"El don de nuestro ser"
Cuando las así llamadas personas normales alcanzamos la adolescencia y la adultez, a menudo nuestro lenguaje racional cobra preeminencia sobre el lenguaje de la comunión. La comunión puede volverse un tanto atemorizante porque implica vulnerabilidad y la entrega de nuestro yo. La comunión no es solo una experiencia pasajera en el niño, sino que está inscrita en la historia personal de cada uno. Es el don de nuestro ser más profundo que clama por la continuidad y la fidelidad. Es necesario poner esto en palabras.
Jean Vanier
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