Durante la cena se colocan seis alimentos que recuerdan la esclavitud en Egipto
Los judíos celebran Pésaj: una fiesta cargada de simbolismo, donde el más pequeño es el protagonista
Los judíos del mundo entero celebran desde este miércoles 5 de abril hasta el día 13 la festividad de Pésaj (Pascua). En esta ocasión, a muy pocos días de que los cristianos celebren la Resurrección de Cristo. "Durante siete días comerás matzot (pan ácimo)… y contarás a tus hijos aquello que hizo Dios cuando te sacó de Egipto", dice el libro del Éxodo.
La comunidad judía de España, compuesta por unas 45.000 personas, recordará este miércoles la salida de su pueblo de la esclavitud de Egipto hace 3.300 años. Un acontecimiento clave en la historia de Israel, que llevó al Pueblo de Dios a estar 40 años caminando por el desierto, liderados por Moisés, hasta llegar a la tierra prometida.
La festividad de Pésaj se celebra cada año el día 14 del mes hebreo de Nisan, que empieza en la primera luna llena de primavera. (Mientras que la Pascua católica, como acordó el I Concilio Ecuménico de Nicea del año 325, debía celebrarse el domingo siguiente a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera).
Pero, ¿cómo celebran los judíos de hoy esta fiesta?
Una noche muy especial
Los días previos a la Pascua judía, para eliminar todo el pan con levadura de las casas, las familias limpian a conciencia y algunas sustituyen el menaje de uso diario por una vajilla especial. Por su parte, los supermercados judíos dan salida a los productos con levadura, y tapan con telas las estanterías para que los clientes no puedan adquirirlos.
Durante la semana que dura esta gran fiesta, los judíos no consumen alimentos fermentados en recuerdo de la prematura salida de Egipto, que les impidió hacer pan con levadura. La matzá (pan ácimo) sustituye al pan normal. Un pan sin levadura que va a tener una conexión directa con lo que es el pan ácimo de la Eucaristía.
Pésaj se celebra cada año el día 14 del mes hebreo de Nisan, que empieza en la primera luna llena de primavera. Mientras que la Pascua católica debe celebrarse el domingo siguiente a la primera luna llena tras el equinoccio de primavera.
La gran cita de la Pascua judía es, sin duda, la noche del Séder. En esta cena tan especial se recuerda en familia el capítulo de la salida de Egipto, y se adorna la mesa con un plato especial (keará) que contiene seis alimentos simbólicos que evocan la historia de los israelitas:
-El maror: hierbas amargas frescas que simbolizan el sufrimiento del pueblo durante la esclavitud. Se suele utilizar endivias o lechuga.
-Jazeret: tronco de lechuga que simboliza la dureza de la esclavitud.
-Jaroset: pasta dulce de color marrón, mezcla de diversos frutos secos, manzana, miel… que representa la argamasa que los israelitas esclavos fabricaban en Egipto.
-Karpas: suele ser una verdura de sabor amargo (perejil o apio) que se moja en agua salada (que representa las lágrimas) en recuerdo de la venta de José por sus hermanos que fue la causa del exilio en Egipto.
-Zeroa: muslo de pollo o carne cocida que recuerda el sacrificio del cordero que hicieron los israelitas en Egipto.
-Beitzan: huevo cocido con su cáscara que simboliza el sacrificio que se ofrecía en el Templo de Jerusalén.
Durante esta noche el más pequeño de la casa pregunta por el significado de la celebración y es la explicación la que recuerda este capítulo de la historia. Se comienza con la pregunta: ¿Por qué esta noche es diferente a las demás? El Séder de Pésaj tiene un orden muy concreto y tras el ritual se procede a la cena pascual.
Para los judíos, en la Pascua se celebra la intervención de Dios en la historia, y cobra una gran importancia la transmisión de la fe a los hijos, de ahí el protagonismo de los niños durante la noche. También es una fiesta mesiánica, los judíos esperan al mesías y para eso dejan un sitio vacío en la mesa con un plato y una copa, y la puerta abierta, para que entre.
