El amor propio y Antonio abad
por Vive mejor
Se llamaba Antonio. A la muerte de sus padres vendió todas sus riquezas siguiendo las palabras de Jesús transcritas por dos de los cuatro evangelistas, Marcos y Lucas. Jesús le dijo a un joven rico:
- ”Vende todo lo que tienes… y tendrás un tesoro en el cielo”.
Muy pocos han sido los inmensamente ricos que se desprendieron de todo cuanto poseían y tenían. Antonio fue uno de ellos, ya que así lo hizo. Vendió todo cuanto tenía y se lo dio a los pobres. Y se fue a vivir al desierto. Ha sido llamado el”Patriarca del Monacato”.
San Antonio Abad o el Magno (250 -356), tuvo por discípulo al que sería después el célebre abad Amonas. En una de sus lecciones que impartió a Amonas -que le pidió consejo para luchar contra su amor propio- Antonio le aconsejó que se llegara ante una gran piedra larga, vertical, que había unos metros más allá. Antonio le dijo:
-“Pasarás el día de hoy ante esta piedra. La insultarás y arrojarás sobre ella puñados de tierra, arena y piedras. Además proferirás todo tipo de palabras malas y perversas que se te ocurran para agraviarlo.”
Por la noche San Antonio le preguntó a Amonas:
- “¿La piedra vertical, cuando le echabas arena, piedras y tierra y proferías palabras insultantes ¿se ha quejado? ¿Manifestó algo? ¿Has comprobado si estaba molesta?” Amonas respondió:
- “¡No!” Entonces el abad Antonio le dijo:
-“Tú debes comportarte de la misma manera. Que ningún desprecio o humillación; que ninguna afrenta u ofensa; palabra o hecho, te afecten lo más mínimo. Debes eliminar toda sensibilidad de sentirte herido, ultrajado, vejado, humillado por nada... ni por nadie”.
J. Luis Vives enseñaba:
- “No seas tan susceptible. Si uno lleva el fuego de la ira y del desconsuelo en su interior provocará su propia ruina... y la de otros”.
Si tuviéramos más dominio de nosotros mismos, y más vida interior, no existirían tantos enfrentamientos, ni peleas, ni violencia.
Los maestros espirituales suelen enseñar:
- “Por virtud, debes suprimir el: ‘Me han ofendido’. Entonces habrás suprimido la ofensa.”
- “Solamente el verdadero humilde... es el que nunca se siente humillado”.