«Somos europeos, no asiáticos, y tenemos que reconquistar esta Europa»

Por su interés, reproducimos a continuación la entrevista exclusiva al vicepresidente del Parlamento italiano y ex ministro de asuntos Europeos, Rocco Buttiglione, ofrecida por Alfa y Omega. (J.A.Mendez/Alfa y Omega) ¿Qué es lo primero que nos jugamos el 7J? En primer lugar, la guerra y la paz, porque la política siempre tiene que ver con la guerra y la paz. Un ejemplo: hemos tenido una guerra entre Rusia y Georgia. ¿Qué pueden hacer España o Italia? Nada. Pero Sarkozy fue a Moscú y habló con la fuerza de Europa, que es económica y no militar- y puso freno a esa guerra. Necesitamos instituciones fuertes para que Europa hable con una sola voz. Y también necesitamos a Europa para salir de la crisis. Somos el poder económico y social del mundo, así que podemos salir de la crisis y cambiar de modelo si lo hacemos juntos. El Gobierno español dice que va a cambiar el modelo él solo… El modelo actual ha fracasado. El motor del desarrollo es el consumismo exagerado de los ricos. ¿Y ellos cómo pagan? Con los préstamos de los pobres. Por ejemplo: China, un país muy pobre, compra bonos del tesoro de Estados Unidos y financia el consumismo de los americanos, que compran productos chinos. Así funciona el sistema. El nuevo modelo tiene que partir de la inversión en los países pobres, que, en su crecimiento, comprarán a los ricos. Eso lo puede lograr Europa, no España. ¿Y por qué la gente se interesa tan poco por las elecciones europeas? Parece que todos queremos la misma Europa, así que, ¿por qué votar? Pero no es así. Hay dos visiones del hombre y la libertad humana. Están los que piensan que la libertad es hacer lo que les da la gana y que el hombre pertenece sólo a sí mismo. ¡Qué pobre el hombre que sólo pertenece a sí mismo! El hombre pertenece a los que ama y a los que le aman. Un hombre pertenece a su esposa a sus hijos ¡especialmente a sus hijas! Pertenece a sus padres, a sus amigos, a la Iglesia…, a su comunidad. Esa primera visión habla del individuo y del Estado, ya sea liberal (con poco Estado) o socialista (con mucho Estado). La otra visión entiende Europa como una sociedad, no es la sociedad. Entiende toda la vida de otra manera. Se puede ver el sexo como algo personal, que te deja solo, o algo que une al hombre con la mujer y da lugar a la comunidad. Es decir, una visión humanística de Europa frente a otra que no lo es… …pero dice serlo. Es verdad que el Parlamento Europeo no tiene poder para decidir lo que es la familia, el matrimonio o la vida, pero presiona a los estados para que legislen de un modo u otro. La Europa que queremos nosotros es la misma que quieren los socialistas. Cuando me reprobaron por mis opiniones sobre los homosexuales, muchos me decían: Si no hay lugar para un cristiano, no voto. Y siempre digo: ¡No! Perdámosla batalla, no la guerra. Somos europeos, no asiáticos, y tenemos que reconquistar esta Europa, la única Europa que hay. Tenemos que votar porque existe el riesgo de una Europa donde los cristianos seamos europeos de segunda. ¿Y qué les dice a quienes ven en la UE un laboratorio de ingeniería social? Existe la posibilidad de que sea eso, pero también de que sea el lugar donde se elabore la recuperación del sentido de la vida, donde se proponga al mundo un modelo diferente de relaciones económicas y humanas. Yo hago campaña por el Partido Popular Europeo (PPE), y sé que tendremos que dar batalla dentro del propio PPE para pedir más firmeza. No queremos un PPE tibio. Por esa tibieza, muchos votantes españoles no saben a quién votar… ¡Pero si Jaime Mayor no es un tibio en absoluto! Tenemos una filosofía equivocada. Nos dijeron que la modernidad es un proceso de secularización en el que los valores religiosos y familiares desaparecen. Por eso, dicen, debemos redefinir nuestra identidad… ¡Pero es que eso no es cierto! Desde los años 80 hemos entrado en una reevangelización de Europa; sube el número de creyentes en Dios, la religión centra el debate social. El problema es que muchos políticos lo han olvidado, y hay que recordarles que el pensamiento laico no reconoce certezas, inmoral. Entre los laicistas ha calado la idea de que no es posible una ética laica, que el laico es un hombre sin ética. Nietzsche ha vencido a Kant y mientras Kant es el padre del Estado de Derecho, Nietzsche lo es del nacional socialismo…