Discordia en «els pastorets» de Sarrià
El nacionalismo invade la Navidad: «Es síntoma de una grave enfermedad», denuncia Javier Barraycoa
Según recoge Dolça Catalunya, la tarde del 29 de diciembre, durante la función de L’estel de Natzaret [La estrella de Nazaret] en el Centro Parroquial San Vicente de Sarriá, el nacionalismo volvió a invadir el terreno de la religión, creando división entre los asistentes (ver abajo el vídeo).
La obra de Ramón Pàmies, perteneciente al tradicional género navideño catalán de los pastorets, se representa cada Navidad desde 1907 en dicho centro. Este año uno de los "pastores bufones" llevó en sus manos desde el primer acto una bandera independentista, la estelada, que crecientemente sustituye a la tradicional senyera en los actos políticos y culturales separatistas, e incluso en algunos institucionales.
En el segundo acto, un pastor finge recibir una llamada de Mariano Rajoy, y le transmite al otro que "la independencia, nada de nada", a lo cual el otro responde que el presidente de la Generalitat "es Mas" (por "más", en juego de palabras catalán-castellano con el nombre del dirigente de CiU). Luego ambos cantan una canción celebrando que el 9 de noviembre -fecha teórica del referéndum separatista- "votaremos la libertad, seremos Estado, tendremos la independencia".
Parte del público coreó esta canción, mientras se oyeron silbidos de otros asistentes y algún grito de "Prou política! [¡Basta de política!]” .
"Una celebración barriobajera"
ReL ha pedido su opinión sobre lo sucedido al sociólogo y escritor catalán Javier Barraycoa, autor de Historias ocultadas del nacionalismo catalán y, como novedad en estas navidades, Cataluña Hispana.
Barraycoa, uno de los grandes conocedores de la verdadera historia de Cataluña sin deformaciones nacionalistas, destaca el "carácter familiar" de els pastorets, "una profunda tradición en Cataluña" donde se representa a "unos pastores que reciben la noticia del Ángel de que ha nacido el Mesías".
La estructura narrativa parte de un esquema común: "Los pastores quieren irlo a adorar, pero aparecen las tentaciones e incluso la figura del Diablo, estableciéndose un pulso entre el mal y el bien. Por fin, siempre (hasta el momento) gana el bien y los pastores llegan al establo donde una pareja representa a la Virgen María y San José. Un niño, casi siempre real, un recién nacido de la comunidad que representa els pastorets, interpreta al Niño-Dios. Esta representación es entrañable y hace las delicias de los niños y mayores".
El homor catalán ("algo especial siempre (pensemos en el caganer)", apunta Barraycoa) siempre está presente en estas representaciones: "Algún pastor, especialmente el más tonto y cobardica, o el más astuto y realista, hacen alguna broma sobre alguna cuestión de actualidad". Pero estas bromas, subraya, "nunca son salidas de tono ni mucho menos políticas: a lo más, a veces, en los pueblos de la Cataluña interior, al diablo se le hacía decir alguna frase en castellano y poco más".
Esta vez se ha traspasado una línea roja: "Lo ocurrido en el centro de San Vicente de Sarrià, por otro lado con un rector, mosén Manuel Valls, que merece todo respeto por su dedicación y piedad, es impresentable".
Tiene un porqué, según el profesor Barraycoa: "La parroquia, como tantas otras, tiene un magnífico Centro Parroquial, donde durante años ha ido germinando el nacionalismo. En tiempos, Sarrià se convirtió en una población donde acudían los empresarios espantados por las bombas anarquistas de finales del XIX. De ahí que cuando se transformó en un barrio más de Barcelona, fuera uno de los lugares de la Ciudad Condal más españolistas. Durante muchos años se mantuvo el Círculo Español, donde se reunían los patriotas para conspirar contra la República".
