¿De verdad conoces el pensamiento de Juan Pablo II?
¿De verdad conoces el pensamiento de Juan Pablo II?
por Duc in altum!
No tengo la más mínima duda de que el beato Karol Wojtyla fue un Papa carismático y totalmente identificado con el proyecto de Dios en la historia. De hecho, lo admiro y su ejemplo me ha sostenido en momentos de duda o contradicción. Lo que me extraña es el gran número de personas que afirman haber sido marcadas por su vida y ahora por las reliquias. Sé que viajó mucho y que eso ha influido en la memoria de las masas, sin embargo, ¿no será que Juan Pablo II se ha convertido en una especie de leyenda sin conexión con el valor filosófico de su pensamiento? Es decir, ¿cuántos de los que se identifican como la generación “Juan Pablo II” habrán leído alguna de sus cartas, exhortaciones o encíclicas? Cuando estuve en Roma el verano pasado (2011), me llamó la atención que en las tiendas dedicadas a los souvenirs religiosos, fuera muy difícil encontrar una estampa o rosario que no tuviera nada que ver con su pontificado. Esto me ha llevado a plantearme seriamente la necesidad de escribir un artículo sobre la importancia de leer y, desde ahí, conocer verdaderamente al beato Karol Wojtyla, sobre todo, en lo que se refiere a la teología del cuerpo, para no perder de vista el valor y el alcance de su legado. No podemos quedarnos, única y exclusivamente, en la explosión sentimental y un tanto nostálgica de su pontificado, sino imitarlo y apostarlo todo por la transformación de la sociedad a partir de los valores del evangelio.
Cuando llegaron las reliquias del Papa Juan Pablo II a la diócesis de Veracruz (México), hubo una gran movilización de fieles provenientes de todos los estratos sociales, sin embargo, me surgió otra pregunta, ¿van ante las reliquias por tratarse de un hombre de Dios o por haberse acostumbrado a verlo en la televisión? Karol Wojtyla fue un fenómeno mediático, lo cual, a su vez, permitió que muchas personas descubrieran o redescubrieran la fe cristiana, sin embargo, hoy por hoy, hay que tener en cuenta que el legado del Papa Juan Pablo II sigue vivo y que constituye una riqueza inexplorada que debe ser puesta en práctica. De nada sirve hablar mucho sobre él, mientras no se siga su ejemplo, sobre todo, cuando se trata de defender públicamente el valor de la vida y de la familia, sin olvidar la importancia que tienen los jóvenes en el liderazgo y futuro de la Iglesia.
Yo me siento identificado con la manera que tenía de relacionarse con las personas que lo acompañaron a lo largo y ancho de sus viajes apostólicos, sin embargo, no entiendo por qué algunos insisten en desconectarlo de su pensamiento. ¿De qué sirve un santo sin ejemplos que imitar? Indudablemente, la culpa no es de Juan Pablo II, sino de aquellos que se han olvidado de su amor y pasión por la Iglesia. La mejor manera que hay para expresar nuestro cariño al beato Karol Wojtyla es darle a Cristo el primer lugar y, desde ahí, hacer realidad el proyecto del evangelio. Beato Juan Pablo II, ruega por nosotros.
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