El lobby desprecia al representante eclesial y el convenio
«El hospital de Sant Pau me vetó por provida»: Montserrat Balsells contra la casta abortista
El caso de Montserrat Balsells lo sacó a la luz el diario ABC en Barcelona: una técnico de rayos-X que ha sido objeto de mobbing y discriminación laboral en el Hospital de San Pablo por su postura en defensa de la vida.
Desde julio de 2013, al concluir su último contrato de sustitución, la dirección del Hospital se ha negado a readmitirla eligiendo en su lugar a personas llegadas con posterioridad y con menos experiencia, como demostró la investigación ofical.
“El ambiente se volvió muy hostil y denunciarlo ante la inspección laboral no mejoró las cosas. En su informe, la inspección laboral reconoció que soy una profesional competente. La empresa inició un veto contra mí, que dura hasta hoy. Una vez ya en paro, fuera del hospital, he notado incluso que hay reticencia a contratarme en otros lugares del ámbito sanitario, porque muchos jefes y supervisores del sector se conocen”, denuncia Montserrat.
Montserrat se ha sentido apoyada sólo por Derecho a Vivir (www.derechoavivir.org), la asociación en la que militaba y con la que se ha manifestado muchas veces en la calle contra los abortos que se practican en este hospital, cuya administración se originó en la Edad Media y mantiene un representante del arzobispado y un convenio que, en teoría, impide al hospital realizar actividades contra la ética católica.
Falta de apoyos provida
Sin embargo, la experiencia de Montserrat no va a dar muchos ánimos humanos –quizá sí sobrenaturales- a las personas provida que quieran dar la cara. “Incluso después de publicarse el artículo de ABC nadie se puso en contacto conmigo para apoyarme”, lamenta.
“Mi experiencia es que, al menos en Barcelona, a nivel hospitalario los católicos o provida no se asocian, no se apoyan. Me he encontrado muy sola defendiendo el ideal católico, o incluso el ideal meramente humano, de defender la vida”.
“Muchas personas en el mundo sanitario son católicas… pero tienen miedo de decirlo; y las que lo dicen, tienen miedo de actuar; y las que actúan, lo hacen con cuentagotas. Lo que yo he visto, al menos en ámbitos hospitalarios, es que si ven en riesgo su trabajo se callan y abandonan esta causa. Aunque el Sant Pau es un hospital con ideario católico, yo me sentí sola, no tenía a quien acudir, incluso llegó un momento en que creí ser la única católica o provida”, denuncia.
Hay represalias contra los que defienden la vida, aunque los abortos en el Sant Pau –que se hacen, pero no muchos- sean una actividad económicamente insignificante en este hospital. No hay allí un gran negocio abortista que dependa de mantener el aborto: simplemente hay un lobby abortista, de ideología militante, que controla el poder y reprime al disidente.
“Cuando la comisión disciplinaria por mobbing investigó mi caso hubo un par de personas que me dijeron que yo tenía razón pero que temían represalias contra ellas y no se iban a mojar por mí. La empresa llamó a declarar a personas que ni siquiera coincidían en horario laboral conmigo, que declaraban lo que les habían dicho que tenían que declarar. Sé que al menos una persona se negó a entrar en ese juego. En cuanto a los sindicatos, alguno es activamente pro-aborto y ha llegado a convocar contramanifestaciones proaborto cuando se produce una manifestación provida ante el centro. Por el contrario, una persona de del comité de empresa que veía que me hacían mobbing demostró con su acceso a documentación que de los 57 contratos del hospital tras mi marcha, 40 fueron con personas con menos antigüedad, señalando la discriminación”.
Montserrat se ha mantenido firme frente al lobby abortista instalado en el Hospital de Sant Pau
La Iglesia no debe abandonar el centro, sino luchar
Montserrat cree que no es buena estrategia que la Iglesia entregue el hospital al lobby abortista y que el representante del obispado hable de que la Iglesia se retirará de la administración si siguen los abortos.
“Si tenemos presencia legal en un hospital, no se la entreguemos a los malos, ¿no? Hay que quedarse, luchar e insistir, hasta que se cumpla el convenio que dice que no se pueden hacer actos contran la fe católica”, propone Montserrat.