La importancia cristiana
Para los católicos, la importancia de la Pascua cristiana reside en que se hace memorial de la muerte y resurrección de Cristo. Jesús la celebró durante toda su vida, como judío que era, y, según algunos expertos, puede que llegara a "cumplirla" y a transformarla con su muerte en la cruz.
Así se defiende por Scott Hahn en La Cuarta Copa y, en el libro de Brant Pitre, Jesus and the Jewish roots of the Eucharist. "Todo se ha cumplido", dijo Jesús en la cruz antes de morir. ¿A qué se refería? La respuesta, para muchos entendidos, está, precisamente, en el Séder de Pascua, en las cuatro copas de vino que son obligatorias tomar esa noche:
-La primera copa es la que nos introduce a la celebración. Es la copa de la bendición, el Kiddush.
-La segunda copa, llamada "la copa del Juicio" o "del dolor", da inicio a la liturgia pascual, donde se relata la historia de lo que pasó en el Éxodo a través de unos ritos entre el padre de la casa y el niño menor. Se explican los símbolos de las comidas especiales de este día y se canta el salmo 113.
-La tercera copa está relacionada con la cena, la comida. El pan sin levadura, las hierbas amargas, y otros alimentos, cuyos símbolos apuntan a rememorar la historia del éxodo. Esta copa es llamada "la copa de la redención" (y es en la que Jesús instituye la Eucaristía durante La Última Cena).
Entre estas últimas copas, se cantan los salmos del 114 al 118 y, al terminar, se toma la copa final. La cuarta copa, la copa de la alabanza, da fin a la celebración y completa el rito pascual. Sin embargo, muchos estudiosos de la Biblia, han concluido que en la Última Cena solo hubo 3 copas.
"Todo se ha cumplido", dijo Jesús en la cruz antes de morir. ¿A qué se refería? La respuesta, para muchos entendidos, está en el Séder de Pascua.
Parece que Jesús no tomó la cuarta copa, sabiendo del significado que eso tenía, y habiendo asegurado que no volvería a beber del fruto de la vid hasta que llegara el reino de Dios. Viéndolo desde el punto de vista judío, Jesús no finalizó la celebración de la Pascua Judía, y lo hizo intencionadamente.
"Cuando salieron de la cena, del cuarto donde estaban celebrando la Pascua, se dirigieron a Getsemaní donde Jesús cayó con el rostro en tierra, orando así: 'Padre mío, si es posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya'", dice el Evangelio de Mateo.
En Getsemaní, por tanto, Jesús reza al Padre tres veces pidiéndole que lo libre del "cáliz". Resulta normal asociar esto hoy a la cruz, a la pasión... pero también debería vincularse con la cuarta copa, la copa que lleva a la culminación la liturgia pascual.
"Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota, que significa 'lugar del Cráneo', le dieron de beber vino con hiel. Él lo probó, pero no quiso tomarlo" (Mt. 27.31). Sin embargo, tras ser crucificado, Juan dice: "Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: 'Todo se ha cumplido'".
Jesús, ahora sí, toma la cuarta copa, y culmina la celebración pascual, su sacrificio pascual. Jesús no finalizó la celebración pascual en La Última Cena, Él la extendió para consumarla en la cruz, con su propia muerte, el sacrificio pascual por excelencia.
Aquí puedes ver un vídeo sobre la importancia de la cuarta copa del Séder en Jesús.
Por tanto, como apuntan muchos estudiosos, el sacrificio de Jesús no comenzó con la pasión, sino en la cena de Pésaj. Y esta celebración no terminó en la cena, sino en el Calvario. Jesús une la cena de Pascua con su muerte en la cruz y lleva los sacrificios pascuales de la Torá a su plenitud.