Así viven los católicos rusos el primer año de guerra: consuelo en la oración pese al enfrentamiento
Los católicos en Rusia son una minoría frágil y diminuta en un país enorme (unos 800.000, el 0,5% de los 143 millones de habitantes). Desde hace 30 años no sufren limitaciones al culto, aunque la inmensa mayoría de templos confiscados por los soviéticos no se les han devuelto ni compensado en todo este tiempo (puedes leer más aquí sobre el tema).
Sufren las mismas limitaciones de libertad de expresión y reunión que el resto de los rusos. En Rusia se castiga el usar la palabra guerra para referirse a este año de muerte y destrucción en Ucrania, y sólo se permite hablar de "conflicto" o "situación ucraniana". Si abiertamente reciben dinero del extranjero (por ejemplo, a través de distintas Cáritas) pueden verse acusados de "colaborar con agentes exteriores".
Una minoría orante
Pero tras un año de la invasión rusa "no hay salida previsible, parece que la única solución propuesta es empeorar aún más el conflicto", explica a la agencia Aciprensa el portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia y vicario general de la Arquidiócesis Católica Romana de la Madre de Dios en Moscú, Kirill Gorbunov.
"Las personas hablan del miedo ante un futuro incierto, la desilusión y la ira hacia los que creen responsables de la situación actual; también a veces hacia Dios y la Iglesia. Hay sufrimiento a causa de los conflictos entre compañeros, amigos y parientes, por los diferentes puntos de vista políticos", comenta el sacerdote.
Kirill Gorbunov es el portavoz de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia y vicario general de la Arquidiócesis Católica Romana de la Madre de Dios en Moscú.
El conflicto en Ucrania ha provocado que muchas familias mixtas ruso-ucranianas se encuentren en los lados opuestos del frente. Los rusos nacidos en la Unión Soviética "en general tiende a sentirse absolutamente impotentes frente al Estado, y no creen que ningún tipo de acción social pueda contribuir a una solución pacífica", relata.
"Seguimos incluyendo peticiones para el cese de la violencia y la restauración de la paz en las oraciones de los fieles. Algunos grupos de oración también están haciendo oraciones especiales por esta intención", expresa Gorbunov, que agradece al Papa la Consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María en marzo de 2022.
Los católicos son una pequeña minoría en Rusia, menos del 1%, algo que limita la capacidad de la Iglesia para responder al drama de la guerra. "Mi profunda gratitud a las personas de todo el mundo, especialmente a los católicos, por supuesto, que sienten la necesidad de orar por el pueblo de Rusia, entendiendo que la paz duradera solo se puede lograr a través de la conversión de los corazones y no por la fuerza", afirma.
"Parece muy desalentador que 2000 años después del nacimiento y resurrección de Cristo, las personas que profesan ser cristianas no puedan encontrar otra forma de resolver las tensiones políticas que matándose unos a otros", concluye.