“El arzobispo no habla del tema del hospital de Sant Pau nunca. El arzobispado me derivó a mosén Pérez, el delegado eclesial en el hospital, que me trató con corrección. A él siempre le decían que en el hospital no se hacían abortos, algo completamente falso. Yo misma le conté que sostuve uno en mis propias manos. Mosén Pérez llevó el tema al consejo directivo, y no le hicieron caso. También les dijo que me tenían que volver a contratar, y tampoco cumplieron. Yo fui insistente acudiendo a gerencia y a recursos humanos para demostrar mi mobbing. La jefa de enfermería, que es sólo un puesto directivo intermedio, y en cierto momento había hablado de resituarme, acabó asegurándome que yo nunca más trabajaría allí”.
Que el jefe de ginecología no sea abortista
Según Montse, para que un hospital cumpla su ideario provida basta con que los jefes de plantas clave, como ginecología, sean claramente provida y que a los cargos intermedios no se les permita bloquear o hacer mobbing a los compañeros provida.
El médico pro-aborto Joaquín Calaf Alsina es el jefe
de ginecología del Hospital de Sant Pau; es absurdo
que un hospital participado por la Iglesia deje ginecología
a un lobby abortista
“El jefe de obstetricia y ginecología no puede ser una persona que se lucre haciendo abortos; la Iglesia en el hospital ha de pedir que el jefe de ginecología sea provida. En el Sant Pau es el doctor Calaf, que se ha manifestado en numerosas ocasiones a favor del aborto. Tampoco puede ser que los jefes intermedios tengan capacidad de presionar y hacer mobbing a los técnicos que son provida”.
Para apoyar a Montserrat
Hoy la situación económica de Montserrat es muy complicada. “Tengo cuatro hijos y arrastro una deuda económica importante porque durante años pedí créditos para pagarles buenos estudios. Varios son ya adultos jóvenes pero con la crisis ni ellos ni yo encontramos trabajo. Llevo en el paro desde septiembre de 2013, excepto por una suplencia pequeña. Se me acabó la prestación por desempleo. Hemos llegado a recibir ayuda, como bolsas de comida... A mí me entusiasma el mundo sanitario. Soy técnica de Rayos X, aunque también he trabajado de auxiliar, recepción, etc… y me encantaría algo así. Llevo unos 15 años en el mundo sanitario”.
Quien quiera contactar con Montse puede hacerlo en el email: montbaab@hotmail.com
Quien quiera apoyar la campaña de HazteOir que presiona al hospital para que readmitan a Montserrat, puede hacerlo en: http://www.hazteoir.org/alerta/63931-le-pido-que-restituyan-montserrat-balsells-su-puesto-trabajo
Desde julio de 2013, al concluir su último contrato de sustitución, la dirección del Hospital se ha negado a readmitirla eligiendo en su lugar a personas llegadas con posterioridad y con menos experiencia, como demostró la investigación ofical.
“El ambiente se volvió muy hostil y denunciarlo ante la inspección laboral no mejoró las cosas. En su informe, la inspección laboral reconoció que soy una profesional competente. La empresa inició un veto contra mí, que dura hasta hoy. Una vez ya en paro, fuera del hospital, he notado incluso que hay reticencia a contratarme en otros lugares del ámbito sanitario, porque muchos jefes y supervisores del sector se conocen”, denuncia Montserrat.
Montserrat se ha sentido apoyada sólo por Derecho a Vivir (www.derechoavivir.org), la asociación en la que militaba y con la que se ha manifestado muchas veces en la calle contra los abortos que se practican en este hospital, cuya administración se originó en la Edad Media y mantiene un representante del arzobispado y un convenio que, en teoría, impide al hospital realizar actividades contra la ética católica.
Falta de apoyos provida
Sin embargo, la experiencia de Montserrat no va a dar muchos ánimos humanos –quizá sí sobrenaturales- a las personas provida que quieran dar la cara. “Incluso después de publicarse el artículo de ABC nadie se puso en contacto conmigo para apoyarme”, lamenta.
“Mi experiencia es que, al menos en Barcelona, a nivel hospitalario los católicos o provida no se asocian, no se apoyan. Me he encontrado muy sola defendiendo el ideal católico, o incluso el ideal meramente humano, de defender la vida”.
“Muchas personas en el mundo sanitario son católicas… pero tienen miedo de decirlo; y las que lo dicen, tienen miedo de actuar; y las que actúan, lo hacen con cuentagotas. Lo que yo he visto, al menos en ámbitos hospitalarios, es que si ven en riesgo su trabajo se callan y abandonan esta causa. Aunque el Sant Pau es un hospital con ideario católico, yo me sentí sola, no tenía a quien acudir, incluso llegó un momento en que creí ser la única católica o provida”, denuncia.
