Miércoles, 04 de diciembre de 2024

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Simbología del Apocalipsis

por El Blog de Juan del Carmelo

            El 18 de noviembre del 2012, publiqué una glosa titulada “Comentarios sobre el Apocalipsis”. En ella dividía en cuatro partes la estructura o contenido del libro del Apocalipsis:
          1ª.- Introducción y cartas a las Iglesias (Ap 1-3). Son una serie de evaluaciones, buenas y malas, a siete comunidades cristianas, no se trata de unas epístolas, aunque se les parece.
          2ª.- El Cordero, los Siete Sellos y Trompetas (Ap 411). Se encuentran aquí muchos símbolos que hacen alusión a la liturgia cristiana primitiva.
          3ª.- El Dragón y el combate (Ap 12-20). Se menciona aquí la historia de un combate cósmico para explicar el sentido histórico simbólico de las luchas de los primeros cristianos con el imperio romano. Por no extenderme mucho en el contenido de la glosa, omití mencionar aquí algo muy fundamental en este capítulo 12, cual es el nacimiento del Redentor, y la persecución del Dragón a su madre la Virgen Maria.
      4ª.- Está dedicada a descripción de la Nueva Jerusalén (Ap 21-22). Es la visión final que nos muestra a esperanza: la tierra y el cielo son hechos de nuevo, Jerusalén, como símbolo de la ciudad de Dios, es toda la Tierra donde ahora Dios habita directamente en medio de todos los hombres.  El Apocalipsis y por lo tanto la Biblia terminan con la alusión  a la Parusía, es decir, a la segunda gloriosa venida de Jesucristo a la Tierra.

      Como sabemos el Apocalipsis es un libro esencialmente simbológico y no fácil de entender, el simbolismo, que la mayor parte de las veces, viene determinado por números o colores. Así por ejemplo el número uno y el tres, normalmente se usa para referirse a Dios. El cuatro, puede referirse a lo terrenal o a la  Creación, por razón de los cuatro puntos cardinales, e igualmente se aplica a los cuatro Vivientes que se encuentran con Dios al inicio de la visión, y que algunos identifican con los cuatro evangelistas. El seis, denota imperfección, en cuanto le falta una unidad para llegar al siete  que es el número que expresa la perfección y la plenitud o totalidad. El doce son las doce tribus de Israel, es decir el pueblo de Dios. El mil da idea de algo grande, de gran cantidad de años, El mil, no representaría la cantidad exacta de mil unidades, sino la idea general de un gran número.

            Los colores también juegan un papel importante y tendrían un significado propio. El blanco, indica pureza y victoria. El negro, desgracia y miseria. El rojo, violencia. El verde y el amarillo, indica muerte. El escarlata y el púrpura, indican desenfreno.

Las estrellas del cielo, siempre tienen bíblicamente hablando un significado cuantitativo, que unas veces se refiere a las personas y otras a los ángeles. Con referencia a las personas  el Señor le dirigió esta palabra a Abram:  5 Luego lo llevó afuera y continuó diciéndole: «Mira hacia el cielo y si puedes, cuenta las estrellas». Y añadió: Así será tu descendencia”. (Gn 15,4-5). Simbológicamente se equiparan los ángeles a las estrellas, pues tanto el número de estrellas  como el de los ángeles, es inmenso. En el Apocalipsis podemos leer: 3 Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema. 4 Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra. (Ap12, 3-4).

            Son muy variados los símbolos que se emplean. Varios de ellos son: El cuerno representa poder, la espada, generalmente es la palabra que sale de la boca de Dios. Los candelabros representan la luz de las siete Iglesias del Apocalipsis, el aire es símbolo del espíritu invisible. El agua es símbolo de paz, limpieza de corazón, pureza  y fecundidad, así como símbolo de la vida espiritual y eterna. Los cabellos blancos es símbolo de sensatez.

            Son muchas más simbologías las que se unan en los textos bíblicos, pero al margen de ellos, transcribo un bello párrafo de la santa mártir, Carmelita descalza, Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, que dice así en su libro La ciencia de la Cruz, escribe: “Las virtudes teologales tienen simbológicamente un color cada una y estos tres colores son: blanco, verde y rojo. La fe es una túnica interior de una blancura tan disgregada que levanta la vista de todo entendimiento. Y así yendo el alma vestida de la fe, no ve ni atina el demonio a empecerla. Sobre esta túnica blanca de la fe, lleva el alma el verde corpiño de la esperanza, y por la fuerza de esta virtud, el alma se arma y se libra del segundo enemigo que es el alma. Sobre el blanco y el verde para remate y perfección de esta librea, lleva el alma aquí el tercer color, que es una excelente toga colorada, símbolo del amor. Por medio de ella, no solo se ampara y encubre el tercer enemigo que es la carne, sino que se hacen válidas las demás virtudes, dándoles vigor y fuerza, para amparar al alma y gracia y donaire para agradar al amado con ellas”.

 

           Otra circunstancia muy importante a tener presente en la lectura del Apocalipsis, es que nosotras almas cuyo fin es la inmortalidad viven muy presionadas por el cuerpo material donde se encuentran y cuyo fin no es la inmortalidad sino la mortalidad.          Esto nos hace ver todo lo que es pura espiritualidad bajo un prisma antropomórfico, el cual nos dificulta la visión y compresión de lo que es           el orden de lo espiritual, al cual pertenece en pleno nuestra alma.

