Un pequeño pueblo se levanta contra el laicismo que quiere eliminar a su Virgen: «La imagen seguirá»
Una estatua de la Virgen está en el punto de mira del laicismo más agresivo en Francia. Y el caso, que se circunscribía a la pequeña localidad costera de La-Flotte-en-Ré, y que no llega a 3.000 habitantes, ha llegado ya al ámbito nacional, según informa el portal mariano Cari Filii.
Esta bella y pequeña imagen de María fue colocada en el pueblo en 1945, justo tras el final de la II Guerra Mundial, para dar gracias a la Virgen por el regreso de los jóvenes soldados de la localidad que habían combatido y para recordar a los caídos en este sangriento conflicto.
Nadie había cuestionado la presencia de la Virgen en una plaza pública durante todas estas décadas. Ni los ateos, ni los miembros de otras religiones ni los no creyentes veían problema alguno, pues era algo más que un símbolo religioso, era parte de la esencia del pueblo.
Pero todo este clima de convivencia y paz cambió con la llegada de la asociación laicista "Libre Pensée", que nada tiene que ver con este pueblo, que ha llevado esta situación a los tribunales exigiendo a la Justicia la retirada inmediata de la imagen de la Virgen María del espacio público. Para ello, invoca la ley de 1905 que marcó el laicismo de Estado en Francia y con la que según afirman se prohíbe la instalación de un monumento de carácter religioso en un espacio público.
El juzgado decidirá sobre el emplazamiento de la estatua mariana el próximo 3 de marzo y la polémica ha dado salto al ámbito político. El pasado sábado fue a La Flotte-en-Ré el joven eurodiputado François-Xavier Bellamy, un político católico, provida y profamilia, para apoyar a los vecinos ante la ofensiva laicista que les quiere arrancar uno de los símbolos con el que más han convivido todo este tiempo.
Evocando la historia de esta estatua, instalada en señal de acción de gracias por el regreso de los soldados de la Segunda Guerra Mundial, Bellamy protestó contra este “Estado que está en proceso de destrucción de sus propios símbolos”.
El político francés recordó que lo que amenaza el laicismo en Francia no son las estatuas y los edificios religiosos sino el hecho de que los franceses ya no conocen de dónde les viene su herencia: nuestras raíces greco-latinas y judeocristianas. “Es en nombre de la libertad por lo que debemos defender estos monumentos que hoy están amenazados”, aseguró junto a esta imagen de María.
En 2020 un conductor chocó accidentalmente contra el lugar en el que se encontraba la estatua de la Virgen, que fue retirada temporalmente para restaurarla, algo que han hecho durante este tiempo dos artistas de la localidad. Y ha sido al reponerla el pasado mes de diciembre cuando "Libre Pensée" aprovechó para intentar por la vía judicial eliminarla del pueblo.
La estatua ha formado parte del paisaje urbano de La-Flotte-en-Ré, por lo que “eliminarla sería pues totalmente absurdo, borraría toda una coherencia y sobre todo, toda una historia”, cuenta indignado a Le Figaro el alcalde, Jean-Paul Heraudeau.
“En 1945 preferimos (los vecinos) erigir una estatua en memoria de los que regresaron de la guerra que ver los nombres de los muertos en un monumento", informa el regidor, que avisa: "Esta estatua de la Virgen estaba antes que yo y seguirá después de mí”.
La movilización laicista para derribar a la Virgen de La-Flotte-en-Ré ha suscitado la oposición de algunos miembros del Parlamento Europeo, como el eurodiputado François-Xavier Bellamy.
Para los habitantes, siempre ha sido parte de vida. “Todos los vecinos, ya sean católicos, ateos o protestantes, consideran que esta estatua forma parte no solo de su patrimonio histórico, sino también de su vida, más allá del símbolo religioso”, insiste el alcalde de la comuna.
Por su parte, los habitantes se han movilizado para bloquear la retirada de la imagen. Uno de ellos, denunciando un “acto estéril de intolerancia”, pidió salvar la estatua firmando una petición. Hasta el momento, unas 6.600 personas han dejado ya su firma.
Sin embargo, en la parroquia este ataque no sorprende. "No tenemos miedo, no es la primera vez que "Libre Pensée" intenta interponerse en nuestro camino”, explicó a Famille Chretienne el párroco Michel Cottereau.
Hace unos años, sus miembros actuaron contra los carteles del consejo municipal que habían elaborado para las fiestas porque mencionaban que se celebraba una misa por la mañana e intentaron censurarlos poniéndose en contacto con el ayuntamiento.