ABOGA POR EL LIBRE ACCESO A LOS LUGARES DE CULTO
Benedicto XVI condena el «repugnante» antisemitismo a su llegada a Israel
En su tercer visita a Tierra Santa, primera como Papa, Benedicto XVi condenó con fuerza al llegar a Israel el antisemitismo y apeló a la necesidad de que Jerusalén (ciudad de la paz) haga honor a su nombre y en ella puedan darse las mejores condiciones para el libre culto en condiciones dignas, de las tres grandes religiones monoteistas.
(R.B./ReL) Benedicto XVI ha llegado esta mañana al aeropuerto de Jerusalén en su segunda etapa de su viaje apostólico a Tierra Santa, asegurando que toma su lugar «en la fila de peregrinos» que desde hace muchos siglos acuden para rezar en los lugares donde vivió Jesús. Tras atender las palabras de bienvenida que el presidente Shimón Peres le tributó al descender del avión, el obispo de Roma ha condenado el «repugnante antisemitismo» que azotó especialmente durante el siglo XX al pueblo judío y comprometió su oración «para que nunca la humanidad sea testigo de semejante agresión» y animó ha realizar todo el esfuerzo necesario para «combatir» el antisemitismo y lograr el respeto a todos, con independencia del pueblo, la raza o la religión. Del mismo modo, Benedicto XVI apuntó a los muchos valores comunes entre la Santa Sede y el Estado de Israel, entre los que destacó su compromiso «para que sea respetado el lugar de la religión en las sociedades». En ese sentido, deseó que, en la ciudad que las tres grandes religiones monoteistas consideran santa «todos puedan acceder libremente para poder realizar su culto». El Santo Padre, recordando que Jerusalén significa «ciudad de la paz» y que es «evidente» que ésta ha sido evitada durante mucho tiempo, reseñó que «las esperanzas de un futuro más estable dependen de las negociaciones de paz». «Suplico a cuantos tienen responsabilidades que exploren cada camino para la paz», añadió el Papa que confió en que se pueda crear un clima de confianza suficiente para obtener «avances reales». Dirigiendose al presidente Peres, Benedicto XVI concluyó con un sentido «Dios bendiga a su pueblo con la paz».
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