La película coincide con una reciente propuesta de Zapatero
«Perseguido»: ¿un «thriller» conspiranoico o el aviso de una inminente oleada anticristiana?
El 18 de julio se estrenó en Estados Unidos una película muy "americana": conspiraciones, Casa Blanca, FBI, coches chocando a toda velocidad por las calles y disparos. El protagonista es un claro trasunto del telepredicador Billy Graham, de 95 años y toda una institución en el país. Y el modelo cinematográfico es claramente, aunque con menos medios, El fugitivo en la versión de Andrew Davis, protagonizada en 1993 por Harrison Ford y Tommy Lee Jones.
Hablamos de Persecuted [Perseguido] (ver abajo el tráiler) dirigida por David Lusko y con James Remar en el papel principal, un eficaz actor básicamente de series de televisión pero que tuvo también un papel en la reciente Django de Quentin Tarantino. A pesar de que el estreno ha sido amplio, el ritmo del film es sólido y el guión tiene la consistencia propia de todas las películas de conspiraciones (es decir, no demasiada pero la justa para sostener la emoción del espectador), se la ha rodeado de un cierto manto de silencio. Quizá porque el argumento suena inquietantemente real... e inquietantemente actual.
Un argumento semejante a lo último de Zapatero
Recientemente, el ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero propuso una "alianza permanente entre las confesiones religiosas" vinculada a la ONU, lo que incluiría una "autoridad religiosa global" basada en dos pilares: el respeto al pluralismo religioso, la paz y la libertad, y la condena de toda violencia. Una propuesta que parece tomada de Señor del Mundo de Robert Hugh Benson o de El padre Elías de Michael O´Brien, y que es el punto de partida argumental de Perseguido.
De hecho, el malo de la película, el senador Donald Harrison, quiere aprobar una Ley de Fe e Imparcialidad en virtud de la cual todas las religiones actuarán bajo un paraguas común, de forma que representantes de cada una de ellas tendrían derecho a predicar en los templos de los demás, y quienes crean que su religión es la única verdadera o el único camino hacia Dios serán considerados intolerantes y penalizados.
Todo un monumento al relativismo y al nihilismo, en la línea de lo que apuntó Zapatero al detallar su propuesta: a su modo de ver, la clave es que ninguna religión puede planterse como "excluyente" ni pretender que sus creencias son las únicas verdaderas, sino que "la única verdad es la libertad, el respeto a todas las confesiones". "No hay herejes, hay personas que piensan que manera diferente o tienen diferentes ideas y en nombre de ninguna fe puede ampararse el odio y el fanatismo", remató.
Es justo lo que pretende Harrison en la película, pero le surge un obstáculo en la figura de John Luther (evocador apellido: Lutero), un telepredicador evangelista inspirado en el citado Billy Graham, que se niega a darle su respaldo. Su dominio de las audiencias es tan apabullante, que él solo es capaz de tumbar la iniciativa legislativa. Así que el senador pone en marcha una maquinación para acusarle del asesinato de una joven prostituta. De repente se ve convertido en un criminal a la fuga que intenta encontrar a los verdaderos asesinos, y enfrentado en solitario a un poder inmenso que siembra la duda incluso en su mujer y en su padre.
La presencia católica
Su padre, por cierto, es un anciano párroco católico, una improbable pirueta del guión... que el guión no explica: puede ser un hombre que se ordenó sacerdote tras enviudar, o un antiguo anglicano/episcopaliano acogido a los Ordinariatos creados por Benedicto XVI. Su inclusión en la trama, algo artificiosa, parece un guiño al espectador católico en medio del contexto evangélico de la película, y una forma de dar a entender algo que ya está sucediendo en el país: todos los cristianos, católicos o protestantes, sufren ya, si no aceptan un relativismo absoluto, los primeros asomos de una persecución que ya se está dirimiendo en los tribunales en torno al alcance de los derechos fundamentales. Un par de sacerdotes católicos serán al final el único apoyo de Luther.
Su padre está interpretado por el popular Fred Thompson de la serie Ley y Orden o (para los menos televisivos) el almirante de La caza del Octubre Rojo que protagonizó Sean Connery en 1990. Senador él mismo entre 1993 y 2003, intentó la nominación republicana en 2008, y además de confesar que interpretar por primera vez a un sacerdote le atrajo profesionalmente, valora el sentido de la película en una entrevista a Hollywood Reporter: "No es un documental, pero nos recuerda que tenemos que estar vigilantes y que un gobierno fuerte y centralizado puede suponer un desafío a los derechos fundamentales... En muchos países hay una persecución terrible. Desde luego, no la tenemos aquí, pero sí tenemos problemas entre la Iglesia y el estado. Puedes tener mucha libertad religiosa, y al mismo tiempo demasiado intervencionismo gubernamental en temas de religión".
