Unas para reír, otras para reflexionar...
Películas increíbles que no puedes dejar de ver, o de volver a ver, en estas Navidades
¿Has hecho provisión de palomitas? ¿Has rebuscado en tu colección de DVD o en la programación de las cadenas que guardas sintonizadas? ¿Tienes papel y lápiz a mano para apuntar las que te faltan? Comencemos.
¡Qué bello es vivir!
Frank Capra, 1946
Por supuesto. No hay lista navideña que no la incluya, ni escena más vista en la historia del cine (en rivalidad con los juramentos contra el hambre de Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó o las dudas finales de Ingrid Bergman en el aeropuerto de Casablanca) que el abrazo final de James Stewart rodeado de todos los suyos, mientras el pueblo entero entona el Auld Lang Syne y suena, a modo de guiño, una campanilla.
Family Man
Brett Ratner, 2000
Lo que todos querríamos tener... frente a lo que todos querríamos ser. Un atraco en Nochebuena y un suceso inexplicable nos sitúan ante el antes y el después de Nicolas Cage tras dejar escapar a Téa Leoni (¡a quién se le ocurre!). Una comedia que nos hace pensar sobre la esencia de la felicidad y que, a pesar de los riesgos, no resulta empalagosa.
Navidades blancas
Michael Curtiz, 1954
No fue la primera película en la que Bing Crosby interpretó en el cine White Christmas. Lo había hecho en 1942 en Holiday Inn, junto a Marjorie Reynolds, y aquel año la canción de Irving Berlin, judío bielorruso, ganó el Oscar. Es el tema por excelencia de la Navidad, y en este caso da título a una película tan divertida como puede serlo cualquiera de las de Danny Kaye, compañero de reparto de Crosby, y plagada de buenos números de baile.
La gran familia
Fernando Palacios, 1962
Una de las mejores películas españolas de todos los tiempos. ¿Quién no ha llorado con Pepe Isbert, ese abuelo desesperado por haber perdido a su nieto en el trasiego navideño de la Plaza Mayor de Madrid? El film marcó época reflejando todas las virtudes que relucen en la vida familiar cuando es dirigida por un padre como Alberto Closas y una madre como Amparo Soler Leal, y convirtió a José Luis López Vázquez en el padrino ("¡Búfalo!") modelo para toda una generación.
Un padre en apuros
Brian Levant, 1996
Arnold Schwarzenegger ha demostrado en más de una ocasión que no sólo es hombre para cuajarte la sangre con un "¡Sayonara, baby!", sino para hacerte reír a gusto, siempre con acción a raudales: Poli de guardería o Mentiras arriesgadas son dos ejemplos, y ésta es otro, en la que le vemos luchar a gusto por toda la ciudad a la caza del regalo que hará feliz a su hijo.
S.O.S. Ya es Navidad
Jeremiah S. Chechik, 1989
De acuerdo: el cine se ha empeñado en vendernos una versión de "la Navidad perfecta" que tiene poco que ver con la realidad (para empezar, en el hemisferio sur es verano). Pero, por cinematográfica que sea, esa versión forma parte de nuestra cultura, y es muy divertido ver a Chevy Chase, en su mejor papel, como un padre de familia a la búsqueda de convertir esos días -infructuosamente, parece- en un reflejo de su artificioso ideal, que quebrará para dejar paso a lo que auténticamente desea.
Plácido
Luis García Berlanga, 1962
En las antípodas de esa "Navidad perfecta" está la realidad de quienes la celebran desde la escasez, cuando no desde la indigencia. A esa situación social se aproximó Berlanga con el humor ácido que plasmaron Cassen, José Luis López Vázquez, Manuel Alexandre o Julia Caba Alba en torno a aquel "siente un pobre a su mesa" que se hizo célebre como expresión de una caridad falseada por las apariencias. ¿Graciosa o triste? ¿Sincera o mordaz? Hay que verla para tener opinión propia.
Feliz Navidad
Christian Carion, 2005
Y cerramos la decena con un hecho histórico: la célebre tregua de Navidad de 1914 en el frente de Ypres (Bélgica), durante la Primera Guerra Mundial. Un suceso que ha sido objeto de un reciente y hermoso spot comercial: soldados de ambos bandos contendientes salieron de sus trincheras para celebrar juntos el nacimiento de Cristo. Todavía era Cristo el referente social y cultural europeo, más allá de diferencias nacionales. Justo tras aquella guerra empezó poco a poco a dejar de serlo...