El Papa Francisco cambia al comandante de la Guardia Suiza, que llevaba más de 5 años en el cargo
El comandante de la Guardia Suiza, Daniel Rudolf Anrig, concluirá su servicio el próximo 31 de enero de 2015, informó el diario del Vaticano L’Osservatore Romano este miércoles.
Anrig, de 42 años, fue nombrado comandante de la Guardia Suiza el 19 de agosto de 2008 por un periodo de cinco años, el cual debió expirar en septiembre de 2013.
Sin embargo, ese mes el Papa Francisco nombró al nuevo Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin. Esto trajo una informal extensión del mandato de Anrig. La Guardia Suiza está a cargo de la Secretaría de Estado.
Después de un año, el Papa Francisco tenía tres opciones: Podía nombrar a Anrig como comandante por otros cinco años, podía confirmarlo en su puesto hasta la expiración del actual mandato (que duraría tres años más), o podía proclamar concluido el mandato y abrir el camino para la sucesión. El Pontífice escogió la última opción.
El anuncio fue dado mientras los obispos suizos están en Roma en visita ad limina. La Conferencia Episcopal Suiza juega un rol clave en la elección del nuevo comandante, pues este es nombrado por el Papa bajo la sugerencia del Episcopado, mientras que la Oficina de Protocolo de la Secretaría de Estado está a cargo del trabajo diario de los guardias.
El nuevo comandante podría también ser escogido de un grupo de personas que presenten su candidatura para el puesto, pues cada suizo, ciudadano católico, puede postular si ha sido oficial en alguno de los cuerpos militares de este país.
El comandante Anrig fue coronel en la Policía Suiza y exguardia suizo, sirvió entre 1992 y 1994. Fue elegido en 2008 para suceder al comandante Theodor Maeder.
El comandante Maeder había renunciado al puesto después de seis años: sus cinco años de mandato habían expirado, pero la Secretaría de Estado no lo había confirmado, así que Maeder prefirió retirarse.
Según la agencia francesa I.Media, el comandante Anrig no obtuvo la confirmación después de que algunos guardias suizos expresaran su preocupación por la forma como condujo su cargo.
Otras fuentes vaticanas dicen que cayó en desgracia después de haber restaurado y prodigado su casa de 105 metros cuadrados en el corazón del Vaticano, dando por sentado que permanecería en el puesto por al menos tres años más.
Más allá de eso, fuentes vaticanas también sostienen que Francisco podría estar pensando acerca de una progresiva desmilitarización del Cuerpo de la Guardia Suiza, señaló la agencia italiana Ansa.
Fuentes cercanas a la Guardia Suiza dijeron a ACI Prensa el 3 de diciembre que el sucesor de Anrig podría ser el subcomandante actual, Christoph Graf, casado y con dos hijos, quien ha estado sirviendo en el cuerpo desde 1987.
La Guardia Suiza Pontificia fue establecida por el Papa Julio II en 1506, para su protección personal.
El bautismo de fuego del Cuerpo tuvo lugar el 6 de mayo de 1527, durante el saqueo de Roma. Ese día, 147 de los 189 guardias murieron luchando contra las tropas del Emperador Carlos V para permitir al Papa Clemente escapar, escoltado por los guardias suizos restantes.
En memoria de ese día, los guardias juran todos los años defender al Romano Pontífice hasta dar su propia vida.
Anrig, de 42 años, fue nombrado comandante de la Guardia Suiza el 19 de agosto de 2008 por un periodo de cinco años, el cual debió expirar en septiembre de 2013.
Sin embargo, ese mes el Papa Francisco nombró al nuevo Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin. Esto trajo una informal extensión del mandato de Anrig. La Guardia Suiza está a cargo de la Secretaría de Estado.
Después de un año, el Papa Francisco tenía tres opciones: Podía nombrar a Anrig como comandante por otros cinco años, podía confirmarlo en su puesto hasta la expiración del actual mandato (que duraría tres años más), o podía proclamar concluido el mandato y abrir el camino para la sucesión. El Pontífice escogió la última opción.
El anuncio fue dado mientras los obispos suizos están en Roma en visita ad limina. La Conferencia Episcopal Suiza juega un rol clave en la elección del nuevo comandante, pues este es nombrado por el Papa bajo la sugerencia del Episcopado, mientras que la Oficina de Protocolo de la Secretaría de Estado está a cargo del trabajo diario de los guardias.
El nuevo comandante podría también ser escogido de un grupo de personas que presenten su candidatura para el puesto, pues cada suizo, ciudadano católico, puede postular si ha sido oficial en alguno de los cuerpos militares de este país.
El comandante Anrig fue coronel en la Policía Suiza y exguardia suizo, sirvió entre 1992 y 1994. Fue elegido en 2008 para suceder al comandante Theodor Maeder.
El comandante Maeder había renunciado al puesto después de seis años: sus cinco años de mandato habían expirado, pero la Secretaría de Estado no lo había confirmado, así que Maeder prefirió retirarse.
Según la agencia francesa I.Media, el comandante Anrig no obtuvo la confirmación después de que algunos guardias suizos expresaran su preocupación por la forma como condujo su cargo.
Otras fuentes vaticanas dicen que cayó en desgracia después de haber restaurado y prodigado su casa de 105 metros cuadrados en el corazón del Vaticano, dando por sentado que permanecería en el puesto por al menos tres años más.
Más allá de eso, fuentes vaticanas también sostienen que Francisco podría estar pensando acerca de una progresiva desmilitarización del Cuerpo de la Guardia Suiza, señaló la agencia italiana Ansa.
Fuentes cercanas a la Guardia Suiza dijeron a ACI Prensa el 3 de diciembre que el sucesor de Anrig podría ser el subcomandante actual, Christoph Graf, casado y con dos hijos, quien ha estado sirviendo en el cuerpo desde 1987.
La Guardia Suiza Pontificia fue establecida por el Papa Julio II en 1506, para su protección personal.
El bautismo de fuego del Cuerpo tuvo lugar el 6 de mayo de 1527, durante el saqueo de Roma. Ese día, 147 de los 189 guardias murieron luchando contra las tropas del Emperador Carlos V para permitir al Papa Clemente escapar, escoltado por los guardias suizos restantes.
En memoria de ese día, los guardias juran todos los años defender al Romano Pontífice hasta dar su propia vida.
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