«El diaconado femenino, ¿por qué no?, es un tema del Sínodo», dice un obispo austriaco de Brasil
En el tercer encuentro con la prensa (briefing) del Sínodo del Amazonas, este miércoles en Roma, el obispo emérito de Xingu (Brasil), el austriaco Erwin Kräutler, de 80 años, ha desplegado la batería de medidas que están haciendo que un Sínodo sobre evangelización regional se convierta en una polémica sobre la estructura de la Iglesia universal, especialmente el diaconado femenino y la ordenación sacerdotal de hombers casados.
Según ha recogido Europa Press, Kräutler ha asegurado que dos tercios de los 185 padres sinodales están a favor de la ordenación de "ancianos" casados (los llamados 'viri probati' o "varones probados"). "Lo digo con gran sinceridad. No hay otra opción", ha insistido, detallando que "un tercio de los católicos de las poblaciones indígenas no pueden celebrar misa porque no hay sacerdotes".
Y añadió, según VaticanNews: "Queremos que estos hermanos no solo tengan la Palabra, sino también la Eucaristía”. Existe el riesgo de colocar el celibato por encima de la Eucaristía. Pero el Señor, en la Última Cena, dijo: "Haz esto en memoria mía", así que para nosotros la Eucaristía es una obligación".
Ha explicado, además, que los indígenas, según él, "no entienden el no estar casados". "A veces cuando les visito me preguntan: ¿dónde está tu mujer", explicó.
Después, Kräutler ha hablado a favor de instituir el "diaconado femenino". Según ha recogido VaticanNews, dijo que “dos tercios de estas comunidades cristianas sin sacerdotes están coordinadas por mujeres. Hablamos mucho sobre la valoración de las mujeres, pero necesitamos cosas concretas. Estamos pensando en el diaconado femenino, por qué no, y este también es un tema del Sínodo”.
La ecología y los abusos de ciertas empresas
Kräutler ha denunciado el caso de la hidroeléctrica de Belo Monte, la tercera más grande del mundo, que es "presentada como energía limpia, pero ha acabado con ríos, bosques, con las migraciones, matado peces, alterados ciclos vitales y provocado la pobreza de tantas familias". Para Kräutler, ante estos abusos contra los habitantes de la selva amazónica y contra el medio ambiente "la Iglesia no puede callar".
"Pronto tendremos 1000 plantas hidroeléctricas, algunas ya están en construcción, otras lo estarán. Pero no las necesitamos. En la Amazonía tenemos el sol de 6 a. M. A 6 p. M., aprovechemos la energía solar, reemplacemos la hidroeléctrica, que es una agresión al ecosistema”. El prelado austro-brasileño es testigo directo: "Vivo allí y siento las consecuencias: el río Xingu ya no es el mismo, áreas inundadas, bosques deforestados, toneladas de peces muertos, habitantes que se mudaron a pequeñas casas prefabricadas. ¡La gente local nunca ha sido consultada! Todo ya estaba preparado en Brasilia, nos encontramos ante un hecho consumado".
El climatólogo brasileño Carlos Alfonso Nobre, que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2007 y lleva 40 años estudiando la Amazonía, declaró que "estamos muy cerca del colapso de la selva amazónica, lo dice la ciencia con absoluto rigor”. Lo detalló así: "si se llega a destruir el 20-25 por ciento del bosque, poco después la sabana cubrirá el 60 por ciento del área. Hoy el bosque ha sido destruido al 15 por ciento. Estamos cerca del punto de no retorno”.
Propuso una "bioeconomía, un nuevo modelo de economía sostenible y descentralizada, respaldada por energía procedente de fuentes renovables, que respete la calidad de la vida de las comunidades. Para que la Amazonía pueda seguir siendo el bosque que ha sido por 30 millones de años".
Ima Celia Guimarães Vieira, ecóloga brasileña que ha estudiado durante 30 años la biodiversidad del Amazonas, habló de los pueblos aislados. "Es importante garantizar el territorio a estos pueblos y respetar el tipo de aislamiento que han elegido. Hay 114 pueblos aislados en Brasil ya reconocidos y 28 confirmados”, proclamó. Agradeció al Papa y a los padres sinodales por poner el tema de la ecología integral en el centro de los trabajos.