El organizador del Rosario de Ferraz vuelve a ser multado y el Gobierno lo prohíbe dos días
José Andrés Calderón, el joven abogado que desde el 12 de noviembre convoca un Rosario por la fe de España ante el santuario del Inmaculado Corazón de María en la madrileña calle de Ferraz, ha sido sancionado por la Delegación del Gobierno en Madrid con una multa de 600 euros.
"Nada te turbe, nada te espante"
El informe policial le responsabiliza de unos incidentes acaecidos una vez finalizado el Rosario del 16 de mayo, en los que Calderón no participó, alegando que "el motivo de inicio de los mismos [fueron] las proclamas que el convocante realizó por medio de megafonía".
Los incidentes consistieron en un enfrentamiento verbal entre un supuesto participante en el Rosario y el conductor de un vehículo, que obligó a la intervención de dos agentes a los que dicha persona habría faltado al respeto, y el lanzamiento de una botella de agua contra un policía por parte de otra persona.
El propio atestado afirma que tras los incidentes intentó localizar a Calderón para notificarle los hechos y comunicarle su responsabilidad en los mismos, "no encontrándose el mismo entre los concentrados".
¿Y cuáles fueron las "proclamas" por las que Calderón sería responsable de esos incidentes? Pueden escucharse en la grabación del Rosario que se realiza diariamente, entre los minutos 33:40 y 38:59:
Calderón explica ese día "la gran injusticia del delegado del Gobierno" al sancionarle con 3600 euros de multa por hechos acaecidos en una concentración distinta al Rosario, y en la que no tuvo nada que ver.
El convocante reprocha al delegado del Gobierno acudir a "la mentira y la calumnia" para acusarle de infracciones que no ha cometido y reprocha a los autores del informe policial que hagan "un relato falso de los hechos". Asimismo les acusa de ser unos "chapuceros" porque en el mismo expediente en el que le sancionan reconocen que "el convocante José Andrés se desvincula de la concentración en contra del Gobierno en todo momento" y "desaparece del lugar nada más terminar el citado rezo".
A continuación, Calderón lee los célebres versos de Santa Teresa de Jesús "Nada te turbe, nada te espante" y concluye asegurando la continuidad de los Rosarios y proclamando "¡Viva España católica!".
"Yo no participo en las concentraciones posteriores" contra el Gobierno, explica Calderón a ReL, "me limito a rezar".
Para evitar cualquier equívoco, añade, en cuanto termina la oración abandona el lugar: "En principio, como convocante, soy responsable de lo que suceda durante la concentración. Pero... ¡efectivamente, de lo que suceda de 19.00 a 20.00! De lo que suceda a partir de las 20.00, en unas manifestaciones que vienen produciéndose desde antes de que yo empezase a convocar el Rosario, ni soy responsable ni soy absolutamente nada".
Nueva prohibición
Por otro lado, la delegación del Gobierno ha prohibido el Rosario los días 1 y 2 de julio, escudándose en una solicitud fuera de plazo. Calderón solicitó una subsanación de urgencia que también le ha sido denegada, a pesar de que el Rosario viene rezándose ininterrumpidamente todos los días desde el 12 de noviembre sin un solo incidente. El propio atestado policial que relata lo sucedido el 16 de mayo después del Rosario, menciona que los Rosarios se desarrollan diariamente "sin ningún tipo de incidencia salvo el presente día".
Hay que recordar que la Delegación del Gobierno quiso ya prohibir el Rosario los días 8 y 9 de junio alegando la jornada de reflexión electoral y la celebración de las elecciones europeas. Calderón ganó el recurso presentado ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y el Rosario se rezó sin problema. Ahora la Delegación del Gobierno ha comunicado la nueva prohibición apurando los plazos para dificultar un nuevo recurso -que, en cualquier caso, se ha presentado- en defensa del derecho de reunión y manifestación.
Un derecho que, según doctrina del Tribunal Supremo, prima siempre sobre razones administrativas no habiendo razón de orden público en contra, lo cual es evidente por la naturaleza y entidad del acto en cuestión y por sus 229 celebraciones seguidas sin problema alguno.