¿Cómo se ha llegado a esta entrega al nacionalismo? "La transformación sociológica es inexplicable", responde Barraycoa, "si no es a través de la labor realizada durante décadas por un clero progresista y catalanista que fue dominando la parroquia y los mejores colegios de la zona. La representación barruera [barriobajera], por politizada, del otro día, sólo nos señala un síntoma de una grave enfermedad que sufre buena parte de los sectores eclesiales catalanes".
La obra de Ramón Pàmies, perteneciente al tradicional género navideño catalán de los pastorets, se representa cada Navidad desde 1907 en dicho centro. Este año uno de los "pastores bufones" llevó en sus manos desde el primer acto una bandera independentista, la estelada, que crecientemente sustituye a la tradicional senyera en los actos políticos y culturales separatistas, e incluso en algunos institucionales.
En el segundo acto, un pastor finge recibir una llamada de Mariano Rajoy, y le transmite al otro que "la independencia, nada de nada", a lo cual el otro responde que el presidente de la Generalitat "es Mas" (por "más", en juego de palabras catalán-castellano con el nombre del dirigente de CiU). Luego ambos cantan una canción celebrando que el 9 de noviembre -fecha teórica del referéndum separatista- "votaremos la libertad, seremos Estado, tendremos la independencia".
Parte del público coreó esta canción, mientras se oyeron silbidos de otros asistentes y algún grito de "Prou política! [¡Basta de política!]” .
"Una celebración barriobajera"
ReL ha pedido su opinión sobre lo sucedido al sociólogo y escritor catalán Javier Barraycoa, autor de Historias ocultadas del nacionalismo catalán y, como novedad en estas navidades, Cataluña Hispana.
Barraycoa, uno de los grandes conocedores de la verdadera historia de Cataluña sin deformaciones nacionalistas, destaca el "carácter familiar" de els pastorets, "una profunda tradición en Cataluña" donde se representa a "unos pastores que reciben la noticia del Ángel de que ha nacido el Mesías".
La estructura narrativa parte de un esquema común: "Los pastores quieren irlo a adorar, pero aparecen las tentaciones e incluso la figura del Diablo, estableciéndose un pulso entre el mal y el bien. Por fin, siempre (hasta el momento) gana el bien y los pastores llegan al establo donde una pareja representa a la Virgen María y San José. Un niño, casi siempre real, un recién nacido de la comunidad que representa els pastorets, interpreta al Niño-Dios. Esta representación es entrañable y hace las delicias de los niños y mayores".
El homor catalán ("algo especial siempre (pensemos en el caganer)", apunta Barraycoa) siempre está presente en estas representaciones: "Algún pastor, especialmente el más tonto y cobardica, o el más astuto y realista, hacen alguna broma sobre alguna cuestión de actualidad". Pero estas bromas, subraya, "nunca son salidas de tono ni mucho menos políticas: a lo más, a veces, en los pueblos de la Cataluña interior, al diablo se le hacía decir alguna frase en castellano y poco más".
Esta vez se ha traspasado una línea roja: "Lo ocurrido en el centro de San Vicente de Sarrià, por otro lado con un rector, mosén Manuel Valls, que merece todo respeto por su dedicación y piedad, es impresentable".
Tiene un porqué, según el profesor Barraycoa: "La parroquia, como tantas otras, tiene un magnífico Centro Parroquial, donde durante años ha ido germinando el nacionalismo. En tiempos, Sarrià se convirtió en una población donde acudían los empresarios espantados por las bombas anarquistas de finales del XIX. De ahí que cuando se transformó en un barrio más de Barcelona, fuera uno de los lugares de la Ciudad Condal más españolistas. Durante muchos años se mantuvo el Círculo Español, donde se reunían los patriotas para conspirar contra la República".
¿Cómo se ha llegado a esta entrega al nacionalismo? "La transformación sociológica es inexplicable", responde Barraycoa, "si no es a través de la labor realizada durante décadas por un clero progresista y catalanista que fue dominando la parroquia y los mejores colegios de la zona. La representación barruera [barriobajera], por politizada, del otro día, sólo nos señala un síntoma de una grave enfermedad que sufre buena parte de los sectores eclesiales catalanes".
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