Hay represalias contra los que defienden la vida, aunque los abortos en el Sant Pau –que se hacen, pero no muchos- sean una actividad económicamente insignificante en este hospital. No hay allí un gran negocio abortista que dependa de mantener el aborto: simplemente hay un lobby abortista, de ideología militante, que controla el poder y reprime al disidente.
“Cuando la comisión disciplinaria por mobbing investigó mi caso hubo un par de personas que me dijeron que yo tenía razón pero que temían represalias contra ellas y no se iban a mojar por mí. La empresa llamó a declarar a personas que ni siquiera coincidían en horario laboral conmigo, que declaraban lo que les habían dicho que tenían que declarar. Sé que al menos una persona se negó a entrar en ese juego. En cuanto a los sindicatos, alguno es activamente pro-aborto y ha llegado a convocar contramanifestaciones proaborto cuando se produce una manifestación provida ante el centro. Por el contrario, una persona de del comité de empresa que veía que me hacían mobbing demostró con su acceso a documentación que de los 57 contratos del hospital tras mi marcha, 40 fueron con personas con menos antigüedad, señalando la discriminación”.
Montserrat se ha mantenido firme frente al lobby abortista instalado en el Hospital de Sant Pau
La Iglesia no debe abandonar el centro, sino luchar
Montserrat cree que no es buena estrategia que la Iglesia entregue el hospital al lobby abortista y que el representante del obispado hable de que la Iglesia se retirará de la administración si siguen los abortos.
“Si tenemos presencia legal en un hospital, no se la entreguemos a los malos, ¿no? Hay que quedarse, luchar e insistir, hasta que se cumpla el convenio que dice que no se pueden hacer actos contran la fe católica”, propone Montserrat.
“El arzobispo no habla del tema del hospital de Sant Pau nunca. El arzobispado me derivó a mosén Pérez, el delegado eclesial en el hospital, que me trató con corrección. A él siempre le decían que en el hospital no se hacían abortos, algo completamente falso. Yo misma le conté que sostuve uno en mis propias manos. Mosén Pérez llevó el tema al consejo directivo, y no le hicieron caso. También les dijo que me tenían que volver a contratar, y tampoco cumplieron. Yo fui insistente acudiendo a gerencia y a recursos humanos para demostrar mi mobbing. La jefa de enfermería, que es sólo un puesto directivo intermedio, y en cierto momento había hablado de resituarme, acabó asegurándome que yo nunca más trabajaría allí”.
Que el jefe de ginecología no sea abortista
Según Montse, para que un hospital cumpla su ideario provida basta con que los jefes de plantas clave, como ginecología, sean claramente provida y que a los cargos intermedios no se les permita bloquear o hacer mobbing a los compañeros provida.
El médico pro-aborto Joaquín Calaf Alsina es el jefe
de ginecología del Hospital de Sant Pau; es absurdo
que un hospital participado por la Iglesia deje ginecología
a un lobby abortista
“El jefe de obstetricia y ginecología no puede ser una persona que se lucre haciendo abortos; la Iglesia en el hospital ha de pedir que el jefe de ginecología sea provida. En el Sant Pau es el doctor Calaf, que se ha manifestado en numerosas ocasiones a favor del aborto. Tampoco puede ser que los jefes intermedios tengan capacidad de presionar y hacer mobbing a los técnicos que son provida”.
Para apoyar a Montserrat
Hoy la situación económica de Montserrat es muy complicada. “Tengo cuatro hijos y arrastro una deuda económica importante porque durante años pedí créditos para pagarles buenos estudios. Varios son ya adultos jóvenes pero con la crisis ni ellos ni yo encontramos trabajo. Llevo en el paro desde septiembre de 2013, excepto por una suplencia pequeña. Se me acabó la prestación por desempleo. Hemos llegado a recibir ayuda, como bolsas de comida... A mí me entusiasma el mundo sanitario. Soy técnica de Rayos X, aunque también he trabajado de auxiliar, recepción, etc… y me encantaría algo así. Llevo unos 15 años en el mundo sanitario”.
Quien quiera contactar con Montse puede hacerlo en el email: montbaab@hotmail.com
Quien quiera apoyar la campaña de HazteOir que presiona al hospital para que readmitan a Montserrat, puede hacerlo en: http://www.hazteoir.org/alerta/63931-le-pido-que-restituyan-montserrat-balsells-su-puesto-trabajo
Comentarios
¡No te pierdas las mejores historias de hoy!
Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria
