Homosexualidad: Diario de Ignacio I: Mi historia
Hoy os presento a Nacho, un joven de 25 años. Nos irá contando por etapas su proceso y lo que ha significado vivir su AMS en silencio, sin compartirlo con nadie.
Estas tres historias nos revelan sin adornos ni espejismos, la verdad de la atracción hacia personas de su mismo sexo (AMS).
MI HISTORIA
Hola a todos. Mi nombre es Ignacio y tengo 25 años. Más o menos llevo medio año de trabajo con Elena. Antes de entrar en detalle, haré una breve introducción de lo que era mi vida antes de trabajar con ella.
Cuando era pequeño todo era normal. Crecí en un colegio con unos valores religiosos muy potentes donde recibí muy buena formación (algo que agradezco profundamente a mis padres). Por otro lado, mis padres solían tener discusiones, yo al principio no le daba mucha importancia, pero poco a poco me di cuenta de que iba tragando inconscientemente. De esto ya hablaré más adelante, cuando exponga las causas de mi atracción al mismo sexo.
Por ahora, voy a remontarme un poco más al pasado. En preescolar tuve lo que llamaba “novia”, era una chica rubia muy guapa que se portaba bien conmigo y hasta un día me dio un beso. En toda esta etapa yo aún no era muy consciente de lo que esto suponía, ya que por entonces eres pequeño y no has descubierto el mundo.
Fui creciendo y a la edad de 8 años comencé a experimentar sentimientos que nunca antes habría creído que tenía en especial, cuando determinados amigos hacían pequeñas “exhibiciones” en el vestuario del colegio, bueno y también me pasaba con otras personas cercanas a mí.
Fui creciendo y a la edad de 8 años comencé a experimentar sentimientos que nunca antes habría creído que tenía en especial, cuando determinados amigos hacían pequeñas “exhibiciones” en el vestuario del colegio, bueno y también me pasaba con otras personas cercanas a mí.
Como decía, aún no era del todo consciente de estos sentimientos y no los trascendía más allá de lo que veía. Sin embargo, entré en la pubertad y a los 12 años comencé a ser consciente de lo que sentía cuando miraba a otros chicos. Empecé a obsesionarme con varios de ellos y hasta comencé a erotizarlos, al principio de modo consciente y más tarde se convirtió en una actividad inconsciente, esto comenzó a echar raíces en mi mente descontroladamente.
Yo tenía una máscara perfecta que era la que mostraba tanto a amigos como a amigas. En ningún momento nadie sospechó de mi atracción por el mismo sexo (AMS). Poco más adelante, mi mejor amigo de la infancia me confesó que era gay. Había sentido atracción por él y él no lo sabía, también me confesó que yo le gustaba, por lo que llegamos a tener 3 relaciones sexuales, a pesar de que él creía que lo hacía por satisfacer sus necesidades sexuales (sin embargo, yo también lo hacía por mí, a pesar de que después me sintiese vacío por dentro y me echase a llorar a solas por lo que había hecho).
Bien pronto hice un stop y le dije que no podíamos seguir así, sin embargo continuamos con nuestra amistad (él siguió viéndome como alguien heterosexual). Con el paso de los años, perdimos un poco de relación y a los 3 años mi otro mejor amigo me confesó que también era gay. Esto ya fue como un boom en mi interior, porque…¡solo faltaba yo por confesar! Aún así, me resistía a ello cuando pensaba en mi familia, en mis amigos y en mis creencias. Todo ello me llevó a un bajón emocional y a una crisis religiosa bastante potente. Aumentaron los pensamientos hacia otros chicos ..., me adentré de lleno en el mundo de la pornografía.
Vivía mi homosexualidad en silencio y con mucho dolor, sin saber que había otra alternativa, ahora lo sé. Ya por entonces lo único que oía era “acéptate como eres, tú naciste así, no seas muy duro contigo mismo, son tus sentimientos lo que te definen…” algo con lo que yo no estaba de acuerdo. En algunas ocasiones estuve tentado de confesar mi homosexualidad a estos dos amigos míos, pero siempre había algo que me echaba para atrás.
Llegué a tener 2 novias, pero por pura apariencia y como era previsible, las relaciones no funcionaron. Al principio lo hice para experimentar qué sentiría si estaba con una persona del sexo opuesto, pero pronto me di cuenta que no era más que para hacerme sentir “normal”, de hecho el ver que no sentía nada hacia ellas me produjo un nuevo declive emocional.
Tiempo después quedé con un amigo para charlar y salió el tema de la homosexualidad, él también conocía a mi amigo homosexual. Lo que ocurrió fue algo que me ha cambiado la vida completamente, él me descubrió la web de Elena Lorenzo, él no sabía que yo tenía AMS. Simplemente había oído hablar de Richard Cohen y se había informado lo suficiente como para saber que es posible el cambio.
Tras leerme de arriba abajo su web (en especial los apartados páginas del cuaderno) me llené de esperanza. Sin embargo, quiero recalcar lo que me costó después de leer la web dar el paso y escribir a Elena. Esta fue una de las decisiones más importantes y gratificantes de mi vida. En un par de líneas le resumí lo que sentía, cosa que nunca había logrado decir a nadie. La respuesta no se hizo esperar y concretamos un día para comenzar el proceso.
He recuperado la esperanza en mí mismo y también me he recuperado de todas esas fluctuaciones interiores. Esto era para exponer un poco mi situación....
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