De la buena y la mala Ciencia
De la buena y la mala Ciencia
¡Y pensar que aún hay creyentes por ahí acomplejados frente a la “ciencia”!.
Vivimos en un mundo de apariencias. Cualquier “experto en ciencias”, de esos que pontifican en las oficinas o en los bares, saben o cree saber que la ciencia lo explica todo incluyendo en ese "todo" el origen del Universo.
Expertos en ciencias que tienen por todo bagaje haber visto algún capítulo, espero por su salud mental que no todos, del programa de televisión “Redes” o productos similares.
En nuestro mundo, “tan moderno”, la ciencia no es tal sino una superstición. ¡Claro que no hablo de todos, ni siquiera de la mayoría!, los científicos de verdad son legión, pero esto no suele ocurrir en el campo divulgativo, donde también hay algunos buenos profesionales ¡que conste!.
Ese mismo tipo de “Ciencia”, que vende magnetizadores de agua, aparatos que eliminan la cal del agua sin generar residuos (contra las leyes de la conservación de la materia y energía) o pulseras con iones que nos "bio-equilibran", campa a sus anchas en el ámbito de la divulgación.
Así todo “homo científicus actualis” sabe que: el hombre viene del mono y este a su vez de unas cuantas bacterias a las que dió por evolucionar. Estas bacterias y protocélulas a su vez son fruto del azar, de sopas “mágicas” de aminoácidos y catalizadores presentes en las arcillas. El hombre, por otro lado, solo sería un sistema fisicoquímico más o menos complejo.
¿Y el Cosmos? ¿de donde viene el cosmos?, pues como todos saben viene de la nada.
¿Por qué de la nada y no de una vaca como creían los antiguos vikingos?. Porque si existe un ser contingente, ya sea la vaca o el “huevo cósmico” que dio origen al universo con “
Y ¿Cómo explican este devenir de la nada, del vacío? Pues cada uno según sus medios, con mayor o menor fortuna, con mayor o menor aparato matemático al estilo de Hawking.
El esquema, como digo adornado con más o menos matemáticas, es el mismo. Transcribo literalmente, no hago comentarios, un texto de otro gran divulgador, Isaac Asimov, que en su obra “El Universo” publicada por Alianza Editorial dice, hablando del origen y fin del universo, en su página 302, lo siguiente:
(Léanlo con sentido común:)
“… comienza en la forma de un Universo vacío, lleno de un gas muy disperso (presumiblemente hidrógeno) y termina en forma de un Universo también vacío pero colmado de innumerables enanas blancas.”
Como diría mi hija:
“¡Ole, ole y ole!”. Gran aportación a la ciencia eso del “vacío lleno” y el "vacío colmado”
Y es que como decía Gilbert Keith Chesterton: “cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa.”
Germán Menéndez F.
menendez.german@gmail.com
Nota.- Siempre me ha gustado, desde joven, Asimov. Me gusta su Ciencia Ficción y su divulgación, especialmente cuando habla de química o de partículas fundamentales pero en estos temas que rayan en lo teológico-filosófico se columpia. Lastima que su, como el de otros, pre-juicio ateo eclipsase la buena ciencia que había en él (“El universo” Ed Alianza Editorial, 1998)