Entrevista al presidente del Instituto de Política Familiar
Hertfelder: «Familia sin futuro es sociedad sin futuro»
Eduardo Hertfelder asegura que «en España no hay ley de familia, de prevención y mediación familiar, ni de natalidad pero sí una ley que potencia la ruptura».
España registró en 2010 tres rupturas por cada cuatro matrimonios. El Instituto de Política Familiar ha alertado recientemente que si continúa la tendencia a aumentar el número de rupturas familiares y a disminuir el número de bodas, pronto habrá tantas rupturas como matrimonios.
Su presidente en España, Eduardo Hertfelder, advierte, en la siguiente entrevista concedida a ZENIT, que el país avanza hacia una “sociedad egoísta e individualizada”. “Familias fuertes y estables implica sociedad fuerte y estable; familia sin futuro es sociedad sin futuro”, afirma.
También destaca la vitalidad del movimiento familiar en España en los últimos diez años, así como la falta de voluntad política para ayudar a la familia y las actuaciones contrarias a ella realizadas por el Gobierno en los últimos ocho años, “según un proyecto de imposición del relativismo, del laicismo y de la ideología de género”.
- ¿En unos años podrían producirse realmente en España tantas rupturas como matrimonios?
-La tendencia es que cada vez hay menos matrimonios. Hemos pasado de 220.000 a 170.000 en los últimos 20 años. Desde el año 2000, hemos perdido 45.000 matrimonios. Por otra parte, está aumentando la ruptura familiar como los divorcios.
Por lo tanto, en estos momentos ya estamos hablando de 170.000 matrimonios y 125.000 rupturas.
Si no cambian esas dos tendencias, a disminuir los matrimonios y aumentar las rupturas, van a converger las dos líneas. De hecho, en Canarias ya se produjeron más rupturas que matrimonios en el año 2010.
- ¿Qué consecuencias tiene el aumento de la tasa de ruptura por matrimonio?
-Consecuencias nefastas para los cónyuges: la ruptura produce un drama, les causa problemas psicológicos, …
Es un drama para los hijos, que pasan a vivir en familias desestrucutradas. Los estudios nacionales e internacionales indican que los mayores perjudicados son los niños.
A partir de ese momento, los niños empiezan a ver que la fidelidad, la entrega, el sacrificio no tiene validez, porque las personas que más quieren, sus padres, no lo han vivido, y no consideran que esos serán valores para dar mañana a otra persona.
Si no han vivido ni la fidelidad, la entrega,… no lo harán mañana cuando tengan un proyecto de vida.
Después, conlleva consecuencias negativas para la sociedad, porque vamos viviendo en una sociedad más desestructurada, más individualizada, en la que cuando no tengo relaciones, porque las familias están rotas, me preocupo más del yo y del tú, una sociedad cada vez más egoísta.
Vamos hacia una sociedad con problemas para los padres, los hijos y sociales de una sociedad egoísta e individualizada.
- ¿A qué se debe, en su opinión, esta tendencia?
-Hay muchas causas, sería muy simplista reducirlo a una sola causa.
En primer lugar está la causa de tipo cultural: se ha transmitido unas ideas que han calado, como que ante la crisis la única solución es la ruptura; no está el darse una segunda oportunidad.
Se nos ha transmitido también que la fidelidad y la indisolubilidad son una utopía, que el matrimonio es una cuestión de afectividad exclusivamente y cuando se termina, puedo cambiar, que es un contrato, que en un momento dado puedo anular.
De hecho, actualmente en España resulta más fácil anular ese contrato matrimonial que el de una telefonía móvil.
Hay que permanecer 18 meses de fidelidad a una compañía telefónica, por ejemplo, mientras que con la ley del divorcio exprés puedo divorciarme en tres meses.
Además de las causas de índole cultural, están las de índole jurídica: en España no hay ley de familia, de prevención y mediación familiar, ni de natalidad pero sí una ley que potencia la ruptura.
No tenemos legislaciones de apoyo a la familia, sino regresivas, legislaciones antifamiliares.
