En perfecto estado
Hallan en perfecto estado las coronas de la Virgen de la Fuencisla y el Niño
También la bola del mundo y el brazo que le arrancaron los ladrones el pasado viernes.
La Policía Nacional ha recuperado este martes las coronas de oro de la Virgen de la Fuencisla y el Niño, así como la bola del mundo y el brazo que le arrancaron los ladrones el pasado viernes en el Santuario segoviano.
Las reliquias han sido halladas en perfecto estado en la orilla del río, en un paraje entre el templo y San Pedro Abanto, entre las 10.00 y las 11.00 horas. El delegado diocesano de Patrimonio, Miguel Ángel Barbado, ha explicado a Europa Press que las coronas se han encontrado dentro de una mochila.
Según la subdelegada del Gobierno en Segovia, María Teresa Rodrigo, los delincuentes escondieron allí las joyas ante la posibilidad de ser sorprendidos por unos agentes de Policía que vigilaban la zona en la mañana del viernes. Fue por este mismo motivo que los ladrones abandonaron en los jardines del Santuario la aureola de plata de la Virgen, de mayor peso y tamaño, que también sustrajeron.
Rodrigo ha indicado que ya desde el viernes los rastreos y labores de vigilancia se centraron en esta zona adyacente al templo y que han sido los perros de la Unidad Canina de la Policía de Madrid los que hoy finalmente han hallado las reliquias. En la operación han intervenido agentes de la Policía Nacional de Segovia y de la Policía Científica y Seguridad Ciudadana de Madrid.
Las investigaciones continúan abiertas con el fin de proceder a la detención de los responsables del robo. La Policía busca en estos momentos a más de un autor.
Miguel Ángel Barbado ha calificado los hechos de "buenísima noticia" y ha reconocido que mantenía la esperanza de que las coronas fueran restituidas. "Esperábamos que la Virgen nos las devolviera, estábamos casi seguros de que algo pasaría", ha indicado con emoción.
Por su parte, la subdelegada del Gobierno ha querido destacar la labor "eficiente" de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El robo se produjo el pasado viernes por la mañana, poco después de abrirse automáticamente las puertas del Santuario. Los delincuentes accedieron al templo, saltaron la verja de varios metros del presbiterio y treparon por el retablo para sustraer las reliquias, dos coronas de oro y piedras semipreciosas del siglo XVII, recientemente rehabilitadas, y la bola del mundo dorada que sostenía el Niño, al que le fue amputado el brazo.