Domingo, 29 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Un regalo para el «Thanksgiving»

Este niño se llama Jahsante y no iba a nacer, pero alguien habló justo a tiempo con Kizzy, su madre

No siempre se le puede poner rostro, nombre y apellidos a las vidas que la cultura de la muerte y la ideología de género prefieren eliminar.

C.L./ReL

Jahsante, con hora y media de vida.
Jahsante, con hora y media de vida.
En España, como en Estados Unidos, hay "rescatadores": personas que ofrecen ayuda y asesoramiento a las puertas de los abortorios a madres que tal vez no son del todo conscientes de lo que van a hacer, o que lo van a hacer porque creen que no hay otra salida.

Esas personas salvan vidas concretas, con nombre y apellidos, pero no siempre es fácil ver el rostro de los salvados. A Kizzy, sin embargo, no le ha importado que se sepa que estuvo a punto de cometer un error, y que podamos conocer a quien iba a ser víctima de esa equivocación.

La imagen, junto con la historia, la ha difundido Wynette Sills, una veterana "rescatadora" de Sacramento (California), católica y madre de tres hijos. Fue ella quien abordó por primera vez a Kizzy a las puertas de un centro adonde había acudido para suprimir su embarazo.

Justo a tiempo
"¿Sabes de alguien que esté embarazada? Estamos aquí para ayudarla", le dijo, en una forma delicada de plantear la cuestión. "Yo misma", respondió Kizzy.

La joven ya era madre de dos niños, a los que además estaba criando en solitario. Según un estudio de la OCDE, en Estados Unidos el 25% de los niños crece en un hogar con un único progenitor (casi siempre la madre), porcentaje que se eleva al 72% en la comunidad negra. Casos como el de Kizzy, pues, son habituales, como también lo es que los abortorios estén acudiendo a los barrios donde la comunidad afroamericana es mayoritaria. (Eduardo Verástegui ha denunciado exactamente esa misma praxis de este negocio con la comunidad hispana.)

A Kizzy, además, se le había presentado un problema aquella mañana: ya no podía pagar la renta de su piso, y acababa de recibir un aviso de desahucio a ejecutarse en tres días. No viendo otra salida, decidió evitar nuevos "problemas".

Adiós al desahucio

Por fortuna para Jahsante, la pregunta de Wynette le hizo reflexionar. Aceptó hablar con el Sacramento Life Center, donde resolvieron los problemas más inmediatos: abonar la renta pendiente para evitar que la echaran, y llenarle la despensa. Posteriormente, la cercana parroquia de la Divina Misericordia facilitó a Kizzy algo que necesitaba para trabajar: le prestaron el coche que había dejado en la ciudad un sacerdote temporalmente en misión en Nigeria. Otros grupos provida se movilizaron para que al futuro niño no le faltase nada.

Todo eso fue en primavera. El pasado 23 de noviembre, Kizzy llamó a Wynette para pedirle un último favor: estaba en el hospital con contracciones... ¿le importaría acercar hasta allí a su madre para que conociese a su tercer nieto?

Seguro que es casualidad, pero al día siguiente, 24 de noviembre, los norteamericanos celebraron el Thanksgiving Day [Día de Acción de Gracias]: fue el primero en la vida de Jahsante, y probablemente el más feliz en la vida de Kizzy.
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