En España hay problemas estructurales, laborales, hay un déficit de conciliación de vida familiar y laboral en que los horarios laborales son cada vez más extensos.
A menudo los dos cónyuges trabajan, llegan tarde a casa y no hay tiempo para comunicarse con los hijos ni entre ellos, hay una falta cada mayor de comunicación en la pareja.
Por otra parte, existen cuestiones de índole económica: España es el país de los 27 países de la Unión Europea que menos ayuda a la familia en todos los sentidos: económico, estructural, de leyes, de medidas,..
En conclusión, causas culturales y de tipo legislativo, económico y laboral están incidiendo en que haya cada vez menos matrimonios y más rupturas.
- ¿Qué propuestas plantean para luchar contra esta tendencia?
-Incidir en primer lugar en la derogación de la ley del divorcio exprés por su carácter regresivo y potenciar los centros de orientación familiar serían las dos grandes medidas.
Una ley tiene que resolver problemas y ésta lo que ha hecho es en apenas cinco años duplicar el número de divorcios en España, pasando de cincuenta mil a cien mil.
Es una ley absolutamente mala. No tiene parangón en todo el mundo occidental porque introduce tres características: la posibilidad del divorcio de una forma unilateral, sin ninguna causa e inmediata. Se ha legalizado el derecho al repudio en España.
Respecto a los centros de orientación familiar (COF), ayudan a las familias a superar los conflictos. Pero hasta ahora, a excepción de los centros de iniciativa privada como los COF diocesanos, ha habido una dejación a nivel público, de administración.
Se ha hecho caso omiso de las recomendaciones del Consejo de Europa que lleva más de treinta años instando a crear estos organismos.
- ¿Por qué luchar por el matrimonio?
-Porque es la base de la sociedad. Pensemos sólo en una sociedad sin familia, sin matrimonios: sería una sociedad de individuos solos, amorfa, en la que no habría relación entre las personas y sólo el Estado educaría, legislaría y determinaría lo bueno y lo malo según sus intereses.
La historia demuestra que la familia es la célula básica de la sociedad, la que transmite vida, la primera escuela. Lo primero que dice un niño es “papá” y “mamá”, no dice Zapatero ni Aznar.
En la familia se enseñan los valores, las virtudes, la generosidad, le entrega, la donación y gracias a eso se aprende a estar en la sociedad.
Decir familia es decir futuro; sin ella no habría futuro ni sociedad. Familias fuertes y estables implica sociedad fuerte y estable. Familia sin futuro es sociedad sin futuro.
- ¿Cómo está afectando la crisis económica a la política familiar en España?
- En primer lugar, la política familiar en España casi no existe. Las distintas Administraciones no habían apostado por la familia, no había una voluntad política de apoyo a la familia, sólo había algunas medidas puntuales o aisladas sin política familiar.
Como consecuencia de la falta de voluntad política para apoyar a la familia, cuando ha habido una crisis, rápidamente se han eliminado esas poquísimas ayudas a la familia que había.
Hemos llegado a la situación aberrante de que cuando más necesita la familia, en una situación de crisis económica, no sólo no se le ayuda más, sino que se le quitan las pocas ayudas que tenía.
- ¿Qué ayudas continúan pudiendo solicitar las familias en España, después de la desaparición del cheque-bebé?
-Hay una ayuda, que es ridícula. En estos momentos la principal ayuda a la familia que hay en España es la prestación por hijo a cargo: una ayuda que reciben unas pocas familias desde que el hijo nace hasta que cumple los 18 años.
Digo que es ridícula primero porque es de 24 euros al mes, cuando la media de la Unión Europea son 125 euros al mes. Es un quinto de la media europea.
Además, mientras en la Unión Europea esa ayuda es universal, independientemente del nivel de ingresos, en España se limita a las familias con unos ingresos de 11.000 euros brutos al año entre los dos cónyuges.
Si ganan el salario mínimo interprofesional, ya superaría ese límite. El 90% de las familias que tienen un hijo no pueden acceder a esa medida porque superan el límite de ingresos.
