Volver al punto medio
Volver al punto medio
Jesús fue realista y equilibrado, es decir, nunca cayó en una postura extremista, sino que buscó el punto medio. Luego entonces, todos y cada uno de nosotros, debemos volver al Evangelio, especialmente, en tiempos de tensión, entre los sectores progresistas y conservadores, como si la Iglesia, tuviera dos corrientes, en vez de una, tal y como lo soñó Jesucristo. “Padre que todos sean uno” (Jn. 17, 21). No debemos perder de vista a quién seguimos, pues el hecho de autonombrarse conservador o progresista, además de ocasionar una seria división, entre fieles y jerarquía, trae como consecuencia, el olvido o desplazamiento de lo que realmente vale la pena. Nosotros, como bautizados, seguimos a Cristo.
Hay que dialogar y, desde ahí, construir acuerdos. Tanto a nivel personal, como parroquial o diocesano. El discernimiento, es la clave de todo, pues quien realmente lo lleva a cabo, puede encontrar el punto medio, es decir, aquello que resulta congruente con la perspectiva aguda de Jesús. Hay que conservar lo bueno y cambiar lo malo, es decir, no se trata de ser progresistas o conservadores, sino de buscar el equilibrio, entre la tradición y la reestructuración del ejercicio de la misión. Ni cambiar absolutamente todo, ni caer en la inercia de no hacer nada. Hay que saber tener memoria histórica y, al mismo tiempo, practicar la hermenéutica de la continuidad; misma que, a su vez, no es una imposición, sino un camino seguro para volver al equilibrio. Esto es, conservar aquello que forma parte del depósito de la fe, mientras se consigue la reforma de lo que ya no tiene nada que ver con el siglo XXI, como ciertas técnicas de evangelización, cuya pedagogía, está fuera de lugar.
La Iglesia no es de izquierda o de derecha, sino de Cristo. El día que lo entendamos, podremos dar lugar a la nueva evangelización. La unión de los cristianos, exige dejar a un lado las descalificaciones mal intencionadas, para poder reconocer la voz de Dios, a través de la realidad histórica que nos está tocando vivir. Ni conservadores, ni progresistas, sino discípulos de Jesucristo; miembros de una sola Iglesia.
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