Su tío fue asesinado en la Guerra Civil
Martínez Camino: «Los marxistas idearon en los años 30 un plan para exterminar a la Iglesia»
El secretario General de la Conferencia Episcopal española presenta un libro sobre la figura de su tío cura, Don Lázaro, mártir en el 36.
«Marxistas y anarquistas idearon un plan, según ellos, para liberar a los pueblos del opio de la religión. Y lo hicieron a sangre y fuego. En los años treinta había un plan para la exterminación de la Iglesia en Europa y en el mundo». Ésta es una de las reflexiones realizadas ayer por Juan Antonio Martínez Camino (Siero, 1953), secretario general de la Conferencia Episcopal Española y obispo auxiliar de Madrid, durante la presentación de su libro «Don Lázaro. Sacerdote y mártir de Cristo en Asturias (18721936)».
La obra cuenta la historia de su tío, Lázaro San Martín Camino, un cura rural que destacó en Asturias en la década de los años 30 del siglo pasado por su apuesta por la educación y que fue fusilado en Gijón durante los primeros días de la Guerra Civil.
«La figura de don Lázaro fue decisiva para mi vocación sacerdotal», reconocía ayer Martínez Camino durante la presentación del libro en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.
Martínez Camino no llegó a conocer a su tío, pero su familia se encargó de transmitirle el trabajo y la obra del sacerdote, mártir. El autor hizo una reflexión histórica sobre lo sucedido en Europa a partir de 1930 con los católicos. «Hay quien dice que la mayor persecución de la historia del Cristianismo fue la que tuvo lugar en España en los años 30 y que ésta fue un castigo merecido. Tampoco puede decirse que todo fue excelente en el catolicismo español del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX. Hubo pecados y errores», explicó.
Pero lo que Martínez Camino quiso dejar claro es que las persecuciones contemporáneas de cristianos «no puede entenderse como un fenómeno exclusivamente español». Y sobre todo Martínez Camino señaló lo ocurrido tras la caída de la Rusia de los zares en 1917. «La revolución de 1917 puso en marcha la mayor maquinaria política persecutoria que tuvo que aguantar la Iglesia», dijo. Una afirmación que sostuvo con datos comparando los 7.000 religiosos asesinados en España frente a los 200.000 muertos en Rusia entre 1917 y 1980. La mayor parte -unos 105.000- fueron fusilados en época de Stalin. «Son cifras escalofriantes», añadió.
Por eso Martínez Camino no dudó en hacer suyo el título de una obra del cura Ángel Garralda para asegurar que «el siglo XX es el siglo de los mártires». Y prosiguió su análisis de la historia más reciente abundando que «no es posible entender lo que sucedió en España sin incluirlo dentro de la gran persecución del siglo XX».
Por su parte, Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, explicó que «Dios nos regala a los santos como una compañía que puede despertar nuestra libertad». Montes rememoró cómo «los primeros cristianos cambiaron el mundo desde el espectáculo de la santidad» y destacó que «Oviedo tiene sus santos, que han vivido el Evangelio con todas sus consecuencias». El líder de la Iglesia asturiana aclaró que «el mártir cristiano no es el kamikaze con explosivos en la mochila. Entrega su vida sin quitársela a nadie».
Mientras, Pedro Álvarez Lázaro, catedrático de Historia de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid), alabó la obra de Martínez Camino. «Es una historia creíble, fácil de seguir y fundamentada. Demuestra una calidad de historiador verdaderamente importante», explicó Álvarez Lázaro, que sentenció que «la memoria histórica de España no sólo son los muertos de una parte». En el acto también participó Jorge Juan Fernández Sangrador, vicario general de la archidiócesis de Oviedo.
La obra cuenta la historia de su tío, Lázaro San Martín Camino, un cura rural que destacó en Asturias en la década de los años 30 del siglo pasado por su apuesta por la educación y que fue fusilado en Gijón durante los primeros días de la Guerra Civil.
«La figura de don Lázaro fue decisiva para mi vocación sacerdotal», reconocía ayer Martínez Camino durante la presentación del libro en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.
Martínez Camino no llegó a conocer a su tío, pero su familia se encargó de transmitirle el trabajo y la obra del sacerdote, mártir. El autor hizo una reflexión histórica sobre lo sucedido en Europa a partir de 1930 con los católicos. «Hay quien dice que la mayor persecución de la historia del Cristianismo fue la que tuvo lugar en España en los años 30 y que ésta fue un castigo merecido. Tampoco puede decirse que todo fue excelente en el catolicismo español del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX. Hubo pecados y errores», explicó.
Pero lo que Martínez Camino quiso dejar claro es que las persecuciones contemporáneas de cristianos «no puede entenderse como un fenómeno exclusivamente español». Y sobre todo Martínez Camino señaló lo ocurrido tras la caída de la Rusia de los zares en 1917. «La revolución de 1917 puso en marcha la mayor maquinaria política persecutoria que tuvo que aguantar la Iglesia», dijo. Una afirmación que sostuvo con datos comparando los 7.000 religiosos asesinados en España frente a los 200.000 muertos en Rusia entre 1917 y 1980. La mayor parte -unos 105.000- fueron fusilados en época de Stalin. «Son cifras escalofriantes», añadió.
Por eso Martínez Camino no dudó en hacer suyo el título de una obra del cura Ángel Garralda para asegurar que «el siglo XX es el siglo de los mártires». Y prosiguió su análisis de la historia más reciente abundando que «no es posible entender lo que sucedió en España sin incluirlo dentro de la gran persecución del siglo XX».
Por su parte, Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo, explicó que «Dios nos regala a los santos como una compañía que puede despertar nuestra libertad». Montes rememoró cómo «los primeros cristianos cambiaron el mundo desde el espectáculo de la santidad» y destacó que «Oviedo tiene sus santos, que han vivido el Evangelio con todas sus consecuencias». El líder de la Iglesia asturiana aclaró que «el mártir cristiano no es el kamikaze con explosivos en la mochila. Entrega su vida sin quitársela a nadie».
Mientras, Pedro Álvarez Lázaro, catedrático de Historia de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid), alabó la obra de Martínez Camino. «Es una historia creíble, fácil de seguir y fundamentada. Demuestra una calidad de historiador verdaderamente importante», explicó Álvarez Lázaro, que sentenció que «la memoria histórica de España no sólo son los muertos de una parte». En el acto también participó Jorge Juan Fernández Sangrador, vicario general de la archidiócesis de Oviedo.
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