Acrónimo NDE
por Juan del Carmelo
La escatología, no es una ciencia en la que dispongamos de muchos datos ni revelaciones, tantos como para poder construir teorías infalibles, acerca de cómo será con todo detalle el más allá y que será lo que nos espera. Genéricamente sabemos lo que Dios considera necesario que sepamos, pero la curiosidad humana es insaciable y desde que nuestro Señor subió a los cielos se vienen construyendo hipótesis más o menos creíbles y con más o menos fundamento acerca de lo nos espera. Una cosa es cierta; “Contemplaremos el rostro de Dios”, pero esta afirmación no acaba de convencernos porque ella solo satisface las exigencias del alma no las del cuerpo, nuestro cuerpo nuestra parte material nos pide algo más concreto. Solo en la medida que avanzamos acercándonos a Dios al aumentar nuestro nivel de vida espiritual, vamos comprendiendo un poco, la maravilla que supone ver a Dios. Pero nuestra parte material, se queda insatisfecha, en el fondo sobre todo cuando se trata de un hombre, uno piensa en el materialismo del Corán, en las huríes y en todo lo que promete Mahoma, ¡Ah! Y a las féminas no les promete nada. Es verdad que existe un cielo fundamental, que es la contemplación del rostro de Dios, y otro accidental, en el cual creo que se les darán satisfacción a todos esos deseos de orden material, que ahora consideramos tan importantes y que allá, pienso que nos importaran un bledo. Sobre todo esto escribí ya, más extensamente en mi libro “Del más acá al más allá” y repetir aquí lo dicho en este libro, seria alargar innecesariamente este post. El libro está en la librería de Google con el Isbn 978-84-611-5491-3 y parcialmente puede leerse allí, sin coste alguno, entrando con este Isbn. Queriendo curiosear, más que investigar, hace tiempo tuve una temporada en que me leí todo lo que caía en mis manos sobre la NDE. ¿Y qué es la NDE? Se preguntará más de uno. Bueno que nadie piense, que son las siglas del nuevo DNI que tendremos en el cielo, ni la marca de la bestia, de la que nos habla el Apocalipsis, ni el signo de los elegidos del Señor que tienen su nombre inscrito en el libro de la vida. NDE, es el acrónimo en inglés de la frase “Near death experience”, en español, “Experiencias alrededor de la muerte”. Se aglutina aquí, todo lo que trata de las manifestaciones de personas que habiendo tenido una muerte clínica, han vuelto a este mundo. Porque la verdadera muerte solo es o se produce cuando definitivamente el alma abandona el cuerpo para no retornar más. Los judíos mantenían la idea de que el alma rondaba alrededor del cuerpo, una vez muerta la persona, durante cuatro días, para intentar volver a entrar en el cuerpo. De aquí que nuestro Señor, a propósito, demorase durante cuatro días su viaje a Betania y resucitar a su amigo Lázaro, que ya llevaba cuatro días enterrado. Volviendo a las NDE, diré que todo lo escrito acerca de este tema es como un inmenso árbol lleno de mucha hojarasca, pero de vez en cuando se encuentra entre las hojas un sabroso fruto. Como quiera que recibo comentarios de todo orden, quiero primeramente aclarar, que lo que voy a escribir es una de las muchas hipótesis que se pueden fabricar, apoyada solo en manifestaciones de personas, no en revelaciones privadas y mucho menos evangélicas. Hay mucha coincidencia en todos los relatos escritos y escuchados pues he tenido la suerte de poder escuchar en un Monasterio benedictino, un interesante relato de boca de un seglar que estaba haciendo un retiro y no me ofrecía dudas de su piedad y amor a Dios. No todos señalan la existencia del un túnel y al fondo la luz, pues hay algunos, pocos de ellos, que mencionan una llanura inmensa, y al fondo la luz. Mi amigo era de los de la llanura y estos generalmente dicen que recorren la llanura acompañados de su propio ángel de la guarda, que se les presenta. La comunicación con el ángel, no era por medio de palabras, pues lógicamente el cuerpo que es el que pronuncia las palabras, no estaba recorriendo la llanura, era el alma y la comunicación de esta con el ángel, era a base de pensamientos, el ángel leía los de mi amigo y mi amigo leía los del ángel. Curiosamente muchos coinciden en señalar que el ángel de la guarda es una criatura tremendamente alegre y guasona, es decir tiene las características de felicidad de una persona que ve a Dios y ya es eternamente feliz. Ya sabemos que no hay un santo triste, el que vive en gracia de Dios, se siente hijo de Él, y esa debe de ser su mayor dicha, y lo es incomprensiblemente para otros que la contemplan. Los del túnel siempre van solos, a mi me parece que el túnel que es un lugar que produce claustrofobia y angustia, esto está indicado para aquellos que no tienen la suerte, más que suerte la dicha, de morir en gracia de Dios, y en el túnel comienza su purgatorio, pero con la esperanza de ver al fondo la luz. La luz de la que tanto unos como otros hablan, que es; una luz indescriptible, es deslumbrante pero no deslumbra, muchos señalan que de ella emana amor, pero por lo que he podido conjeturar sobre estas manifestaciones, esta no es Luz de Dios sino solamente un reflejo de ella, pues vista la Luz de Dios, se ha visto a Dios y no hay posibilidad alguna de retorno. Al final de la llanura algunos hablan como de una especie de valla, pasada la cual, es cuando ya no hay posibilidad de retorno. Nadie ha cruzado esa valla o punto de no retorno y ha venido a contárnoslo. Es de suponer que detrás de la valla es donde está la Luz de Dios. Otra de las varias coincidencias en los relatos, es la de que nadie quiere retornar, ni los del túnel ni los de la llanura. Hay casos de madres que dejan niños pequeños y no les importa, su instinto maternal queda borrado ante la sola visión de un reflejo de la Luz de Dios. ¡Dios mío! Como será tu Luz. ¿Brillará y emitirá amor de la misma forma para todos o de distinta forma según el grado de gloria que aquí abajo podamos alcanzar? Me inclino a pensar, que no todos veremos esa luz de la misma forma, porque los hay que en esta vida, se han ocupado de limpiar a fondo las legañas de los ojos de su alma, y otros ni siquiera saben ni les preocupa, que su alma tenga o no ojos, que son los que tendrán que utilizar en el más allá para ver a Dios. Aunque ambos se salven, el goce eterno será siempre mayor para los primeros que para los segundos. Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
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