Además, la cuantía de la ayuda está congelada desde el año 2000. El poder adquisitivo no es el mismo hace diez años que ahora.
Eso es lo máximo que da la Administración central española.
- ¿Algunas autonomías proporcionan más ayudas?
-Sí, alguna por nacimiento,… Pero no hay voluntad política de ayudar y las dotaciones presupuestarias que dedican son muy pequeñas porque no creen en ello.
- En estos momentos, en España, según sus análisis y su interpretación, ¿qué factores o entidades están promoviendo la familia y cuáles la están perjudicando?
-La Iglesia está haciendo sus documentos de pastoral y está llevando a cabo en las diócesis una labor familiar estupenda, a pesar de los pocos recursos que tiene.
Después, el movimiento familiar en España ha emergido mucho: hay unas instituciones como el Foro Español de la Familia, asociaciones de familias numerosas, la Federación Provida, plataformas como Hazte Oír, asociaciones como Profesionales por la Ética y E-cristians,…
La mayoría de ellas hace diez años no existían y han dado un nuevo impulso a la familia; han empezado a exigir a las Administraciones, a demandar sus derechos y se han empezado a movilizar.
Antes, el movimiento familiar español era casi inexistente y ahora es un movimiento digno de mención y está siendo ejemplo para otros países.
Eso está haciendo que algunas Administraciones o partidos políticos poco a poco empiecen a introducir algunas medidas, más todavía por presión de este movimiento familiar que por convencimiento de lo que supone ayudar a la familia.
Por el contrario, hay una serie de instituciones que llevan muchos años actuando en contra de la familia y de la vida, como el IPPF y sus ramificaciones en España que promocionan el aborto, los anticonceptivos, …
El lobby gay está promoviendo una agenda política de apoyo a todo lo que sea la difusión de la ideología gay en todas partes.
Y una serie de grupos de feminismo radical y de ideología de género intentan impulsar la ideología de género en las Administraciones, los colegios y la sociedad en general.
Por otra parte, hemos estado viviendo un Gobierno que en ocho años ha impulsado un proyecto de transformación radical de España sin precedentes.
Se han generado casi veinte proyectos de ley sin calado social sobre libertad religiosa, ataque a la familia,… jamás vistos según un proyecto de imposición del relativismo, del laicismo y de la ideología de género.
Esos tres pilares han sido fundamentales preconizados por Zapatero en estos ocho años. Y ha apoyado a foros con subvenciones con ayudas, dándoles cancha para que puedan llevar a cabo este proyecto de transformación de la sociedad.
- ¿Cuáles son las principales amenazas de los matrimonios y las familias hoy en España?
-En primer lugar, el Gobierno que tenemos. Y si mañana cambia de manos el Gobierno, el nuevo Gobierno que no quite ni derogue las numerosas leyes perniciosas y las mantenga.
Siempre históricamente la izquierda ha desarrollado un proyecto de transformación social y cuando la derecha ha llegado, no ha quitado esas leyes regresivas y al no quitarlas, las ha dado por válidas y las ha consolidado.
El problema está en que si mañana sigue el Gobierno, persistirá el proyecto de transformación social. Si cambia de manos y no hace nada, consolidará estas casi veinte leyes que se han implementado en los años de legislatura socialista.
También que el movimiento familiar que ha nació en los últimos 10 años nos durmamos en los laureles ante un posible cambio de Gobierno y creamos que ya podemos “volvernos a nuestras casas” y no seguir trabajando por y para la familia.
Y que los padres que toman conciencia de sus responsabilidades se duerman y dejen de tomar conciencia de sus responsabilidades.
Ante una cultura de imposición de la ideología de género, hay que crear una cultura de perspectiva de familia, una cultura de la vida, en que se considere socialmente que la familia es el elemento básico de la sociedad, que se revitalice la familia, la maternidad, los hijos, el matrimonio, que no se vea de manera peyorativa sino que revitalice su función social.