Del enemigo, el consejo
Con casi un millón de seguidores en Facebook, Persecuted da la señal de alerta ante la forma insidiosa (tolerancia, paz) que puede revestir la próxima persecución cristofóbica. Desde luego, en el lado progre se la han tomado como una muestra de "paranoia derechista", según la cual "el gobierno y las fuerzas del pluralismo y la corrección política son agentes de una tiranía que pretende forzar a los cristianos y someter su voluntad". Pues eso.
Tráiler de Perseguido
Hablamos de Persecuted [Perseguido] (ver abajo el tráiler) dirigida por David Lusko y con James Remar en el papel principal, un eficaz actor básicamente de series de televisión pero que tuvo también un papel en la reciente Django de Quentin Tarantino. A pesar de que el estreno ha sido amplio, el ritmo del film es sólido y el guión tiene la consistencia propia de todas las películas de conspiraciones (es decir, no demasiada pero la justa para sostener la emoción del espectador), se la ha rodeado de un cierto manto de silencio. Quizá porque el argumento suena inquietantemente real... e inquietantemente actual.
Un argumento semejante a lo último de Zapatero
Recientemente, el ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero propuso una "alianza permanente entre las confesiones religiosas" vinculada a la ONU, lo que incluiría una "autoridad religiosa global" basada en dos pilares: el respeto al pluralismo religioso, la paz y la libertad, y la condena de toda violencia. Una propuesta que parece tomada de Señor del Mundo de Robert Hugh Benson o de El padre Elías de Michael O´Brien, y que es el punto de partida argumental de Perseguido.
De hecho, el malo de la película, el senador Donald Harrison, quiere aprobar una Ley de Fe e Imparcialidad en virtud de la cual todas las religiones actuarán bajo un paraguas común, de forma que representantes de cada una de ellas tendrían derecho a predicar en los templos de los demás, y quienes crean que su religión es la única verdadera o el único camino hacia Dios serán considerados intolerantes y penalizados.
Todo un monumento al relativismo y al nihilismo, en la línea de lo que apuntó Zapatero al detallar su propuesta: a su modo de ver, la clave es que ninguna religión puede planterse como "excluyente" ni pretender que sus creencias son las únicas verdaderas, sino que "la única verdad es la libertad, el respeto a todas las confesiones". "No hay herejes, hay personas que piensan que manera diferente o tienen diferentes ideas y en nombre de ninguna fe puede ampararse el odio y el fanatismo", remató.
Es justo lo que pretende Harrison en la película, pero le surge un obstáculo en la figura de John Luther (evocador apellido: Lutero), un telepredicador evangelista inspirado en el citado Billy Graham, que se niega a darle su respaldo. Su dominio de las audiencias es tan apabullante, que él solo es capaz de tumbar la iniciativa legislativa. Así que el senador pone en marcha una maquinación para acusarle del asesinato de una joven prostituta. De repente se ve convertido en un criminal a la fuga que intenta encontrar a los verdaderos asesinos, y enfrentado en solitario a un poder inmenso que siembra la duda incluso en su mujer y en su padre.
La presencia católica
Su padre, por cierto, es un anciano párroco católico, una improbable pirueta del guión... que el guión no explica: puede ser un hombre que se ordenó sacerdote tras enviudar, o un antiguo anglicano/episcopaliano acogido a los Ordinariatos creados por Benedicto XVI. Su inclusión en la trama, algo artificiosa, parece un guiño al espectador católico en medio del contexto evangélico de la película, y una forma de dar a entender algo que ya está sucediendo en el país: todos los cristianos, católicos o protestantes, sufren ya, si no aceptan un relativismo absoluto, los primeros asomos de una persecución que ya se está dirimiendo en los tribunales en torno al alcance de los derechos fundamentales. Un par de sacerdotes católicos serán al final el único apoyo de Luther.
Su padre está interpretado por el popular Fred Thompson de la serie Ley y Orden o (para los menos televisivos) el almirante de La caza del Octubre Rojo que protagonizó Sean Connery en 1990. Senador él mismo entre 1993 y 2003, intentó la nominación republicana en 2008, y además de confesar que interpretar por primera vez a un sacerdote le atrajo profesionalmente, valora el sentido de la película en una entrevista a Hollywood Reporter: "No es un documental, pero nos recuerda que tenemos que estar vigilantes y que un gobierno fuerte y centralizado puede suponer un desafío a los derechos fundamentales... En muchos países hay una persecución terrible. Desde luego, no la tenemos aquí, pero sí tenemos problemas entre la Iglesia y el estado. Puedes tener mucha libertad religiosa, y al mismo tiempo demasiado intervencionismo gubernamental en temas de religión".
Del enemigo, el consejo
Con casi un millón de seguidores en Facebook, Persecuted da la señal de alerta ante la forma insidiosa (tolerancia, paz) que puede revestir la próxima persecución cristofóbica. Desde luego, en el lado progre se la han tomado como una muestra de "paranoia derechista", según la cual "el gobierno y las fuerzas del pluralismo y la corrección política son agentes de una tiranía que pretende forzar a los cristianos y someter su voluntad". Pues eso.
Tráiler de Perseguido
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