«Creo que Francisco logra expeler a los extremos –de derecha e izquierda– y atraer a los moderados»

El vaticanista argentino Andrés Beltramo desvela algunas claves de la personalidad -y la geopolítica- del Papa Francisco

Pablo J. Ginés/ReL

17 junio 2015 00:00

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El vaticanista argentino Andrés Beltramo ha publicado recientemente en la editorial Stella Maris el libro La reforma en marcha, con el subtítulo "Emoción y desconcierto en tiempos de Francisco", una exploración en profundidad de los inicios de un Pontificado que no resulta nada fácil de enmarcar. ReL pide su análisis acerca de esta época apasionante y de su protagonista en el Vaticano.

- Tu libro se llama La Reforma en marcha pero... ¿realmente hay reforma en el Vaticano, en la organización de dicasterios, la transparencia financiera, etc...? Hay quien dice que en la práctica no hay tanto cambio.
-El libro se llama “La reforma en marcha” por varias razones. La primera tiene que ver con una serie de cambios en la estructura del Vaticano: Desde la transformación profunda en los organismos administrativos y financieros (con la creación del Consejo y la Secretaría de Economía) hasta la creación del “C-9”, el consejo de cardenales que asesora al Papa Francisco en el gobierno de la Iglesia. Ellos están poniendo las bases para una nueva Curia Romana.

»Mientras tanto, con cambios de nombres y pequeños –pero cotidianos- ajustes, se está avanzando hacia un nuevo modelo de gestión en el Vaticano.

»Pero la verdadera “reforma en marcha” de Francisco es la reforma del papado, una renovación “cultural” dirigida a los fieles y cuya característica principal es tocar los corazones de los católicos, provocar en ellos una sacudida de conciencia y acompañarlos en un camino de “madurez” en la fe.

- ¿Quién influye a Francisco? Se dice que es ininfluenciable, otros dicen que es muy autoritario...
- Es verdad, los hechos demuestran que el Papa es un hombre difícil de influenciar. Pocas veces él da por descontado lo que le dicen o le proponen. Es un hombre tan abierto al discernimiento, que incluso sus amigos más cercanos son muy prudentes a la hora de dar por hecho que Francisco les hará caso en tal o cual consejo. Pero, al mismo tiempo, es evidente que está abierto a los buenos consejos y a la voluntad de Dios. Es muy intuitivo y conoce a profundidad el fino arte de la conducción.

»Toma decisiones y las pone en práctica. Pero también se equivoca y sabe enmendarse. Se reconoce públicamente pecador y no tiene problemas en cambiar de opinión, cuando resulta justificado. Todas estas características no me parecen compatibles con la personalidad de un autoritario. Ellos suelen ser cerrados, mesiánicos, soberbios. Francisco parece, más bien, un hombre firme y determinado. Eso lo hace libre y difícil de condicionar.

- En tu libro hablas de la importancia de "los amigos" de Francisco, gente que le visita, con la que habla... a veces son judíos, protestantes, periodistas... ¿Cómo encajan en el "plan de Francisco"?
-Te respondo con una anécdota. Hace algunos meses el Papa supo del grave problema de salud de un viejo amigo suyo y después de recibir en el Vaticano a un personaje de primer nivel en la política internacional, le llamó para preguntarle como estaba. Entonces este amigo le hizo notar que, después de haber recibido a esa personalidad, podía tener muchas otras cosas más importantes que comunicarse con él. La respuesta del Papa fue: “Estos encuentros son pasajeros, la amistad es para siempre”. Y siguieron hablando de cosas que podrían considerarse “sin importancia”.

- Francisco ha potenciado su dimensión hispana, anunciando su viaje a Cuba, a Ecuador y Paraguay, en la entrevista con Valentina Alazraki... ¿crees que Francisco tiene una "hoja de ruta hispana" o más bien va improvisando?
- El Papa Francisco parece tener una idea muy acabada sobre la América Latina que desea ver hacia el futuro. No se trata de un plan personal ni que él ideó sólo. Su formación al respecto proviene de una escuela de pensamiento cuyo exponente más acabado fue el filósofo uruguayo Alberto Methol Ferré. Junto con él se formó toda una generación de pensadores y políticos latinoamericanos cuya aportación más importante fue una apuesta por la unidad de la región. No una unidad utópica e irrealizable, sino una verdadera solidaridad regional que permita a la zona emerger y asumir un rol destacado en el conjunto de naciones, aportando al mundo sus más profundos valores culturales y su vivacidad, no obstante las contradicciones internas.

»Eso no podría lograrse reforzando a los países con posiciones dominantes en el continente. Es necesario buscar una nueva relación entre los países. Por eso resulta muy significativo que, en su primera gran gira latinoamericana, el Papa haya decidido visitar justamente a tres países “sufridos” y pequeños en su zona como Ecuador, Bolivia y Paraguay.

- Un capítulo de tu libro recuerda su frase: "Nunca he sido de derechas". En España muchos la justificaron explicando que "en Argentina, ser de derechas es otra cosa". ¿Es así?
- Es verdad que el concepto “derecha” en Argentina es muy distinto al que puede entenderse en España o Estados Unidos. Pero cuando el Papa dijo que nunca ha sido de derecha fue porque –creo- jamás él se ha identificado con “liberalismo”. Ni en lo político, ni en lo social y, mucho menos, en lo económico.

