Más de 100 edificios religiosos han sido destruidos por la junta militar de Myanmar en solo un año
Más de 100 iglesias y edificios religiosos anexos a las mismas han sido destruidas en Myanmar desde febrero de 2021, cuando la junta militar del país asiático inició un golpe de estado y depuso a los gobernantes de la Liga Nacional para la Democracia birmanos.
Según informa Ayuda a la Iglesia Necesitada, las autoridades militares han afirmado que no han atacado lugares de culto y que, en todo caso, los daños ocasionados han sido una consecuencia secundaria, eludiendo toda responsabilidad sobre los hechos.
Sin embargo, la realidad es que la junta militar de Myanmar está intensificando los ataques en las zonas de mayoría cristiana del país, como son los estados de Chin y Kayah.
Más de 100 iglesias y no pocos católicos asesinados
Entre febrero de 2021 y enero de 2022, el ejército destruyó en Chin unas 35 iglesias y otros 15 edificios afiliados, según la Chin Human Rights Organization. El Karenni Human Rights Group afirma que en Kayah, en el mismo período, destruyeron al menos 12 iglesias.
En abril, 40 soldados entraron a la fuerza en la catedral de Mandalay, cogieron al arzobispo Marco Tin Win y lo hicieron sentarse en el templo, reteniéndole junto a docenas de fieles.
Poco después, a mediados de junio, siete sacerdotes fueron detenidos, solo dos semanas depués de que dos jóvenes católicos fuesen asesinados por soldados de la Junta militar mientras recogían alimentos para los desplazados.
A pesar de que los generales juraron que querían proteger los lugares de culto, los monasterios no han quedado a salvo. Desde el abril de 2021, cuando comenzó la resistencia armada al gobierno surgido del golpe, al menos 50 edificios religiosos fueron destruidos o saqueados, según informa Asia News.
Junto con los ataques a edificios de culto, cerca de 20 líderes cristianos han sido arrestados, algunos de ellos fueron puestos en libertad posteriormente y 4 fueron asesinados, según informó el Instituto de Asuntos Chin.
Los últimos datos confirmados en este sentido han sido la nueva detención de dos sacerdotes, -John Paul y John Bosco- a finales del mes de febrero, mientras llevaban ayuda humanitaria al este del país en conflicto.