 

            Por otro lado tenemos de un lado la eternidad y de otro el tiempo, que es un factor que le afecta a la materia, es decir a nuestro cuerpo, en cuanto la materia es siempre corruptible y perece, pero todo lo que pertenece al superior orden de espíritu, nunca perece es eterno, nunca  muere  de la misma forma que nuestra alma es inmortal.

            La definición clásica de lo que es el tiempo, nos dice que: El tiempo es una magnitud física con la que medimos la duración o separación de acontecimientos, sujetos a cambio.

            El tiempo, en otra definición más técnica, permite ordenar los sucesos en secuencias, estableciendo un pasado, un futuro y un tercer conjunto de eventos ni pasados ni futuros respecto a otro. En mecánica clásica esta tercera clase se llama "presente" y está formada por eventos simultáneos a uno dado.

            Sabemos perfectamente lo que es el tiempo porque vivimos dentro de él y también sabemos que el tiempo es divisible en tres fases: pasado, presente y futuro. Pero este dogal de tiempo que tenemos puesto, p solo nos permite dominar el presente, porque el pasado, ya  pasó y lo que pasó ya no podemos modificarlo y en cuanto al futuro vivimos siempre en una total oscuridad de cómo será.

            Estamos creados para la eternidad, no hemos sido hechos para el tiempo sino para la eternidad. Todo lo que nos ocurre en el tiempo es un incidente trivial; poco importa sufrir ochenta o noventa años acá en la tierra, si logramos gozar después en el cielo por toda la eternidad. Ignoramos cómo es la eternidad pues como ya hemos escrito, nadie ha vivido en ella, ningún ser humano viviente nos puede decir que él, ya ha vivido en la eternidad y nos explique en qué consiste eso de la eternidad.

            Nosotros, ahora vivimos todos con el dogal del tiempo puesto y ello no es malo, pues Dios así lo ha dispuesto y todo lo que Él dispone, está ordenado a nuestra salvación y eterna felicidad en el cielo, que es un deseo que Él tiene mucho más que nosotros mismos. Solo podemos deducir por exclusión, que en la eternidad no existe el pasado, ni el futuro, todo es allí presente.

            Tenemos un conocimiento teórico de la eternidad, calificándola como un eterno tiempo presente que elimina el pasado y el futuro, pero esta definición no nos experimentar in situ la eternidad y siempre mentalmente frente a cualquier hecho circunstancia que leemos en el Apocalipsis, tenemos la innata tendencia a encuadrarlo en un tiempo pasado en un presente o en un futuro. En la lectura del Apocalipsis, hemos de conjugar correctamente las dos realidades que son el tiempo y la eternidad.

            Como consecuencia de lo escrito, el dogal del tiempo también nos fuerza a todos nosotros, a evaluar  tolo lo que leemos o vemos, bajo una tendencia al antropomorfismo, lo cual nos obstaculiza la comprensión de los hechos que narra el Apocalipsis.

             Es necesario leer y releer mucho el Apocalipsis para poder acceder a sus entrañas y cada vez que se lea uno va encontrando nuevas manifestaciones de esta revelación del futuro que Dios nos envía por media de S. Juan evangelista desterrado en la isla de Patmos.

            El Apocalipsis es ante todo verdad revelada, sin ningún género de dudas, no es una novena de ciencia ficción, como muchos realizadores cinematográficos nos la presentan, ni tampoco es un conjunto de situaciones catastróficas, que es lo que mentalmente se nos viene a la mente cuando se oye el término Apocalipsis.

        El versículo primero del primer capítulo del Apocalipsis nos da la clave de su contenido, en cuanto nos dice:1 Revelación de Jesucristo, que le fue confiada por Dios para enseñar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto. Él envió a su Angel para transmitírsela a su servidor Juan. 2 Este atestigua que todo lo que vio es Palabra de Dios y testimonio de Jesucristo”. (Ap 1,1-2).

            Y cono verdad revelada, el Apocalipsis, nos da mucho conocimiento sobre una serie de temas muy trascendentes para nuestra eterna salvación. Sobre todo en relación a nuestro principal enemigo que continuamente nos está tentando y acosando para que le hagamos compañía en su reino de odio y tinieblas.

            Tenemos también el tema de la enemistad entre la Virgen y la serpiente, tema este que se relaciona con el nacimiento del Señor y la persecución del Dragón a la Virgen. De todos estos temas poco a poco iremos hablando en glosas sucesivas.

 

           Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

 

           Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

  • Libro. CONVERSACIONES CON MI ÁNGEL.- www.readontime.com/isbn=9788461179190

  • Libro. DEL MÁS ACÁ AL MÁS ALLÁ.- www.readontime.com/isbn=9788461154913

  • Comentarios sobre el Apocalipsis    181112

  • Cualidades del cuerpo glorioso         24-08-09

  • Maranatha      061010

  • Parusía            22-01-00

  • Rencarnación 06-0110

  • Resurrección de la carne       1810-09

  • Cuerpo de Cristo ¿pero…, cual cuerpo?       19-0611

     

            La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.

            Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com 

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