Desde 2001, los cristianos pasan del 60% al 37% en Nueva Zelanda: los católicos aguantan mejor
Hace ya casi 250 años, en la Navidad de 1769, se celebró la primera misa en Nueva Zelanda. La ofició el dominico francés Paul-Antoine Léonard de Villefeix, capellán del barco Saint Jean Baptiste, comandado por el explorador Jean-François-Marie de Surville.
El día antes realizó oraciones por los enfermos y condujo algunos funerales. Al parecer, los franceses no enterraron a los marinos fallecidos, sino que los echaron al mar, según la costumbre marinera, pero eso enfadó a los nativos maoríes que pescaban en esas aguas. No fundaron una colonia ni dejaron presencia, pero así empezó la fe cristiana en estas remotas islas.
Después llegarían los colonos británicos (con un primer servicio religioso en la Navidad de 1814), anglicanos en su mayoría, con minorías presbiterianas escocesas y metodistas. El catolicismo fue minoritario en el país hasta 2013, cuando al irse hundiendo el anglicanismo quedó como la mayor comunidad cristiana (ReL lo recogió aquí) pero aún así es hoy una minoría.
Según datos de 2013, uno de cada 10 católicos del país eran de etnias del Pacífico (sobre todo de Samoa y otras islas) y otro de cada 10 eran de etnias asiáticas (sobre todo filipinos y vietnamitas). Un 4% de los católicos del país habían nacido en Inglaterra.
En el siglo XXI los cristianos han pasado del 60% al 40%
En general, el cristianismo va de caída libre en el rico país isleño. Según el censo de 2018, el país tiene 4,7 millones de población residente. En el año 2001 se declaraban cristianos de algún tipo 6 de cada 10 habitantes. En 2018 no se declaran cristianos ni 4 de cada 10.
En el censo de 2018 por primera vez ha sucedido que los que declaran no tener religión (un 49%) superen en porcentaje y número a los que se declaran cristianos (un 38%).
Con todo, el catolicismo aguanta mejor que el anglicanismo y el protestantismo presbiteriano.
En lo que va de siglo, los que se declaran católicos han disminuido en 15.000 personas, mientras que los que se declaran anglicanos han disminuido en 270.000 y los que se declaran presbiterianos o reformados han disminuido en 188.000.
En 2001, el 17% de los neozelandeses se declaraban anglicanos, en 2018 ya eran sólo el 7%. Al empezar el siglo, los presbiterianos/reformados eran el 12% de la población; en 2018 sólo un 5%.
Anglicanos muy progresistas, en caída libre
El bajón del anglicanismo en Nueva Zelanda es más significativo al ser una de las primeras ramas anglicanas en "experimentar" con una deriva progresista.
Empezaron a ordenar mujeres como sacerdotisas anglicanas ya en 1977, y fueron la primera iglesia anglicana de todo el mundo en ordenar una obispesa, ya en 1990 (momento que recoge la foto bajo estas líneas). Después de 29 años de obispesas y 42 de sacerdotisas, queda demostrado que no sirve para frenar la pérdida de fieles.
En 2018 el Sínodo anglicano aprobó que aquellas diócesis que lo quisieran pudieran bendecir religiosamente "matrimonios" de personas del mismo sexo; algunas ya lo hacían desde bastantes años antes. Como respuesta, 12 parroquias anglicanas abandonaron la Iglesia Anglicana de Nueva Zelanda en mayo de 2019 y crearon su propia pequeña denominación anglicana conservadora, llamada Church of Confessing Anglicans of Aotearoa, con Jay Behan como obispo, reconocido por otros obispos anglicanos conservadores de Norteamérica (ACNA) y de países africanos y asiáticos (GAFCON).