El Obispo de Alcalá de Henares decreta un toque de oración por la protección y la defensa de la vida
Monseñor Juan Antonio Reig Pla, Obispo de la diócesis de Alcalá de Henares, en Madrid, emitió ayer un decreto con el que establece “un toque para la oración todos los días 25 de cada mes desde los campanarios de nuestros templos destinados al culto”. El sentido de este toque es el de llamar a todos los fieles “a la oración por la protección y la defensa de la vida”. El prelado complutense señala que en el momento presente se están aprobando leyes “por los distintos Gobiernos de nuestra Nación y que tienen un claro sentido contrario a la defensa y promoción de la vida humana desde la concepción hasta su fin natural”. Esta llamada a la oración, responde por tanto, a “la obligación que como pueblo de Dios tenemos de no permanecer impasibles ante la gravedad de los ataques que recibe la dignidad de toda vida humana”.
El toque de campanas, que tendrá lugar el día 25 del mes, a las 20 horas, “será un toque lento, no repique”. El decreto, que entra en vigor el próximo viernes 25 de junio y concluirá un año más tarde, aunque podrá ser prorrogado, también ofrece a los fieles una oración que podrá rezada en ese momento, y es la siguiente:
“Oh Dios, Creador de todo bien, que has enaltecido a la criatura humana creándola a tu ‘imagen y semejanza.
Oh Dios, Padre de misericordia, que por la Encarnación de tu Hijo Jesucristo y por su muerte y resurrección nos ha redimido haciéndonos hijos tuyos y hermanos de todos los hombres.
A ti acudimos en este momento de aflicción y de oscuridad. Te pedimos que la luz del Espíritu Santo ilumine nuestras mentes y corazones para que, en todo momento, cuidemos de toda criatura humana desde su concepción hasta su muerte natural.
Enséñanos a servir y proteger con amor el don de la vida de todos tus hijos; que, por intercesión de la Virgen María y de todos los santos, cesen los atentados contra la vida humana, queden abolidas las leyes que provocan su muerte, y fortalezca en todas partes el amor y el respeto hacia los más débiles y vulnerables.
Concédenos ser, en comunión con todos los hombres de buena voluntad, el ‘pueblo de la vida’ que celebra constantemente los dones de tu amor.
Te los pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén”.