»Aún así, cuando usó esa frase él se refería a la forma de ejercer la autoridad cuando era jesuita, en un tiempo turbulento para la Argentina. En su momento lo acusaron de “conservador” y él respondió que nunca fue tibio, pero jamás fue de derecha. Nunca estuvo a favor de los militares, nunca compartió la ideología detrás de la dictadura, pero tampoco fue de “izquierda”, ni “comunista” o “socialista”. Esta también es una característica de su peculiar forma de ser.

- Aunque algunos acusan a Francisco de ser tibio en temas de aborto y matrimonio, los periodistas hemos comprobado que en el último año ha multiplicado sus menciones a estos temas... ¿Crees que alguien le está asesorando para que lo haga así o era un tema que siempre le interesó pero quería dosificar?
- Francisco llegó a Papa después de un pontificado muy tortuoso protagonizado por Benedicto XVI, el cual se vio presa de un debate ideológico de gran escala sobre los temas de la vida, la moral sexual, la anticoncepción. Ratzinger predicó mucho sobre esto y los medios aprovecharon ello para convertirlo artificialmente en una especie de enemigo de la modernidad y de la libertad.

»Ese escenario fue una trampa que desgastó mucho su pontificado, generando una muy negativa imagen para la Iglesia. Ese fenómeno fue advertido por Bergoglio, que hizo todo lo posible por no caer en esa misma trampa. Para eso, cada vez que pudo se salió de los lugares comunes. No sólo aquellos que le propuso la prensa, sino también algunos movimientos católicos. De nada serviría al Papa reforzar constantemente una doctrina que ya es más que conocida por todos, si para ello debe enfrascarse en una batalla mediática sin fin y desigual que terminará por bloquear su prioridad más importante: anunciar el mensaje de Cristo.

»Desconozco si esta “dosificación” en el mensaje se la aconsejó alguien en particular, de todas maneras él demostró ser lo suficientemente hábil como para darse cuenta dónde estaba la trampa y evitarla, sin poner en riesgo la propia identidad.

- En tu libro, una de tus fuentes dice que Francisco está decidido a visitar China... Parece un imposible pero con Raúl Castro alabando al Papa y el cardenal Tagle, hijo de una china, presidiendo Caritas Internationalis, parecen darse pasos que lo facilitan. ¿Crees que Francisco tiene un plan, más medidas para facilitar ese viaje? ¿Puede tener algún aliado para ello?
- Francisco tiene una enorme preocupación por China. En su corazón está el deseo de visitar ese país, como también Rusia. Comprende la importancia del gigante asiático para el presente y futuro del equilibrio geopolítico global. Ve en China los desafíos que afrontará la Iglesia en los próximos 50 o 70 años. Sabe y está informado de su impacto económico y político.

»Ha tendido puentes con el presidente Xi Jinping y para hacerlo ha apelado a la “creatividad diplomática”, enviándole una carta por conductos totalmente distintos a los tradicionales canales vaticanos. Esto ha generado simpatía en Pekín. Son los primeros pasos de un camino que el Papa seguirá cultivando, con paciencia y sabiendo que en cualquier momento se puede presentar la oportunidad para acercar posiciones. Bergoglio cree de verdad en la “diplomacia de los pequeños pasos” y para que ella funcione no se pueden tener planes secretos muy elaborados.

- Muchos hablantes de español no sabemos si las palabras que usa a veces Francisco se las inventa o se usan en Argentina... ¿Se usa el verbo "balconear", por ejemplo? Él dice: "No balconeen la vida". ¿Qué otras palabras destacarías?
- Sí, efectivamente se trata de palabras o frases muy argentinas. Como el “balconear la vida”, “primerear”, “ningunear”, “pasarse de rosca” o “hacer lío”. Pero lo interesante es que, de una u otra manera, el Papa ha llenado de contenido estas frases y las ha “universalizado”. No se trata sólo de un recurso superficial en la predicación de Francisco, sino en una de sus herramientas más poderosas: la capacidad de resumir conceptos complejos en frases entendibles para todos. Eso le permite hacerse entender y lo pone en situación de ventaja a nivel comunicacional.

- ¿Qué sienten los periodistas extranjeros cuando Francisco deja el italiano para ponerse a improvisar en español y qué podéis aportar los periodistas hispanohablantes?
- En primera instancia se ven en la obligación de tratar de entender al Papa, no sólo comprender el español sino también entender el contenido de sus discursos. Por eso,muy a menudo nos preguntan por frases o giros idiomáticos. Pero, más allá de la traducción literal, lo que más nos solicitan es una ayuda para comprender el sentido más profundo de las palabras.

- ¿Crees que se va a desinflar el entusiasmo del mundo más progresista por Francisco, que quizá ya se ha desinflado? ¿O quizá se va a mantener, puede que de manera artificial?
- Qué hará “el mundo progresista” lo desconozco. También veo que en ese “espectro” existen muchas posiciones diversas entre sí. Algo así pasa en el “mundo conservador”. Tengo la impresión que el Papa tiene la capacidad de expeler a los extremos –tanto por derecha como por izquierda- y atraer a los moderados.

»Así, es posible que con su pontificado Francisco modifique para siempre los resortes de la mal llamada “geometría eclesiástica” obligando a todos a sumarse con él en un “gran centro”, profundamente evangélico y, como tal, capaz de provocar –al mismo tiempo- emoción y desconcierto. Casi como ocurrió con la introducción del cristianismo en el mundo de dos mil años atrás.