundamental es la «pérdida en la fe en la razón». Así, el diagnóstico que realiza Blanco es similar al utilizado por Tito Livio en su momento: «Hemos llegado a un momento en el que no somos capaces de soportar nuestros problemas ni nuestras soluciones», pero que ha formulado de una manera más gráfica: «nos da miedo tener niños y es la mayor expresión de la crisis que vivimos». En España, asegura, «el que tiene convicciones está bajo sospecha» y , en especial, hay «una fobia creciente hacia las personas con convicciones religiosas». Dicho de otra manera, «los obispos no molestan por lo que dicen, sino porque pretenden llegar a la verdad". Es más, «hay una tentación de eliminar la verdad». En el choque de las convicciones con el relativismo, a parece la figura del «consenso de lo posible», en el que se cree como algo «bueno en sí mismo» y que, a juicio de Blanco, está en la base de la crisis moral de la democracia. Blanco ha denunciado que, más allá de que en elrelativismo ambiental los Derechos Humanos se han reinterpretado y «lo que es peor, se han inventado nuevos». Esto se debe a que «las ideologías del siglo XX y XXI se plantean como diagnóstico de los problemas esenciales», sinedo el mayor inconveninete que «las ideologías sólo nacen un ateismo en el que el hombre se cree Dios». Como acciones prácticas para combatir este ambiente contrario a las convicciones y a la fe en la razón y el diálogo sincero, Benigno Blanco ha planteado la necesidad de que la sociedad se abra a la verdad, recuperando la fe en la razón, de qu ese respete en especial a quienes tienen convicciones religiosas, «porque son fuentes deregeneración» y que las personas «hablen bien de lo bueno y mal de lo malo» porque, pese a que el mal es más «seductor», el bien es siempre «más atractivo». Blanco apeló a la responsabilidad personal, para no caer en la tentación de que «se arregle todo desde el poder» cuando los males de nuestro tiempo «se solucionan en el entramado cotidiano de lo real», como hicieron losprimeros cristianos que «iban por el imperio sonriendo y dando razón para la esperanza». Par ello es necesario -explicó- interiorizar las propias convicciones, armarse de razones sólidas y expandirlas uno a uno a nuestro alrededor. Respecto a las nuevas leyes planteadas por el Gobierno en los últimos años, ha explicado que están perfectamente estructuradas en fases. Una de «implantación de una nueva antropología», correspondiente a las leyes de aborto y eutanasia. Otra de «pedagogía pública obligatoria» (EpC) y una tercera, de «obligatoriedad del pensamiento» (Ley de Igualdad). Benigno Blanco quiso cerrar su intervención en el coloquio posterior a la conferencia con una frase lapidaria: «El mal hay que combatirlo, salga de las cloacas de la logia o de los pecados de los hombres».