Buscando soluciones entre los mismos clérigos
¿Abolir el celibato para prevenir la pedofilia? Los curas proponen la verdadera amistad sacerdotal
Andrea Tornielli entrevista a Massimo Camisasca, fundador y superior general de la Fraternidad sacerdotal de los Misioneros de San Carlos Borromeo.
Los pasados días ha tenido lugar en Monza (Italia) la Jornada anual de los amigos de la Fraternidad sacerdotal de los Misioneros de San Carlos Borromeo. En tal ocasión, en el teatro Manzoni, D. Massimo Camisasca, fundador y superior general de la Fraternidad, ha respondido a las preguntas de Andrea Tornielli en la presentación por adelantado de un nuevo libro dedicado al tema de la familia, que será publicado el próximo octubre.
Ha salido también en estos días otro libro de D. Camisasca, titulado “La casa, la tierra, los amigos”. Al final del encuentro, el superior de la Fraternidad San Carlos ha respondido a dos preguntas dedicadas al actual y candente tema de la pedofilia, a reserva de las noticias provenientes de Génova.
- D. Massimo, estamos todos desconcertados por las noticias que nos llegan de Génova, donde un sacerdote, D. Riccardo Seppia, párroco de la Iglesia del Espíritu Santo en Sestri Ponente, ha sido arrestado por haber sido acusado de abuso de menores y de venta de drogas. Desde hace muchos años D. Riccardo vivía una doble vida, y en las noches del fin de semana se trasladaba a Milán para frecuentar saunas gay. Son inquietantes los SMS que han sido publicados. Mi pregunta es: ¿Cómo es posible que suceda esto sin que nadie se dé cuenta, y durante tanto tiempo?
- “Los casos de pedofilia están difundidos en todos los ambientes. Estremecen a las familias, a los grupos de profesionales dedicados a los niños y a los jóvenes. Pero es mucho peor cuando están implicados sacerdotes, que deben ser padres , no enemigos de los niños.
Desgraciadamente el fenómeno existe y hay que afrontarlo. Es importante el discernimiento de la persona candidata al sacerdocio. Os aseguro que no es una tarea fácil. Yo no soy psicólogo, o mejor debo serlo por necesidad, pero existen situaciones en las cuales los desdoblamientos de personalidad son fuertes y evidentes. Y existe la posibilidad de ocultarlo. Esta posibilidad resulta menor en el sacerdocio, porque después el sacerdocio hace estallar las situaciones problemáticas, dado que el sacerdote está llamado a enfrentarse a diario con personas problemáticas. Si él mismo no ha afrontado y resuelto su propio problema, corre el peligro de terminar por vivir una vida de día y otra por la noche. Se producen dos vidas y esto va adelante hasta que esta situación aguanta. Cuando no aguanta más, he ahí la explosión de estas situaciones que parecen ciertamente increíbles. No es solamente el comportamiento de un sacerdote: aquí nos encontramos frente al misterio del mal. Porque, por una parte debemos de buscar lo más posible comprender a quien tenemos delante, ayudar a la persona a confiarse. Todo el problema ha de ser afrontado en el seminario, o de lo contrario será una piedra de tropiezo en los años de sacerdocio”.
- ¿Qué sugiere para que no se produzcan estas situaciones? ¿Cómo se responde a la soledad del sacerdote?
- “Yo creo que es importante favorecer la amistad entre los sacerdotes. Ciertamente, por miedo a relaciones morbosas, la amistad sacerdotal ha sido arrinconada. Hoy los sacerdotes notan la soledad, viven en soledad. Pienso que la amistad verdadera y sincera con otros sacerdotes es de una importancia fundamental para la vida de un sacerdote”.
Traducido por José Martín Alonso.