Este Domund, «una manera fresca de ser Iglesia» necesita tu ayuda para continuar su labor
11.000 misioneros españoles que escucharon «levántate» llaman a no permanecer indiferentes
Es el penúltimo domingo del mes de octubre y como cada año, la Iglesia española participa de la celebración del Domund. Esta jornada fue ideada para mover a los católicos a amar y apoyar la causa misionera, que hoy implica en España a 10.893 personas que dan a conocer el Evangelio allí donde la Iglesia tiene poca presencia a lo largo de todo el mundo.
Una llamada desde el horror a que "no seamos indiferentes al sufrimiento"
Uno de ellos es Julián Díez, misionero burgalés que se encuentra a siete mil kilómetros de su hogar, y que se trasladó a Haití poco después de que un terremoto de magnitud 7,2 asolase el sur de la isla.
“Más de un millón de personas se han quedado en la calle” afirma el misionero a Obras Misionales Pontificias. Este desastre natural, el asesinato del presidente del país o la llegada del huracán Grace, hicieron que Haití cobrara algo de protagonismo en los medios internacionales.
La atención solo duró unos días. “El escenario en el que se mueve Haití no es nuevo. La pobreza golpea fuerte, tanto que, por mucho que te prepares, conmociona. Mucha gente no tiene nada y tú nunca tienes suficiente para ofrecer. No es correcto decirlo, pero es un país abandonado por todos”.
Por todos menos por Dios, añade. “La Iglesia católica es la que más colabora con los pobres. Rica es la tarea social y misionera realizada, con el deseo de ayudar y promocionar a los más necesitados”.
Julián Díez, uno de los 11.000 misioneros que transmiten el Evangelio donde falta la Iglesia en el mundo.
Sin embargo, si los misioneros son la vanguardia de la Iglesia allí donde hay necesidad, el resto de la Iglesia es un respaldo muy necesario. “La Iglesia católica somos todos los fieles, y no sólo los que nos encontramos dispersos por todo el planeta. Gracias al apoyo, también material, entre todos realizamos de forma regular y por amor a Jesús estas Obras Sociales”.
Junto al anuncio del Evangelio a través de las catequesis, de las celebraciones litúrgicas y de la administración de los sacramentos, “los misioneros hacemos un trabajo social, que conlleva las mejoras de condiciones de vida para el bien de la comunidad”.
Desde octubre, Julián es testigo de que, en lugares como Haití y otros focos centrales de misioneros, más que vivir, se sobrevive. “Os pido que el dolor ajeno jamás nos sea indiferente, que no seamos indiferentes al sufrimiento del prójimo, porque todos somos hijos de Dios aunque vivimos en lugares distintos”, concluye.
Traspasada por la misión, escuchó: "Levántate"
Mónica Marín es otro de los rostros más visibles de este Domund 2021. Como fundadora de la asociación de jóvenes misioneros Jatari, participó en la presentación de la jornada junto al obispo de Kazajistán, José Luis Mumbiela.
La joven de 27 años contó durante la presentación que tenía 18 cuando se fue por primera vez de misiones a Rumanía, con las Hermanas Misioneras de la Caridad.
"En misión, lo que he descubierto ha sido una manera fresca de ser Iglesia y transmitir este mensaje", explicó.
Desde pequeña siempre tuvo "una sed que no sabía como llenar" y un sacerdote le introdujo en el mundo de la misión. "Ahí descubrí una realidad inmensa, y es que había gente dando la vida por otras personas".
Después, durante la JMJ de Cracovia "escuché ese `levántate´ y sentí que muchos con los que estaba allí necesitaban enamorarse".
Ana Zornoza, voluntaria de Jatari, cuenta sus motivaciones para la misión.
"En el momento en que tomamos conciencia, nos sale levantarnos", afirma. "En ese momento que sabes que Jesús cuenta contigo, te sale contar lo que has visto y lo que has oído".
Convencida de que "la misión propia del cristiano es la de moverse y actuar, en 2018 se fue nuevamente de misiones a Perú. "A la vuelta, sentíamos que teníamos que hacer algo".
Así comenzó a gestarse Jatari, que significa "levántate" en quechua. Es una asociación sin ánimo de lucro "cuyo fin es ser chispa, ser contagio, intentar ser nosotros ese `levántate´ en nuestro entorno, en el día a día, en eventos para recadar fondos para misiones o incentivando el voluntariado", explica.
Desde entonces, se ha sentido "traspasada" en numerosas ocasiones por la vida misionera. "Mis experiencias de misión han sido como un máster en vida. Reseteo, priorizo y ordeno mi vida. Es una maravilla ver cómo el Señor actúa a través de los misioneros. Ver como viven te cambia la vida".
"Las misiones te enamoran", declaró a Revista Ecclesia. "Te conviertes en parte activa de lo que está sucediendo. Yo he tenido la suerte de que desde el minuto uno he visto cómo Dios me transformaba a mí. Y de esa forma, `la misión´ se convierte en una forma de vida, también en tu entorno, en tu casa, con tus amigos, en el trabajo".
Mónica Marín, fundadora de la asociación de jóvenes misioneros Jatari, en la presentación del Domund 2021.
Millones de nuevos cristianos gracias a los casi 11.000 misioneros españoles
Julián Y Mónica son solo dos de los 10.893 misioneros españoles repartidos en los 1.116 territorios de misión repartidos por todo el mundo.
Obras Misionales Pontificias contabilizan en 1.116 los territorios de misión, en los que:
- Vive el 45,70% de la humanidad.
- Representan 1/3 de la Iglesia católica.
- Se celebran uno de cada tres bautismos.
- Se desarrolla aproximadamente un 44% del trabajo social y educativo de la Iglesia.
- Un sacerdote atiende a más del doble de habitantes que un sacerdote de la Iglesia Universal.
Durante los últimos 25 años, la Iglesia se ha trasladado a 179 nuevos territorios de misión, donde ha celebrado 1.251.628 bautismos, fundado 26.898 instituciones sociales y 119.000 instituciones educativas.
Cómo colaborar con la causa misionera
Para colaborar con la obra misionera de la Iglesia, Obras Misionales Pontificias dispone de los siguientes medios:
- Bizum: 00500
- Transferencia bancaria: ES32 0049 5117 2821 1009 4950
- Por teléfono: 915 902 780
El Papa a los misioneros: "¡Muchas gracias!"
Tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco saludó a todos los misioneros distribuidos por el mundo, "que en primera línea se dedican al servicio de la Iglesia pagando, en ocasiones en primera persona el caro precio por su testimonio".
Algo que no hacen por proselitismo, afirmó Francisco, "sino por transmitir el testimonio del Evangelio en su vida, en tierras que no conocen a Jesús. Muchas gracias a los misioneros", concluyó.