El único Salvador
Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 29
Dice el villancico popular: Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad…Ciertamente este año nuestro encuentro ante el campanario eclesial goza de esta coincidencia. Debemos, pues, hacernos portavoces del gran gozo de los ángeles a los pastores: “Una gran alegría os decimos, hoy, en Belén de Judá ha nacido el Mesías, el Hijo de Dios”. Los pastores captaron el misterio navideño y acudieron los primeros ante el portalico donde se encontraba el Niño Jesús.
Nuestro periódico nos ha dado, en estas fechas navideñas, dos preciosas noticias. La primera ha sido conocer que José Ángel Cabrera Rodríguez, actual jefe del departamento de Cardiología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, es uno de los mejores cincuenta médicos de España, según la edición española de la revista Forbes, nacido en Jaén, donde estudió primaria, secundaria y la carrera médica en Granada.
La segunda, es que La Junta de Andalucía condecora al policía de Torredonjimeno, Javier Ureña con la Orden al Mérito de la Policía Local tras salvar a una mujer de un gran incendio jugándose la vida, sin traje especial ni ayuda. El miembro de la policía municipal afirma que aunque el cuerpo no tiene como fin salvar a personas del fuego, aquel día del año 2008 no se lo pensó dos veces y salvó a una señora que hubiera muerto en el accidente.
En estas jornadas navideñas ambas noticias nos estimulan y alegran, cuando tanta gente solamente cree la Navidad es un tiempo vacacional invernal, sin más contenido cristiano. Para los católicos la conmemoración del nacimiento de Jesús nos habla del cumplimiento de la promesa que Dios hizo a su pueblo de Israel que enviaría al Mesías Salvador, misión que cumplió a la perfección con sus palabras, milagros y su muerte y resurrección de entre los muertos.
El médico Cabrera Rodríguez y el municipal Javier Ureña, cada uno en su puesto de trabajo, son salvadores, son liberadores y transmisores de vida. El doctor lucha contra las enfermedades coronarias salvando a personas de una muerte segura. El policía local salvó a una mujer de perecer en un incendio a costa de su propia vida sin contar traje ignifugo como los bomberos. Todos conocemos a otras personas que hacen papeles de salvadores, por ejemplo, todos los padres y madres que traen a sus hijos a la vida, los alimentan, los educan, les buscan una cultura y les colocan en un lugar bueno dentro de la sociedad. O los profesores o maestros que modelan la mente y el cuerpo de sus alumnos con abrirles los ojos a una asignatura de ciencias o de letras, que los sacan de la incultura y los conducen a vivir como ciudadanos ejemplares.
Dentro de la Iglesia, la misión de los catequistas es insustituible, en el desarrollo de la semilla de la fe, cuya primera implantación, la puso el mismo Dios mediante las aguas sagradas del sacramento bautismal, cuando los padres de la criatura acudieron al templo a hacer cristiano a su hijo, que más tarde, con la colaboración de los catequistas, accederá a recibir los sacramentos de la iniciación católica, como la Penitencia, la Comunión y la Confirmación.
A imitación del único Salvador, que es Jesús, muchas otras personas ejercen misiones salvadoras en esta sociedad, que parece ser un desierto pleno de egoístas e hipócritas que pasan por este valle de lágrimas, solamente empeñados en vivir cómodamente pensando en hacer exclusivamente su avío sin pensar en las muchas necesidades que tienen tantos humanos iguales, que están hechos por Dios a su imagen y semejanza. Quien sea un poco salvador de su vecino ha entendido el misterio navideño. Feliz Navidad a todos los amigos lectores.
Tomás de la Torre Lendínez
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