La herencia de Zapatero
Cardenal Amigo: «Una huella de relativismo muy peligrosa»
En la entrevista concedida a 13 TV, el arzobispo emérito de Sevilla recordó también que «de los pobres no se presume, se les ayuda».
“La vida y la dignidad de las personas no es negociable bajo ningún aspecto”. Con estas palabras se pronunciaba el cardenal Carlos Amigo Vallejo sobre la futura reforma de la Ley del Aborto en la entrevista concedida al programa de Víctor Arribas y Susana Ollero en 13 TV 13 Eslabones.
"Una vez que se salta la barrera del derecho a vivir y de la dignidad de la persona, tanto de la madre como de la criatura, se relativiza todo. Se mata a una persona para robarle veinte euros y se aborta porque no se quiere tener unas estrías”, afirmó.
El relativismo de Zapatero
En relación a la ley de plazos aprobada por el Gobierno socialista, el arzobispo emérito de Sevilla señaló que en muchos casos del debate se hacía una “demagogia facilísima que ocasionaba el descontento de todos”: “Se trataba de una cortina de humo, pero no se puede hacer humo quemando cadáveres”.
En relación con diferentes medidas que fueron promovidas por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero para fomentar el laicismo, el cardenal Amigo explicó que “han dejado una huella de relativismo muy peligrosa”, y lamentó que muchas normas fueran promovidas dejando al margen a la sociedad. Algo que condujo a que, finalmente, las decisiones “fueran sufridas por las familias, no sólo las católicas, sino las familias en general”.
En cuanto a las declaraciones del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, sobre el matrimonio homosexual en las que señaló que, para él, esta unión no es inconstitucional, el cardenal Amigo apuntó que “a veces la matización política puede crear más confusión”: "Una cosa es el respeto que se debe de tener a todas las personas independientemente de su condición y otra es la estructura jurídica del matrimonio”.
Sobre la posibilidad de tramitar esta unión, al igual que el divorcio, ante notario, el obispo franciscano dijo que “una cosa es que se agilice la labor de la Justicia, y otra que la prisa se convierta en frivolidad”. Y destacó que hay que acabar “con la enorme cantidad de huérfanos de padres vivos”.
De Rubalcaba a la crisis
Sobre la denuncia de los acuerdos entre el Estado y la Santa Sede que propone en PSOE, el cardenal Amigo considera que si hay que actualizar algunas cuestiones, se hará en el momento oportuno, pero ahora “no es tan urgente”. Eso sí, debe ser “para mejorarlos”, en concreto “la situación en la que se encuentra la Iglesia de desprotección en su libertad de acción y en su presencia en instituciones”.
Sobre la crisis económica, destacó que “la Iglesia está realizando una labor extraordinaria, siempre fiel a lo que tiene que hacer": "De los pobres no se presume, a los pobres se les ayuda. Como dijo San Vicente de Paúl, la caridad que hace ruido no es caridad”. Pero, además, la Ilesia no solo trabaja por la caridad, sino que trabaja también "por la justicia”.
"Una vez que se salta la barrera del derecho a vivir y de la dignidad de la persona, tanto de la madre como de la criatura, se relativiza todo. Se mata a una persona para robarle veinte euros y se aborta porque no se quiere tener unas estrías”, afirmó.
El relativismo de Zapatero
En relación a la ley de plazos aprobada por el Gobierno socialista, el arzobispo emérito de Sevilla señaló que en muchos casos del debate se hacía una “demagogia facilísima que ocasionaba el descontento de todos”: “Se trataba de una cortina de humo, pero no se puede hacer humo quemando cadáveres”.
En relación con diferentes medidas que fueron promovidas por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero para fomentar el laicismo, el cardenal Amigo explicó que “han dejado una huella de relativismo muy peligrosa”, y lamentó que muchas normas fueran promovidas dejando al margen a la sociedad. Algo que condujo a que, finalmente, las decisiones “fueran sufridas por las familias, no sólo las católicas, sino las familias en general”.
En cuanto a las declaraciones del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, sobre el matrimonio homosexual en las que señaló que, para él, esta unión no es inconstitucional, el cardenal Amigo apuntó que “a veces la matización política puede crear más confusión”: "Una cosa es el respeto que se debe de tener a todas las personas independientemente de su condición y otra es la estructura jurídica del matrimonio”.
Sobre la posibilidad de tramitar esta unión, al igual que el divorcio, ante notario, el obispo franciscano dijo que “una cosa es que se agilice la labor de la Justicia, y otra que la prisa se convierta en frivolidad”. Y destacó que hay que acabar “con la enorme cantidad de huérfanos de padres vivos”.
De Rubalcaba a la crisis
Sobre la denuncia de los acuerdos entre el Estado y la Santa Sede que propone en PSOE, el cardenal Amigo considera que si hay que actualizar algunas cuestiones, se hará en el momento oportuno, pero ahora “no es tan urgente”. Eso sí, debe ser “para mejorarlos”, en concreto “la situación en la que se encuentra la Iglesia de desprotección en su libertad de acción y en su presencia en instituciones”.
Sobre la crisis económica, destacó que “la Iglesia está realizando una labor extraordinaria, siempre fiel a lo que tiene que hacer": "De los pobres no se presume, a los pobres se les ayuda. Como dijo San Vicente de Paúl, la caridad que hace ruido no es caridad”. Pero, además, la Ilesia no solo trabaja por la caridad, sino que trabaja también "por la justicia”.
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