Las apariencias llevan a la quiebra
Las apariencias llevan a la quiebra
Hablando en términos económicos creo que a todos nos queda claro que si gastamos más de lo que ganamos, es un hecho que acabaremos en números rojos. Es decir, habrá más pasivos que activos. Pues bien, las apariencias de lujo y ostentación son una de las causas que favorecen la quiebra de empresas y familias enteras. El afán de quedar bien con la sociedad, se ha convertido en un peligro financiero, pues si no hay condiciones para solventar los gastos más elementales resulta inútil endeudarse por conservar un cierto grado de imagen pública. No es que debamos de llevar una vida exageradamente austera, sino que seamos capaces de superar las inercias de las apariencias propias de la sociedad del consumo.
Hay personas que prefieren tener una vivienda prácticamente en ruinas, pero con un automóvil último modelo en la cochera, aún cuando le sigan debiendo al banco el crédito que les otorgaron. Ahora bien, no sólo nos encontramos con familias que quieren aparentar lo que no tienen, sino con empresas que antiguamente fueron muy importantes y que han dejado de serlo. Prefieren contar con quince sucursales al borde de la quiebra, antes que cerrar algunas de ellas para optimizar los recursos y, desde ahí, replantearse el giro comercial. Lo peor de todo, es que la razón por la que prefieren mantener la estructura original, no es por reducir la tasa de desempleo, sino por aparentar ser una persona moral o jurídica de alto rendimiento.
No se trata de ser un grupo de tacaños, sino de tener sentido común al momento de gastar e invertir. Las apariencias, no son la respuesta. Al contrario, se convierten en nuestra peor amenaza. Cuidemos el equilibrio entre ingresos y egresos, acordándonos también de los que sufren los efectos de la pobreza. Sólo así podremos ser gente pensante y equilibrada al momento de tomar alguna decisión importante.
Comentarios