Camino de la purificación perfecta
por Juan del Carmelo
Clásicamente el desarrollo de la vida espiritual de un alma…, se verifica en tres fases o vías a recorrer. Primeramente durante su etapa inicial el alma entra en la Vía purgativa. Purgar, etimológicamente equivale a depurar o limpiar. Concretamente el purgatorio es un lugar de limpieza. El alma debe de estar limpia para poder acceder a la siguiente fase o Vía iluminativa. En esta vía, el Señor concede al alma una luz relacionada con las cosas espirituales y sobre todo con las verdades de la fe… El alma empieza a palpar, lo que hasta entonces, solamente había adivinado. Esto sucederá cuando el alma, hayan entrado en pleno ejercicio, los llamados sentidos espirituales, que empiezan a despertar, a medida que el alma va muriendo a la satisfacción de los sentidos corporales. La tercera vía es la llamada Vía unitiva, en la que el alma llega a alcanzar su unión con el Señor.
En esta tercera fase el alma se purifica pasivamente, por la acción divina, sin que el alma haya de ejecutar nada, y alcanza una purificación perfecta, que la libra del reato de culpa, por sus pasadas ofensas o pecados mortales inferidos al Señor. Cada paso de una vía a la otra puede suponer una nueva conversión, pues ya sabemos que para muchos exégetas el camino hacia el Señor, es una continua conversión del alma que recorre estos caminos, aunque también dentro de una misma vida, el alma puede sufrir nuevas conversiones, si es que entendemos que estas son los pasos que nos acercan al amor del Señor.
En este proceso de depuración, el alma ha de mortificar sus sentidos corporales -vista, oído, olfato, sabor y tacto-, y también su memoria, su inteligencia y su voluntad , que son las potencias de su alma y pasar por una noche oscura, al final de la cual, está la unión con la luz de Cristo. Esta depuración, básicamente es un proceso de vaciamiento interior, de imágenes, deseos, pensamientos, determinados recuerdos, o relaciones humanas, y en general de todo aquello, que es su día nos apartó del amor del Señor. Hemos de vaciarnos de todo aquello que directa o indirectamente se incompatible con el amor del Señor, pues si algo de esto retenemos, el Señor no acudirá, Él es un Dios celoso (Ex. 20,5) y absorbente, Él no comparte con nada ni con nadie.
La noche oscura de la que nos habla San Juan de la Cruz, tiene dos clases: una referida a la purificación de los sentidos, denominada “Noche activa del sentido”, la otra referida a la purificación de las potencias del alma “Noche activa del espíritu”. En la primera noche, la noche activa de los sentidos, esta puede a su vez, ser activa, cuando el alma actúa, o pasiva, cuando es Dios el que actúa en el alma. El tema no es sencillo y sobre él ya hemos publicado unas glosas abajo reseñadas
En su audiencia del 16-02-2011, Benedicto XVI, se ha referido a estos temas y concretamente a la noche oscura de San Juan de la Cruz, diciendo que San Juan de la Cruz, en su libro, la "Subida al Monte Carmelo" presenta el itinerario espiritual desde el punto de vista de la purificación progresiva del alma, necesaria para escalar la cumbre de la perfección cristiana, simbolizada por la cima del Monte Carmelo.
El Santo Padre señaló que "la "Noche oscura" describe el aspecto "pasivo", es decir, la intervención de Dios en el proceso de "purificación" del alma. El esfuerzo humano, de hecho, es incapaz por sí mismo de llegar a las raíces profundas de las inclinaciones y de los hábitos malos de la persona: sólo las puede frenar, pero no desarraigarlas por completo. Para ello, necesita la acción especial de Dios, que purifica radicalmente el espíritu y lo dispone a la unión de amor con Él.
El ritmo de crecimiento de la fe, la esperanza y la caridad -añadió- va en paralelo con la obra de purificación y con la unión progresiva con Dios, hasta transformarse en Él. Cuando se llega a esta meta, el alma se sumerge en la misma vida trinitaria. (...) Por eso, el Doctor místico sostiene que no existe una verdadera unión de amor con Dios si no culmina en la unión con la Trinidad.
El Papa terminó preguntándose si la vida de San Juan de la Cruz, tiene algo que decir al cristiano corriente o es un ejemplo para pocas almas selectas que pueden seguir este camino de purificación, de ascesis mística. "El camino con Cristo, el ir con Cristo, "la Vía", no es un peso añadido al ya suficientemente duro peso de nuestra vida; (...) es algo totalmente diverso; es una luz, una fuerza que nos ayuda a llevar este peso. (...) El dejarse amar por Cristo es la luz que nos ayuda a llevar el peso cotidiano. La santidad no es una obra nuestra, muy difícil. (...) Pidamos al Señor que nos ayude a alcanzar la santidad, a dejarnos amar por Dios, que es la vocación de todos nosotros".
Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.
- Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS. Isbn. 978-84-611-7910-1.
- Importancia de la vida espiritual. Glosa del 07-03-10.
- Contemplación. Glosa del 08-09-09.
- (I) Noche oscura del alma. Glosa del 26-10-10.
- (II) Noche activa de los sentidos. Glosa del 28-10-10.
- (III) Noche pasiva de los sentidos. Glosa del 30-10-10
- Purificación perfecta. Glosa del 29-03-1