Belloch, que fue alcalde socialista de Zaragoza 12 años, critica el laicismo que agrede los símbolos
Juan Alberto Belloch, que fue el alcalde socialista de Zaragoza durante doce años y renunció a presentarse en las últimas elecciones municipales (que llevaron a la alcaldía a la izquierda radical ligada a Podemos) ha hablado de los símbolos religiosos relacionados con Aragón y Zaragoza, para los que pide un extremo respeto.
En una entrevista con agencia Efe asegura: "No darse cuenta de que la Virgen del Pilar y el Ebro son el núcleo y el alma de la ciudad y de Aragón es que no se sabe nada o no se ha aprovechado su tiempo" en esta comunidad. "Con el Ebro y la Virgen del Pilar, bromas las justas", ha sentenciado.
Belloch no ha querido pronunciarse desde hace un año sobre ningún otro tíndole municipal, porque "los ex estorban en todos los casos", pero el asunto de los símbolos religiosos sí le hace hablar.
Cree que acertó "plenamente" sacando el Cristo del salón de plenos del Consistorio de la capital aragonesa y "dejarlo ahí quieto", porque, de lo contrario, "se le hubiera sometido a vete a saber qué ceremonias". Se refiere al crucifijo que presidía el salón de plenos de la ciudad y que él retiró de ese lugar tras la última sesión plenaria, cuando lo guardó en una vitrina.
Visto con perspectiva, cree que hizo "bien", ya que de lo contrario no sabe lo que hubiera ocurrido con el crucifijo "como ha pasado en otros ayuntamientos, donde se ha tratado de una manera miserable a los símbolos que son fundamentales para millones de personas".
Considera que ese tipo de actuaciones, "además de una tontería evidente es un error político".
Belloch defendió la permanencia del crucifijo en el salón de plenos mientras él fuera alcalde y obtuviera los votos suficientes para ello, porque, según decía entonces, "además de ser una obra de arte lleva en ese espacio desde el siglo XVIII".
Belloch, que en los gobiernos de Felipe González fue ministro de Interior y Justicia, asistía como alcalde a los actos religiosos en honor a la Virgen del Pilar, la patrona de Zaragoza y de la Hispanidad y cree que su sucesor en el cargo, Pedro Santisteve (de Zaragoza en Común, la formación populista ligada a Podemos), debería de hacer lo mismo.
"El alcalde puede ser un activista, me parece muy bien, pero representa a la ciudad, que se debe sentir orgullosa y reconocida", ha recalcado. "Es obvio que si solo atiendes a tu parroquia no cumples con las funciones de alcalde", ha comentado.
Sobre la asistencia de la Corporación a los actos religiosos, Belloch defiende el criterio que había durante su mandato, en el sentido de que el que tenga "objeciones" que no vaya a misa, "pero no obligar a otros a que no lo hagan". "Hacer lo contrario sería incordiar", ha dicho Belloch.
En una entrevista con agencia Efe asegura: "No darse cuenta de que la Virgen del Pilar y el Ebro son el núcleo y el alma de la ciudad y de Aragón es que no se sabe nada o no se ha aprovechado su tiempo" en esta comunidad. "Con el Ebro y la Virgen del Pilar, bromas las justas", ha sentenciado.
Belloch no ha querido pronunciarse desde hace un año sobre ningún otro tíndole municipal, porque "los ex estorban en todos los casos", pero el asunto de los símbolos religiosos sí le hace hablar.
Cree que acertó "plenamente" sacando el Cristo del salón de plenos del Consistorio de la capital aragonesa y "dejarlo ahí quieto", porque, de lo contrario, "se le hubiera sometido a vete a saber qué ceremonias". Se refiere al crucifijo que presidía el salón de plenos de la ciudad y que él retiró de ese lugar tras la última sesión plenaria, cuando lo guardó en una vitrina.
Visto con perspectiva, cree que hizo "bien", ya que de lo contrario no sabe lo que hubiera ocurrido con el crucifijo "como ha pasado en otros ayuntamientos, donde se ha tratado de una manera miserable a los símbolos que son fundamentales para millones de personas".
Considera que ese tipo de actuaciones, "además de una tontería evidente es un error político".
Belloch defendió la permanencia del crucifijo en el salón de plenos mientras él fuera alcalde y obtuviera los votos suficientes para ello, porque, según decía entonces, "además de ser una obra de arte lleva en ese espacio desde el siglo XVIII".
Belloch, que en los gobiernos de Felipe González fue ministro de Interior y Justicia, asistía como alcalde a los actos religiosos en honor a la Virgen del Pilar, la patrona de Zaragoza y de la Hispanidad y cree que su sucesor en el cargo, Pedro Santisteve (de Zaragoza en Común, la formación populista ligada a Podemos), debería de hacer lo mismo.
"El alcalde puede ser un activista, me parece muy bien, pero representa a la ciudad, que se debe sentir orgullosa y reconocida", ha recalcado. "Es obvio que si solo atiendes a tu parroquia no cumples con las funciones de alcalde", ha comentado.
Sobre la asistencia de la Corporación a los actos religiosos, Belloch defiende el criterio que había durante su mandato, en el sentido de que el que tenga "objeciones" que no vaya a misa, "pero no obligar a otros a que no lo hagan". "Hacer lo contrario sería incordiar", ha dicho Belloch.
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