¿Cómo descubrir si alguien es un falso sacerdote? Hay al menos 3 claves para sospechar y denunciar
Es un problema cada vez más frecuente en los países hispanos, y también en Estados Unidos: hombres que se hacen pasar por sacerdotes católicos, visten como tal, se presentan como tal, y ofrecen sus servicios, pero no lo son.
Por lo general, lo que buscan es dinero, a corto o medio plazo. Alguno, además, puede ser un narcisista buscando reconocimiento o un círculo de seguidores al que manejar. Si tiene cierto éxito, puede intentar organizar una pequeña secta de apariencia externa católica.
A menudo son ex-seminaristas, o estudiantes de teología: quizá no terminaron sus estudios y el obispo nunca llegó a ordenarles. Pero saben de teología, usan "palabras teológicas" y fingen ser presbíteros.
Además de la estafa económica (piden donativos en nombre de la Iglesia sin ser enviados por ella) producen un daño espiritual: simulan los sacramentos pero no son válidos. Su pantomima no perdona pecados, no convierte en pan y vino en Cuerpo y Sangre de Cristo, no ejerce efectos de sanación o liberación...
En un artículo en el digital católico mexicano DesdeLaFe sugieren tres "alertas" para detectar cuándo alguien finge ser sacerdote pero no lo es.
Primera alerta: Piden dinero
DesdeLaFe.mx cuenta el caso de un hombre llamado Héctor López que acudió en 2019 al funeral del padre de un amigo. La funeraria avisó que tenían sacerdotes para celebrar la misa por el fallecido. El hombre que vino vestido de sacerdote empezó pidiendo una entrega de 500 pesos mexicanos, algo que ya les pareció extraño. Hizo la celebración
Durante la celebración, en vez de usar libros sagrados usó un cuadernillo con espiral. Los ornamentos y el rito parecían raros. Comprobó que no usaba las palabras de la liturgia. "Me sentí muy enojado, porque el falso sacerdote se aprovecha del dolor de las personas en un momento muy difícil. Lo que me ayudó para reconocerlo es que acudo regularmente a Misa y gracias a ello conozco los ritos", explicó al digital.
El padre Alan Téllez, canciller de la Arquidiócesis Primada de México detalla: "Los sacerdotes católicos, con licencias ministeriales, en realidad no pedimos un donativo, lo dejamos siempre abierto a las posibilidades, al deseo libre de las personas y la experiencia ha sido esa siempre: que cuando nos han pedido ir a visitar a un enfermo, por ejemplo a un hospital, no pedimos una tarifa. Vamos porque es nuestra obligación y porque somos ordenados sacerdotes para servir y dar la asistencia espiritual a los enfermos y a los moribundos".
Pero es cierto que en distintos países y regiones del mundo hispano puede haber distintas costumbres sobre la remuneración a los sacerdotes que acuden a los hogares.
Otra modalidad -que quizá tenga más éxito en Europa- es el estafador que se hace pasar por sacerdote misionero, que pide dinero para sus misiones en América o África (quizá enseña fotos y vídeos). Ni es sacerdote ni existen tales misiones.
Cuanto más insista en hacer una colecta en metálico, ahora mismo, que él se llevará personalmente, más sospechoso es.
Segunda alerta: El lugar es extraño
DesdeLaFe cuenta el caso de un matrimonio que acudió a un lugar que pensaban que sería una parroquia. El sacerdote mostraba "actitudes raras y groseras" y pedía mil pesos por realizar "celebraciones especiales".
Este matrimonio, sospechando ya algo, le pidieron que les mostrara su licencia ministerial. Él se negó. Ellos acudieron a la arquidiócesis de México, donde comprobaron que no existía tal sacerdote. La arquidiócesis envió personal a comprobar el lugar de las celebraciones, que era un gran garaje, y avisar a los fieles de la zona que dejaran de acudir a esas instalaciones, porque les estaban engañando.
Las funerarias y funerales caseros son espacios frecuentados por estos estafadores, ya que sus "usuarios" (parientes doloridos) acuden poco o casi nunca al lugar y están distraídos por las circunstancias, son fáciles de estafar y no se les volverá a ver.
Otro espacio al que suelen acudir es a las casas y hogares, a veces ofreciendo "misa por el cumpleaños". Aunque en algunas casas grandes con capilla puede haber permisos especiales para celebrar misa, no es normal que un sacerdote ofrezca misas en casas, y menos cobrando.
La Iglesia pide que, al detectar un caso extraño, los fieles avisen a la diócesis o a la parroquia verdadera más cercana.
Tercera alerta: Los ritos no son los de siempre
A veces, el falso sacerdote hace la misa "rara", con palabras o gestos distintos a los litúrgicos, no porque no se la sepa bien, sino porque quizá no la aprendió en un entorno católico, sino en alguna otra denominación (ortodoxa oriental, anglicana, o grupitos más o menos sectarios escindidos de ellas). Hace una liturgia distinta, aunque se revista como "católico".
Otras veces, el estafador, incluso si conoce bien la liturgia católica real, simplemente piensa que los "usuarios" son ignorantes y no se van a dar cuenta de que no realiza bien los ritos, que cambia por pereza o soberbia.
Un caso especial es el de los grupos que dicen ser católicos y vestir como católicos pero tienen su propia jerarquía, doctrina, etc... y funcionan como falsas iglesias "católicas". Suelen decir "somos católicos de rito oriental" o "somos católicos, pero de tradición anglicana" (o nórdica, o celta, o brasileña, o bolivariana, o veterocatólicos, o muchas otras cosas). Ni siguen al obispo católico local ni al Papa de Roma ni a ninguna autoridad reconocida por Roma, y a menudo tienen su propio "obispo".
De nuevo, algunos son meros grupos de estafadores, y otros son sectas de fanáticos.
También en este caso los que detecten el engaño deben avisar a la parroquia más cercana. Las diócesis pueden confirmar el estatus del supuesto sacerdote (si lo es) o confirmar que no lo es.
Si la persona que fue víctima de un falso sacerdote se siente afectada, puede denunciar a las autoridades civiles competentes y exigir la reparación del daño, pues se está cometiendo un delito, especialmente si hubo entrega de dinero.
[Lea más sobre grupos raros de falsos católicos aquí].