Feministas radicales intentan boicotear, de nuevo, una Misa en la Universidad de Barcelona

“Hay un grupo de unos cuarenta jóvenes vestidos de negro en su mayoría y estilo okupa/antisistema que han partido de la parada de metro de Palau Reial en un simulacro burlesco de procesión laica, con cantos, carteles y proclamas. Varios de ellos llevaban máscaras y otros mayas cubriéndose la cara. Han acabado su actuación en la Facultad de Económicas a la hora del inicio de la misa.[…] Ante la situación, hemos optado por cerrar prudentemente la puerta de acceso a la capilla para evitar que los componentes de este colectivo que se han dirigido hacia la capilla entrasen”.

De esta manera explicaba este miércoles, 13 de abril, la Pastoral Universitaria el intento de boicot de la misa que se celebra los miércoles en la capilla de la Facultad de Económicas de la Universidad de Barcelona por parte de un grupo de jóvenes convocados por la Plataforma Unitaria de Feministas por la Laicidad y en Solidaridad con Somosaguas.

Como su propio nombre indica, la plataforma organizó la ‘procesión’ para solidarizarse con los jóvenes que el pasado 10 de marzo profanaron la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid, unos hechos que están contemplados en el Código Penal y por los que cuatro jóvenes fueron llamados a declarar por la Policía.

Gritos e insultos
Como denuncia el SAFOR, la manifestación partió de la parada del metro de Palau Reial, recorrió la Facultad de Económicas y se dirigió en ‘procesión’ hasta la capilla profiriendo gritos e insultos, megáfono en mano, contra “la derecha política, religiosa y mediática”, como indicaban en la convocatoria de la “acción en solidaridad con las activistas feministas detenidas” que está colgada en su web.

“Eran unas 40 ó 50 personas, en procesión por toda la facultad y al frente llevaban una pancarta donde se veía a una mujer desnuda crucificada. Iban cantando algo como si fueran letanías”, señala una testigo de los hechos.

En el dibujo de la pancarta se podía ver un símbolo de prohibición con una cruz dentro del círculo y la siguiente frase: “Ni en Barcelona, ni en Madrid, ni en ninguna universidad: fuera las capillas”.

Entre los gritos amplificados por los altavoces se pudieron escuchar frases como “fuera la Iglesia de la Universidad”, “víctimas de la Iglesia y el patriarcado”, o uno de los eslóganes más utilizados por el feminismo radical, “fuera los rosarios de nuestros ovarios”.

Según una de las manifestantes, es “inaceptable la actuación policial guiada por los que quieren convertir en un delito la libertad de expresión, contra la libertad de las mujeres”.

Sin embargo, parece ignorar que esa supuesta libertad que reclaman también la tienen los creyentes para poder celebrar la misa sin que un grupo de mujeres interrumpa la celebración y se desnude de cintura para arriba entre los aplausos del resto de manifestantes, como ocurrió en Somosaguas.

Manifiesto contra las capillas
Durante la ‘procesión’, que siguió ante el decanato y acabó con un corte del tráfico en la Diagonal durante unos diez minutos, una de las responsables de la plataforma leyó un manifiesto en solidaridad con sus compañeras de Somosaguas.

La plataforma justifica su acción por “las agresiones sufridas por las mujeres por parte de la Iglesia católica y la presencia de una capilla ‘en activo’ en la Universidad […] y en rechazo al enorme poder y presencia de la Iglesia católica en los espacios públicos de Cataluña”.

“Lo único que tenéis que traer son las ganas de pasarlo bien denunciando la ideología y práctica heteropatriarcal de las jerarquías eclesiásticas y venir vestidas de negro”, insistían en la convocatoria de la acción colgada en su web.

En el manifiesto, los responsables de la plataforma destacan el “soporte y solidaridad absolutos hacia todas las personas que participaron en esta acción reivindicativa (en Somosaguas) y absolutamente pacífica. […] Consideramos inaceptable la actuación policial guiada por los que quieren convertir la libertad de expresión y la denuncia de la opresión de las mujeres en un supuesto acto delictivo”.

También declaran su “cansancio e indignación ante las intervenciones públicas expresadas por la Iglesia católica y la derecha política y mediática ante cualquier manifestación que cuestione la situación de privilegio y poder que tienen”.

El manifiesto llega a hablar incluso de “criminalización mediática, policial, política y religiosa” contra sus manifestaciones y las personas y colectivos que participaron o están de acuerdo.

En otro punto, rechazan “que en un Estado aconfesional sigan existiendo capillas y centros de culto católicos en las Universidades públicas”, y concluyen insistiendo en que la Iglesia “atenta constantemente contra los derechos de las mujeres y las libertades sexuales de muchas personas”.

Según los organizadores, la manifestación recibió el apoyo de más de 30 entidades de movimientos sociales, feministas y laicistas, por lo que cabe deducir que asistieron a la convocatoria una media de aproximadamente 1,5 personas por entidad.