La importancia de la alegría
por Vive mejor
Según el gran pedagogo, el Padre Poveda (18741936), promotor de nuevas técnicas en la educación, fundador de las Academias de Santa Teresa y de la Institución Teresiana, esribía a las profesoras y alumnas en un folleto editado en Oviedo en 1912:
«La alegría de que hablamos:
— es la nacida de la paz interior,
— es el testimonio de la buena conciencia,
— es reflejo de la tranquilidad del alma,
— es fruto del amor y de la santidad.
»Para estar alegres:
— no hace falta otra cosa que la gracia de Dios,
— téngase tal o cual edad;
— pero claro está que la alegría es diferente en sus manifestaciones a los veinte años que a los ochenta.
»La alegría:
— hace breve el tiempo,
— llevaderos los estudios y la disciplina,
— fácil la vida,
— amables las personas,
— simpática y atractiva la virtud,
— y en suma... convierte en cielo la tierra.
»Plegue a Dios que vuestra Academia sea tan alegre como el paraíso y que sus moradoras vivan como los santos de la gloria, con una alegría imperecedera.
«Se puede ser alegre en la oración y en el estudio.
»Se puede ser alegre en la clase y en todas partes.
»El Apóstol nos dice: “Alegraos en el Señor”, otra vez, o “nuevamente os digo que os alegréis”.
»La alegría (la que aquí tratamos, escribía) ni es signo de disipación, ni de ligereza, ni de poco seso. Los que temen a la alegría por sus peligros confunden la alegría mundana con esta alegría santa. Por otra parte, el ministerio para el cual se disponen las que aquí estudian, de suyo la reclama y precisamente esta virtud, para que ella a su vez enseñe, tal y como la recomendamos, a sus discípulos.
»San Ambrosio dice: “El que practica la virtud está tranquilo, contento y estable. Dios le reserva el don precioso de la paz y de la alegría.”
»Y San Bernardo añade: “Vivid bien; de esta manera estaréis siempre en alegría. Que la gracia de Dios tenga su trono en la Academia y así todas estaréis alegres”.»
Alimbau, J.M. (2001). Palabras para la alegría. Barcelona: Ediciones STJ.
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