La Diócesis de Fresno (EEUU) investiga una imagen de la Virgen de Guadalupe que supuestamente llora
En Estados Unidos, el obispo de Fresnio ha iniciado una investigación sobre una talla de la Virgen de Guadalupe que supuestamente llora. Mary Rezac informa en Aciprensa la historia de este hecho que está causando un gran revuelo en Fresno:
La Diócesis de Fresno (Estados Unidos), informó que investigará una imagen de la Virgen de Guadalupe que, según sus propietarios y otras personas, “llora” desde hace un año y medio. La familia dueña de la imagen afirma que el fenómeno de las lágrimas comenzó hace alrededor de un año y medio.
Según las personas que afirman haber testificado el hecho, las lágrimas brotan del ojo derecho y caen por el rostro. María Cárdenas, dueña de la estatua, colocó un vaso debajo de la barbilla de la Virgen para recoger las lágrimas aparentemente milagrosas y compartirlas con las personas que vienen a verla.
Cárdenas recibió la imagen hace 10 años como regalo del Día de la Madre, según dijo a ABC30 Action News. Sin embargo, la estatua no comenzó a llorar hasta el asesinato de su primo.
Aunque sin informar públicamente dónde viven, la familia suele invitar a muchas personas a su casa para que vean con sus propios ojos la estatua que llora. "No la estamos ocultando, pero al mismo tiempo, no queremos que le pase nada", dijo al mismo medio uno de los cuidadores de la imagen, que optó por permanecer en el anonimato.
El equipo del noticiero se quedó para ver el fenómeno y afirmaron que las lágrimas eran aceitosas, olían a rosas y brotaban de forma continua. El cuidador también indicó que varios sacerdotes han llegado a observar la estatua y señalan que parece milagrosa.
Frente a esto, el Obispo de Fresno, Mons. Armando Ochoa, afirmó que "recién fue informado" de este hecho aparentemente milagroso.
"Se desconoce a quienes de los sacerdotes se referían en la nota televisiva sobre este tema, ya que en la Diócesis hasta la fecha ningún miembro del clero ha traído informe alguno sobre el asunto a la oficina del Obispo", sostuvo Mons. Ochoa en un comunicado.
El Obispo también agregó que la Diócesis se contactará en privado con la familia con el fin de ofrecer una guía pastoral sobre el fenómeno.
El reconocimiento más alto que la Iglesia Católica da a un presunto milagro es que sea "digno de fe". Las investigaciones sobre hechos milagrosos reportados (en el caso de estatuas que lloran, por lo general incluyen pruebas de ADN de las lágrimas, entre otros análisis) pueden dar lugar al rechazo si se determina que es fraudulento o no tiene un carácter sobrenatural.
Por otra parte, la Iglesia puede declarar que no existe nada contrario a la fe en un supuesto fenómeno milagroso, pero sin determinar la existencia o no de un carácter sobrenatural.
"La Iglesia Católica es muy cautelosa con estos asuntos y emplea la ciencia en lo posible para detectar engaños y otras explicaciones no sobrenaturales", dijo Michael O´Neill, conocido como el "cazador de milagros" dedicado a investigar ampliamente milagros católicos.
"Las lágrimas se recogen y analizan para ver si son humanas (en algunos casos falsos se han encontrado grasa de cerdo) y a las estatuas se les puede tomar una radiografía para descartar cualquier mecanismo interno utilizado para imitar de manera fraudulenta el flujo de lágrimas", dijo O´Neill a ACI Prensa.
"Algunos íconos que lloran han demostrado tener causas naturales, condensación o fugas de conductos en la pared que hay detrás de ellos. En muy raras ocasiones estas lacrimaciones (lágrimas) no tienen explicación y son dignas de fe y reconocidas como milagrosas".
A lo largo de la historia se registran muchas afirmaciones sobre estatuas o íconos de María y otros santos que lloran, pero unos pocos se han considerado dignos de fe por la Iglesia.
Uno de los ejemplos más conocidos y recientes ocurrió en Siracusa, Italia, en 1953. Una italiana, Antonina Janusso, fue curada de sus dolores al presenciar una placa de la Virgen que lloraba en la casa de los padres de su esposo Angelo.
Las lágrimas eran supuestamente la fuente de muchos milagros en toda Italia. En un mensaje de radio, el Venerable Papa Pío XII aprobó en 1954 el llanto milagroso después de que las lágrimas fueran consideradas humanas por cuatro científicos diferentes.
Otro caso más controvertido ocurrió en la década de 1970 y principios de 1980 en Akita, Japón, donde la Hna. Agnes Sasagawa de las Siervas de la Eucaristía afirmó haber recibido 101 mensajes que emanaban de una estatua de madera de María que lloraba y sangraba.
Las pruebas realizadas tanto por expertos cristianos y no cristianos, arrojaron que la sangre era de tipo B y el sudor y lágrimas de tipo AB. La afirmación de la religiosa, que incluían los mensajes, se rechazaron inicialmente por parte de su Arzobispo, pero luego aceptadas por el Obispo local de Niigata, Mons. John Shojiro Ito, quien el 22 de abril de 1984, después de años de extensa investigación, declaró el origen sobrenatural de las lágrimas y autorizó la veneración de la Santa Madre de Akita. No existe un pronunciamiento oficial del Vaticano sobre este asunto.
O´Neill explicó también que a diferencia de las apariciones marianas, donde la Virgen se muestra a un miembro de los fieles con un mensaje, las imágenes que lloran requieren que los fieles busquen sus propias interpretaciones del milagro.
"Las estatuas que lloran por lo general causan un gran revuelo e inspiran a las personas a reflexionar sobre el significado de este fenómeno", agregó.
Mientras se espera el resultado de las investigaciones oficiales del Vaticano, O´Neill señaló que los fieles pueden rezar y reflexionar sobre las lágrimas como un símbolo de sufrimiento.
"Como en todos los milagros, el propósito es sin duda atraer a las personas más cerca de Cristo. Al considerar la imagen de las lágrimas de la Madre Dolorosa, es sensato reflexionar sobre el sufrimiento y la muerte de Jesucristo, así como en nuestros propios pecados. Estos prodigios pueden fomentar la introspección en todos nosotros y nos pueden llevar hacia una conversión de corazón".