Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

«Es el hijo del carpintero, ¿y dice que bajó del Cielo?»: cuando tu rigidez te bloquea de Jesús

El Papa Francisco saluda desde la ventana del Palacio Apostólico en su alocución del domingo
El Papa Francisco saluda desde la ventana del Palacio Apostólico en su alocución del domingo

Jesús M.C.

El evangelio de este domingo 11 de agosto ha dado pie al Papa Francisco para hablar de la rigidez y lo preconcebido que nos impide abrirnos libre y audazmente a la voz de Dios y sus enseñanzas.

El Evangelio es claro: Jesús decía "soy el pan bajado del Cielo", decía cosas muy asombrosas sobre sí mismo. Y los judíos que le rodeaban quedaban estupefactos porque no encajaba con lo que cabía esperar.

“Los judíos murmuraban contra Jesús porque había dicho: "Yo soy el pan que descendió del cielo". Y decían: "¿No es éste Jesús, el hijo de José? Conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo, pues, puede decir: He bajado del cielo?" (Jn 6,41-42)”

El Papa apuntó en su comentario antes del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico que parte del bloqueo de los judíos venía porque no creían que Dios pudiera manifestarse a través de gente sencilla y común.

"Están bloqueados, en su fe, por el prejuicio hacia su origen humilde y también bloqueados por la presunción, por tanto, de no tener nada que aprender de Él", detalló el Papa Francisco.

Luego lo aplicó a nuestra situación como creyentes: "Preconceptos y presunciones, ¡cuánto daño nos hacen! Impiden un diálogo sincero, un acercamiento entre hermanos... Cuidado con los prejuicios y las presunciones. Tienen sus patrones rígidos y no hay lugar en sus corazones para lo que no cabe en ellos, para lo que no pueden catalogar y archivar en los estantes polvorientos de sus valores".

En vez de investigar, sólo buscaban confirmar lo que ya pensaban

En el caso de aquellos judíos había elementos añadidos: por un lado, conocían la ley de Dios y cumplían sus preceptos. Por otro lado, veían los milagros realizados por Jesús.

Y pese a todo eso, no conseguían reconocer al Mesías en Jesús.

El Papa piensa que su ceguera se debe a que llevaban a cabo sus prácticas religiosas "no tanto para escuchar al Señor, sino para encontrar en ellas la confirmación de lo que piensan. Están cerrados a la Palabra del Señor y buscan la confirmación de sus pensamientos".

El Papa señala que aquellos judíos hablaban entre ellos escandalizados, pero "no piden explicaciones a Jesús, más que intentar comprender, se encierran en su incredulidad".

Abrirnos sinceramente a escuchar a Dios

El Papa avisa: en nuestra vida de fe y oración podría pasarnos lo mismo, podría pasarnos que en vez de escuchar de verdad a Dios, sólo busquemos de Él y de los demás la confirmación de lo que ya pensamos, la confirmación de nuestras creencias, de nuestros juicios, que son pre-juicios.

"La fe y la oración, cuando son verdaderas, abren la mente y el corazón, no los cierran", avisa el Papa.

Preguntémonos, pues, concluye el Papa, si somos capaces de escuchar verdaderamente a Dios y "acoger su voz" más allá de patrones y miedos.

Recordando Hiroshima y Nagasaki

Tras su reflexión del Evangelio, y después de rezar el Ángelus, el Papa recordó el aniversario del trágico bombardeo norteamericano, con bombas atómicas, de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, que sumaron 220.000 víctimas mortales, casi todas civiles desarmados, en agosto en 1945. El Papa Francisco, en su viaje a Japón de 2019, pudo visitar el memorial que recuerda este evento.

"Mientras seguimos encomendando al Señor a las víctimas de aquellos acontecimientos y de todas las guerras, renovamos nuestra intensa oración por la paz, especialmente por los atormentados Ucrania, Oriente Medio, Palestina, Israel, Sudán y Myanmar", fue enumerando el Pontífice. También mencionó a los 62 pasajeros y tripulantes que murieron instantáneamente en el accidente ocurrido el 9 de agosto, en el estado de Sao Paulo.

Y, finalmente, recordó que este domingo se celebra la fiesta de Santa Clara de Asís y saludó con afecto a todas las religiosas clarisas, en particular a las de Vallegloria, dijo, con quienes "me une una hermosa amistad".

Se trata del monasterio de Spello, en Umbría, que el Papa visitó en 2019 y 2021, en el marco de sus visitas a Asís. En sus saludos a peregrinos saludó a los chicos del seminario menor de Bérgamo, que llegaron a Roma a pie desde Asís, después de una peregrinación de varios días de camino. “¿Estáis cansados?”, preguntó el Pontífice. “Nooooo”, gritaron los chicos a coro.

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