El cardenal Ruini considera un error que el sínodo haya propuesto la ordenación de hombres casados
El cardenal Camillo Ruini, de 88 años, presidente de la conferencia episcopal italiana entre 1991 y 2007 y durante ese periodo y hasta 2008 también vicario de la diócesis de Roma, concedió una entrevista al Corriere della Sera el pasado domingo durante la cual se mostró contrario a que se autorice la ordenación sacerdotal de hombres casados, tal como ha solicitado el documento final del reciente sínodo para la Amazonia.
Según recoge Aciprensa, Ruini reconoció que “en la Amazonia, y también en otras partes del mundo, hay una grave carencia de sacerdotes, y las comunidades cristianas se ven con frecuencia privadas de la misa”. En ese contexto, “es comprensible que haya una demanda de ordenar sacerdotes a diáconos casados, y en ese sentido se orientó la mayoría en el sínodo”.
Sin embargo, en su opinión, “se trata de una opción equivocada. Y espero y rezo para que el Papa, en la próxima exhortación apostólica post-sinodal, no la confirme”.
Indicó que se trataría de una medida equivocada porque, por un lado, “el celibato de los sacerdotes es un gran signo de dedicación total a Dios y al servicio de los hermanos, especialmente en un contexto erotizado como el actual. Renunciar a él, incluso si es de forma excepcional, sería una cesión al espíritu del mundo que trata siempre de introducirse en la Iglesia y que difícilmente se limitaría a casos excepcionales como el de la Amazonia".
"Por otro lado", añadió, "hoy el matrimonio se encuentra profundamente en crisis: los sacerdotes casados y sus consortes quedarían expuestos a los efectos de esta crisis, y sus condiciones humanas y espirituales no podría no resentirse”.
"¿Está diciendo que un sacerdote divorciado sería un fracaso?", le pregunta el Corriere. "Así es", responde.
Ante la pregunta de cómo combatir la falta de vocaciones, “la respuesta decisiva es una sola", dijo el purpurado: "Nosotros, los cristianos, y en particular nosotros, los sacerdotes y religiosos, debemos tener a Dios más cerca en nuestra vida, llevar una vida más santa y pedir todo esto a Dios en la oración. Sin cansarse”.
Interrogado por el riesgo de un cisma en la Iglesia por las tensiones entre cardenales, el cardenal Ruini afirmó que "la unidad de la Iglesia es un bien fundamental": "Y nosotros, los obispos, en unión con el Papa, debemos ser los primeros partidarios”.