En la Barcelona de Ada Colau, 12.000 personas comen gracias a Cáritas Diocesana: cada vez son más
Cáritas Barcelona (www.caritasbcn.org) dedicaba medio millón de euros en 2007 a ayudas para la alimentación de personas y familias en circunstancias complicadas. En el año 2016, en cambio, ha dedicado dos millones de euros, es decir, cuatro veces más. Antes de la crisis, eran ayudas temporales para pagar comedores escolares o algunas cestas de la compra; ahora, muchas familias dependen de estas ayudas para comer cada semana.
Son casi 12.000 las personas que comen gracias a las donaciones de Cáritas en la diócesis de Barcelona, que incluye la ciudad gobernada por Ada Colau y otros 25 municipios adyacentes habitados por 2,6 millones de personas.
- 2.300 personas cuentan con una "tarjeta alimentaria" de Cáritas: sirve para comprar sólo alimentos, manteniendo los hábitos sociales de compra familiar. Cáritas Barcelona destina a esto 350.000 euros
- Otras 2.300 personas atendidas por asociaciones o ayuntamientos acuden a Cáritas a por alimentos. Esto cuesta otros 350.000 euros a la ONG católica.
- Las parroquias reparten comidas a 2.655 personas. Cáritas destina a esto 462.000 euros.
- Por último, 4.528 personas pasan por diversos centros residenciales de Cáritas y sus tres comedores sociales (uno da cenas, los otros dan comidas), que han repartido 23.400 raciones en 2016. Eso ha costado 923.000 euros.
Cáritas Barcelona ha presentado su informe Frágiles sobre alimentación y asistencia social con estas cifras, y contando con la presencia del arzobispo Juan José Omella.
Ayudas económicas directas de Cáritas Barcelona a personas y familias en los últimos años, en euros
La entidad ha alertado de que las familias cada vez son más pobres y han de recurrir durante más tiempo a las campañas de donación de alimentos o a los comedores sociales para garantizar su alimentación. "La alimentación va más allá de las comidas diarias, ya que forma parte de la socialización de la persona. Comer en familia estrecha vínculos, marca pautas sociales y transmite cultura", ha indicado Mercè Darnell, adjunta a la Acción Social de Cáritas.
La tarjeta solidaria para alimentarse ayuda, por ejemplo, manteniendo la discreción, a que una familia o persona siga manteniendo hábitos de ahorro y de economía familiar, constumbre de comprar y planificar la dieta, responsabilidad de alimentar a los suyos, etc...
En rojo, el número de familias que Cáritas Barcelona ayuda con donaciones directas; en gris, el número de personas; se observa el crecimiento en los últimos 9 años
El director de Caritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, ha reclamado a las administraciones una "renta garantizada de ciudadanía". Se da la circunstancia de que 121.000 firmas de una iniciativa legislativa popular en Cataluña (el doble de las requeridas) han pedido al Parlament una "renta mínima garantizada" desde 2013, pero los parlamentarios catalanes están más ocupados en asuntos identitarios y el conflicto independentista y han congelado en el limbo esta petición ciudadana.
El arzobispo Omella ha destacado que la Navidad es un tiempo de "solidaridad", de "vivir con el corazón abierto" y de "compromiso con los pobres", también por parte de "la administración". Y ha afirmado que “el nacimiento de Jesús nos ha de ayudar a mirar y comprender esta fragilidad innata del ser humano", en referencia al título del informe.
Son casi 12.000 las personas que comen gracias a las donaciones de Cáritas en la diócesis de Barcelona, que incluye la ciudad gobernada por Ada Colau y otros 25 municipios adyacentes habitados por 2,6 millones de personas.
- 2.300 personas cuentan con una "tarjeta alimentaria" de Cáritas: sirve para comprar sólo alimentos, manteniendo los hábitos sociales de compra familiar. Cáritas Barcelona destina a esto 350.000 euros
- Otras 2.300 personas atendidas por asociaciones o ayuntamientos acuden a Cáritas a por alimentos. Esto cuesta otros 350.000 euros a la ONG católica.
- Las parroquias reparten comidas a 2.655 personas. Cáritas destina a esto 462.000 euros.
- Por último, 4.528 personas pasan por diversos centros residenciales de Cáritas y sus tres comedores sociales (uno da cenas, los otros dan comidas), que han repartido 23.400 raciones en 2016. Eso ha costado 923.000 euros.
Cáritas Barcelona ha presentado su informe Frágiles sobre alimentación y asistencia social con estas cifras, y contando con la presencia del arzobispo Juan José Omella.
Ayudas económicas directas de Cáritas Barcelona a personas y familias en los últimos años, en euros
La entidad ha alertado de que las familias cada vez son más pobres y han de recurrir durante más tiempo a las campañas de donación de alimentos o a los comedores sociales para garantizar su alimentación. "La alimentación va más allá de las comidas diarias, ya que forma parte de la socialización de la persona. Comer en familia estrecha vínculos, marca pautas sociales y transmite cultura", ha indicado Mercè Darnell, adjunta a la Acción Social de Cáritas.
La tarjeta solidaria para alimentarse ayuda, por ejemplo, manteniendo la discreción, a que una familia o persona siga manteniendo hábitos de ahorro y de economía familiar, constumbre de comprar y planificar la dieta, responsabilidad de alimentar a los suyos, etc...
En rojo, el número de familias que Cáritas Barcelona ayuda con donaciones directas; en gris, el número de personas; se observa el crecimiento en los últimos 9 años
El director de Caritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, ha reclamado a las administraciones una "renta garantizada de ciudadanía". Se da la circunstancia de que 121.000 firmas de una iniciativa legislativa popular en Cataluña (el doble de las requeridas) han pedido al Parlament una "renta mínima garantizada" desde 2013, pero los parlamentarios catalanes están más ocupados en asuntos identitarios y el conflicto independentista y han congelado en el limbo esta petición ciudadana.
El arzobispo Omella ha destacado que la Navidad es un tiempo de "solidaridad", de "vivir con el corazón abierto" y de "compromiso con los pobres", también por parte de "la administración". Y ha afirmado que “el nacimiento de Jesús nos ha de ayudar a mirar y comprender esta fragilidad innata del ser humano", en referencia al título del informe.
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