Tras días de lluvias, sol y fervor en la misa del Rocío, el momento que reúne a las 117 hermandades
El Domingo de Pentecostés es el día grande de las hermandades rocieras: la Misa de Romeros en el real de la aldea de El Rocío es el único momento en el que se reúnen las 117 hermandades filiales rocieras, con sus capellanes al frente y muchos miles de romeros, y es una oportunidad de predicación fuerte para el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco.
El obispo animó a los devotos de la Blanca Paloma a ser, en medio de este mundo, "testigos y portadores de la Misericordia".
En la homilía, Vilaplana ha indicado que "ser misericordiosos como el Padre es un programa de vida tan comprometedor como rico de alegría y de paz".
La Misericordia, ha apuntado, "nos permite mirar a todas las personas reconociendo su dignidad y tomándonos en serio todas las situaciones de debilidad y vulnerabilidad", precisando que "el reconocimiento de la dignidad de toda persona y el trabajo por buscar el bien de todos nos impedirá caer en la tentación y superar los lastres que enturbian nuestra sociedad, la corrupción, la explotación de los débiles y la violencia en cualquiera de sus formas, física o verbal".
Vídeo de la retransmisión en CanalSur de la misa en el Rocío 2016: 2 horas 18 minutos
Por otra parte, el obispo ha indicado que El Rocío es también "una experiencia de la alegría vivida en el ámbito familiar", algo importante porque es en el que "generación tras generación se transmite la fe cristiana y el amor y devoción a Nuestra Madre, la Virgen del Rocío".
El obispo hizo referencia también a las lluvias que entorpecieron los días de peregrinación como unas dificultades que "ponen de relieve dos aspectos importantes por los que hay que dar gracias", el primero "el ejemplo de fe" dado por las hermandades y, el segundo, la labor desarrollada por los dispositivos del Plan Romero en la búsqueda de alternativas.
Al final de la homilía, las 117 hermandades filiales han renovado su compromiso con la Blanca Paloma: los presidentes y hermanos mayores pasaron ante un libro con la leyenda "creemos en todos y cada uno de los dogmas adorables de nuestra sacrosanta religión, católica, apostólica y romana, única verdadera, y estamos dispuestos a derramar por ella hasta la última gota de nuestra sangre si fuese necesario".